Los Reyes de España y los Príncipes de Asturias en el desfile
militar el Día de la Hispanidad. s Reyes de
Pocas cosas
de entre la avalancha de rumores, noticias y escándalos que rodean a La
Zarzuela han alterado tanto el pulso del rey Juan Carlos como el reconocimiento
de que Letizia Ortiz, hoy Princesa de Asturias, se sometió a un aborto antes de
conocer al Felipe de Borbón, episodio no completamente desconocido, cierto,
pero que ha rebrotado con fuerza a raíz de la publicación del libro Adiós,
Princesa (editorial FOCA, 2013), obra de David Rocasolano, primo carnal de
Letizia y en otro tiempo su confidente y amigo, libro del que este diario
realizó un adelanto los pasados 6 y 8 de abril.
Porque se
trata de un asunto, el de ese aborto, ciertamente peliagudo para alguien que
podría ser un día no lejano reina de España. Es cierto que la sociedad española
ha dado un giro copernicano en las últimas décadas en relación a temas que,
como éste, tienen que ver con cuestiones relativas a la moral e incluso a las
enseñanzas de la Iglesia Católica, aun ampliamente mayoritaria en el país.
Siendo ello cierto, también lo es que para grandes capas de esa misma sociedad,
capas de la derecha conservadora, la confirmación de que su futura reina se
sometió en su día a un aborto es un asunto entre delicado y escandaloso, como
poco, para muchos inaceptable.
Razón por
la cual el entorno de La Zarzuela se movilizó, para tratar de minimizar los
“daños” que sobre la imagen de la Princesa de Asturias, que podrían significar
la discusión a tumba abierta del tema del aborto en programas del tipo Sálvame
o su versión de Luxe, presentes en la parrilla de Telecinco, por ejemplo, por
no hablar de otros de parecido porte, si bien más moderados, en Antena3 e
incluso en TVE los fines de semana (el programa Corazón).
Aseguran
los mentideros que el Rey, cuyas relaciones con Letizia más que frías son
gélidas como es sabido, se ha involucrado directamente en este asunto, al punto
de haber hablado personalmente con alguno de los grandes patronos de las
cadenas en cuestión, para pedirles que evitaran por todos los medios que el
aborto de Letizia se convirtiera en motivo de discusión en los reality shows de
las distintas cadenas. El envite no es menor: lanzar tan morboso tema como
carnaza de discusión en ese tipo de programas podría significar un daño añadido
tan grande a la imagen de los Príncipes de Asturias como para imposibilitar un
día su acceso al trono. Y las cadenas, de momento, están cumpliendo
escrupulosamente el encargo.
Fuente: www.vozpopuli.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario