Vivimos momentos
críticos para el futuro de la Sanidad Pública en España.
Por
Marciano Sánchez Bayle y Manuel Martín García |
nuevatribuna.es | 22
Diciembre 2013 - 14:06 h.
Vivimos
momentos críticos para el futuro de la Sanidad Pública en España. El gobierno
del PP a nivel central, y muchos gobiernos autonómicos están apostando
seriamente por los recortes, el deterioro y la privatización de la Sanidad
Pública. Esta estrategia privatizadora esta adoptando multitud de concreciones
practicas, que en muchos casos pueden pasar desapercibidas por lo que es
necesario evidenciarlas.
Pretendemos
desvelar solo las mÁs significativas, pero hay que ser conscientes de que los
privatizadores utilizaran todo tipo de argucias y maquillajes para avanzar en
sus objetivos. Por eso es muy importante estar atentos a todas las iniciativas
y hacer patentes sus objetivos encubiertos.
Las
estrategias de privatización sanitaria en concreto pasan por:
1) La fusión de empresas tecnológicas, laboratorios
farmacéuticos, multinacionales de servicios sanitarios, consultoras, bancos
y fondos de capital riesgo que están adquiriendo centros, servicios y
parcelas enteras del sistema sanitario con el apoyo y complicidad de los
responsables políticos.
2) Fórmulas utilizadas en hospitales: PFI, concesiones,
consorcios, etc, que dejan en manos de empresas privadas la construcción, los
servicios denominados como “no sanitarios” y a veces todo el hospital, o
permiten la presencia de capital privado en los centros, encareciendo los
costes, disminuyendo significativamente el personal y cambiando la lógica de la
atención sanitaria por la lógica del mercado y la rentabilidad económica
3) Fórmulas utilizadas en AP: EBAs que son miniempresas
formadas por algunos profesionales sanitarios a las que se les concede la
atención sanitaria de una zona básica de salud (existen en Cataluña y quieren
desarrollarlas en Madrid), inclusión de la AP en las concesiones
administrativas de áreas sanitarias (en Valencia: Alzira, Denia, Torrevieja,…).
4) Planes de choque de listas de espera derivando
sistemáticamente enfermos con patologías rentables a los centros privados, ahí
suelen jugar un papel sustancial los centros de llamadas (“call center”) en
manos de empresas privadas que se encargan de manipular y/o sesgar la
información a favor de los centros privados.
5) “Externalizaciones” de prestaciones: pruebas
diagnosticas y tratamientos, derivando hacia centros privados, en muchos casos
desde los propios centros públicos a los enfermos para determinadas actuaciones
sanitarias.
6) La utilización de la llamada Gestión Clínica (basada en
la coordinación de los diferentes recursos que intervienen en los procesos
asistenciales, con implicación de los profesionales y utilización de
instrumentos que garanticen la racionalidad científicamente comprobada de las
decisiones), para fragmentar los centros y niveles en empresas con personalidad
jurídica, presupuesto propio, capacidad de comprar y vender sus servicios y
lucrase de ello en un marco de competencia cambiando el Estatuto del Personal
por el laboral de la libre empresa. Esta perversión de la Gestión supondrá
también una oportunidad para seleccionar las parcelas más atractivas del
sistema y para influenciar las estrategias de las mismas (como, por ejemplo,
generalizar los cribados poblacionales que necesitan importantes y costosos
recursos tecnológicos en detrimento de las estrategias comunitarias basadas en
la promoción, la prevención y la Atención Primaria). Algunas de estas
estrategias ya están siendo promovidas desde algunas asociaciones
profesionales (presuntamente científicas).
7) El desarrollo acelerado de la informatización del sistema
(plataformas informáticas, historia clínica electrónica, etc.), que está
siendo asignada a empresas multinacionales relacionadas con los seguros,
laboratorios, industria de tecnologías sanitarias, bancos, fondos de inversión
y consultoras, etc., que además de enormes beneficios económicos tendrán acceso
a la información de salud de todos los ciudadanos para organizar impunemente
sus estrategias para apoderarse del conjunto del sistema sanitario
público (el estallido de la burbuja inmobiliaria y la crisis les ha reducido su
capacidad de ganancias y han visto en la sanidad financiada con dinero público
una enorme oportunidad de negocio)
8) La cesión al sector privado de los servicios
estratégicos del Sistema como la planificación, información, acreditación de
servicios, adquisición y evaluación de los recursos tecnológicos,
investigación, docencia, es decir toda la inteligencia del sistema. Esta
política además de incrementar de manera dramática el gasto sanitario y
proporcionar una enorme oportunidad de negocio al sector privado, está poniendo
en manos privadas la información más sensible del sistema y de los ciudadanos.
Esto explica el empeño del lobby de empresarios, gestores y
farmaindustria por afirmar que mientras se mantenga la financiación pública se
garantiza el carácter público del sistema.
Todos
estos mecanismos funcionan de manera complementaria y solo tienen como
finalidad: fragmentar, deteriorar y desmantelar la Sanidad Pública, favorecer
el crecimiento de negocio del sector privado, aunque sea con elevados
sobrecostes. Y después permitir un cambio del modelo sanitario en el que las
personas con mas recursos reciban la asistencia sanitaria del sector privado
según su capacidad de pago directo o las coberturas de su seguro privado, los
trabajadores continúen con la asistencia sanitaria a cargo de una seguridad
social, recortada y deteriorada, y el resto de la población quede en manos de
la beneficencia- Si lo consiguieran se trataría de un retroceso de 40 años en
nuestro sistema sanitario que produciría un notable empeoramiento en el nivel
de salud de la población. Entre
todos deberíamos de trabajar para evitarlo.
Marciano
Sánchez Bayle y Manuel Martín García | Federación de Asociaciones para la
Defensa de la Sanidad Pública
Fuente: www.nuevatribuna.es
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