Las cosas
han ido muy mal en 2013, pero pueden empeorar. Es evidente que la política del
PP pretende retrotraernos a los años 70 en los que había una segmentación de la
cobertura sanitaria.
Por Marciano
Sánchez Bayle y Araceli Ortiz Arteaga |
La
finalización del año es un buen momento para hacer una reflexión sobre lo que
ha pasado en este tiempo y establecer proyectos para el futuro.
La Sanidad
Pública, como otros servicios públicos básicos, ha sufrido una brutal agresión
y un gran retroceso en 2013, aunque resultaría prácticamente imposible hacer un
relato pormenorizado de todos ellos, los fenómenos más negativos para la
Sanidad durante este año han sido los siguientes:
Recortes
presupuestarios
Se han
producido recortes generalizados en los presupuestos de las CCAA, del
Ministerio de Sanidad y de los demás organismos con competencias sanitarias,
recortes que se suman a los ya producidos a partir de 2009. En el conjunto de
las CCAA se produjo una disminución de 152,8 € por habitante y año entre 2010 y
2013 (-11,42%), aunque con notorias diferencias entre las distintas autonomías.
El total de la disminución presupuestaria de la Sanidad Pública entre 2010 y
2013 alcanzo los 7.500 millones €.
Recortes de
personal
La
principal, aunque por supuesto no la única repercusión de los recortes, ha sido
una acusada disminución del personal sanitario. De acuerdo con las cifras de
los Ministerios de Hacienda y Administraciones Públicas, en julio de 2013 había
25.543 trabajadores sanitarios públicos menos que en enero de 2012, los
cálculos de los sindicatos más que duplican esta cifra porque una gran parte de
la disminución de personal ha ido a la eliminación de personal contratado
y eventual que no aparece en las cifras oficiales.
Aumento de
las listas de espera
Como es
obvio, la reducción de personal ha afectado a los cierres de camas, puntos de
atención continuada, etc, y ha producido reducciones del horario de asistencia
sanitaria, y de actividades asistenciales (intervenciones quirúrgicas,
exploraciones, etc.) Aunque resulta muy difícil hacer cálculos porque los
recortes se han hecho de manera muy diferente según CCAA, centros, servicios y
especialidades, de manera aproximada puede decirse que suponen 7 millones menos
de consultas de atención especializada, 700.000 exploraciones radiológicas
menos, 280.000 estancias hospitalarias menos y 250.000 intervenciones quirúrgicas
menos. No es por lo tanto de extrañar que según las cifras oficiales, que todos
sabemos que están manipuladas, se haya producido un aumento de las listas de
espera tanto quirúrgica (aumento de 24 días de media, con un aumento del 7,1%
de los pacientes que esperan mas de 6 meses) como en consultas externas
(aumento de 6 días de media de la espera y del 24% de los pacientes en espera
por 1000 habitantes).
Copagos
En
aplicación del RD 16/2012 se establecieron copagos generalizados sobre los
medicamentos (se anuncia que ahora en diciembre se acabara por instaurar el de
los medicamentos dispensados en las farmacias hospitalarias), que se sumo a la
exclusión de mas de 400 fármacos de la financiación pública. El resultado ha
sido que entre un 12 y un 16,7% de los pensionistas no compran algunos de los
medicamentos prescritos con las repercusiones que ello tendrá sobre su salud.
Además, se establecen copagos sobre transporte sanitario, dietas, órtesis y
prótesis que suponen una barrera económica fundamental para el acceso a
prestaciones necesarias para las personas con bajos ingresos y serios problemas
de salud. Un cálculo aproximado señala que en torno a 6 millones de personas no
pueden acceder a prestaciones sanitarias por este motivo.
Exclusiones
de colectivos
EL RDLey
16/2012 ha cambiado el modelo sanitario pasando de un modelo de cobertura
universal a otro en el que la cobertura esta ligada al aseguramiento. De manera
inmediata ha supuesto la exclusión de las prestaciones asistenciales de las
personas inmigrantes no regularizadas en nuestro país, un hecho especialmente
grave porque se trata de un colectivo con muy pocos recursos económicos y que
ya ha provocado al menos 2 muertes documentadas y graves problemas de salud
para muchas personas (se calcula que se ha excluido de la cobertura a mas de
800.000 personas). Por otro lado se ha excluido también a los que perciben
rentas superiores a 100.000 €, pero existe el peligro de exclusiones en cascada
de grupos cada vez mayores de población (ya se ha anunciado el de los españoles
que vivan menos de 90 días al año en nuestro país).
Recortes de
la cartera de servicios
La cartera
de servicios del Sistema Nacional de Salud se ha fragmentado en 3, la básica
que se va a reducir progresivamente (ya se han excluido de la reproducción
asistida a las personas sin pareja), pero lo previsible es que se vayan
excluyendo paulatinamente cada vez mas prestaciones que pasarían a estar
sujetas a copagos.
Las
privatizaciones
Las
privatizaciones han ido avanzando en este año de manera muy importante. No solo
el plan madrileño de privatizar 6 hospitales semiprivados, sino además hay
proyectos en marcha de privatizaciones en la mayoría de las CCAA, y todo ello a
pesar que existen evidencias, en España y a nivel internacional, de que las
privatizaciones suponen un mayor coste (entre 6 y 8 veces), no mejoran la
calidad de las prestaciones y frecuentemente están vinculadas a numerosas
irregularidades y a intereses personales de los privatizadores, lo que se
conoce como “puerta giratoria”.
Las unidades
de gestión clínica
Una nueva
formula para evitar el rechazo social y profesional que han suscitado las
privatizaciones son las llamadas “unidades de gestión clínica” que pretenden la
fragmentación de la red pública en numerosas microempresas, en las que estará
presente el capital privado y que están planteadas para permitir la
privatización de la red pública dando un rodeo que evite su visibilidad.
En este proyecto juegan un papel importante los colegios profesionales que, a
cambio de mantener la anacrónica obligatoriedad de colegiación, pretenden
ofrecer respaldo profesional a las iniciativas privatizadoras del Gobierno del
PP:
Y el aborto
Por fin,
está la nueva legislación sobre el aborto que está pensada para imposibilitarlo
en la práctica. Se trata de una iniciativa de exclusivo carácter ideológico que
solo representa las posiciones del fundamentalismo católico y que excluye
cualquier tipo de consideración sanitaria, como es la evidencia de la inequidad
en el acceso que va a suponer (las mujeres con medios económicos resolverán
el problema en el extranjero) y los problemas de salud para las mujeres,
resultado de los abortos clandestinos. Este proyecto ignora tanto la
experiencia en España como a nivel internacional y las múltiples
recomendaciones de los organismos internacionales al respecto.
Un
Ministerio inútil e incapaz
El papel del
Ministerio de Sanidad en todo este año ha sido penoso. No solo ha capitaneado
los recortes sino que ha demostrado su incapacidad para hacer las cosas con un
mínimo de organización (véase la normativa para el copago en las farmacias
hospitalarias) o de preocupación por la salud (la normativa antitabaco se ha
salvado por las excesivas pretensiones de Adelson, no por la actuación del
Ministerio, la propia normativa sobre el aborto, etc). Desde el Ministerio ha
optado por la ocultación y la manipulación más grosera para intentar negar la
realidad ( como comparar el gasto farmacéutico con el de 2011 para que no se
evidenciara el repunte de los últimos meses, etc); en realidad se ha convertido
en el ministerio de la insalubridad, la desigualdad y la manipulación.
Nos avisan
desde fuera
A pesar de
los intentos de ocultación, el empeoramiento es tan visible que los últimos
informes de los organismos internacionales (OCDE, UE, FMI) señalan los graves
problemas que amenazan a la salud de los españoles y desde fuera de nuestras fronteras
se ve con sorpresa que un sistema sanitario que se consideraba modélico a nivel
internacional está siendo destruido de manera intencionada, lo que ha sido
señalado en las revistas científicas mas prestigiosas del mundo (British
Medical Journal, The Lancet, etc).
No todo fue
negativo
Sin embargo
no todo fue negativo en 2013, porque hay algunas hechos positivos que merece la
pena resaltar, como son:
La supresión
del euro por receta
Que ya se
había suprimido en Cataluña en 2012 lo fue en Madrid en enero de 2013, de todas
maneras conviene señalar que muchos ciudadanos lo pagaron y la Comunidad de
Madrid no se lo ha devuelto todavía
Las
movilizaciones
Con todo el
hecho mas positivo ha sido la amplia movilización social y profesional en
defensa de la sanidad pública que ha tenido una gran importancia en Madrid,
pero que también la ha tenido en otras CCAA como Galicia, Murcia, Canarias,
Cataluña, La Rioja, Castilla y León, Aragón, Castilla la Mancha, etc. De hecho,
en todas las CCAA han existido movilizaciones más o menos amplias. Muy
importante es el hecho de que se ha conseguido un gran consenso ciudadano de la
importancia de la Sanidad Pública, la necesidad de su defensa y los efectos
negativos de las privatizaciones.
La
paralización de algunos recortes y privatizaciones
Como
resultado de las movilizaciones se ha logrado paralizar muchos de los recortes
y de las privatizaciones. Aparte de lo logrado en Madrid, donde todavía la
jugada más ambiciosa está pendiente de llevarse a cabo, conviene recordar que 4
hospitales en Castilla La Mancha iban a ser privatizados y se quedo en ninguno,
que se cerraron puntos de atención continuada en Castilla y León, Castilla La
Mancha y Extremadura que en muchos casos tuvieron que reabrirse, que se
quería hacer hospitales con el modelo PFI en Alcañiz, en Mérida, Cáceres, etc y
que de momento están paralizados, etc. Es decir, el efecto de las
movilizaciones ha sido el ralentizar la oleada privatizadora y, como ya se ha
dicho, que el gobierno del PP busque algunos rodeos para continuarla. En todo
caso esta claro que se está logrando paralizar la ofensiva, al menos por el
momento.
Lo que nos
queda por ver y por hacer
Las cosas
han ido muy mal en 2013, pero pueden empeorar. Es evidente que la política del
PP pretende retrotraernos a los años 70 en los que había una segmentación de la
cobertura sanitaria en tres grupos de población: los que tenían mas medios
económicos eran atendidos por seguros privados, los trabajadores por una
seguridad social de baja calidad y el resto de la población por la
beneficencia. Si lo consiguiera, el nivel de salud de la población empeoraría
notablemente y las desigualdades sanitarias se harían escandalosas.
Es obvio que
estos planes contaban con un rápido deterioro del sistema sanitario público por
los recortes y un aumento notable del sector privado favorecido por las
crecientes privatizaciones, y también con la atonía y falta de respuesta de
profesionales y ciudadanos. Las cosas no les han salido como pensaban, pero es
previsible que continuaran con sus intentos de desmantelamiento, deterioro y
privatización de la Sanidad Pública, y que buscaran todo tipo de rodeos y
estrategias para avanzar en ese camino. Nuestra tarea es impedírselo, porque
este país, los profesionales de la Sanidad Pública y los ciudadanos no nos lo
merecemos, por eso hay que generar respuestas sociales y profesionales,
masivas, unitarias y sostenibles en el tiempo.
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