Artículos de
Opinión | Plataforma Auditoría Ciudadana de la Deuda: Sergi Cutillas, Javier
Soraluce, Carlos Sanchez-Mato | 30-12-2013 |
El nuevo
Fondo de Liquidación Bancario europeo, otro mecanismo para pasar pérdidas
bancarias a los contribuyentes. Finalmente el Ecofin (Consejo de Asuntos
Económicos y Financieros de la Unión Europea) ha acordado crear el fondo para
liquidar bancos a nivel europeo, o sea, para garantizar el dinero de los
depositantes, que se llamará Mecanismo Único de Resolución (MUR) (o su acrónimo
en inglés SRM, Single Resolution Mechanism).
En este
nuevo pacto ha habido, como viene pasando últimamente un claro ganador.
Alemania se ha asegurado de que la Comisión Europea no tenga la última palabra,
evitando así que pueda liquidar bancos alemanes, además de asegurarse de que no
tendrá que rescatar bancos extranjeros con dinero de sus contribuyentes durante
los próximos 10 años a no ser que haya nuevos acuerdos para avanzar en la
integración europea. La banca europea irá añadiendo en este fondo 5.500
millones al año, hasta llegar a 55.000 millones de euros en 2026. Esta es una
cifra ridícula, en comparación con las cifras que maneja el sector bancario. El
fondo estará compartimentado por países hasta esta fecha, lo que significa que
si un banco español quiebra antes del 2026, el dinero que se usará será la
parte que los bancos españoles hayan puesto en el fondo. Si este fuera el caso,
es obvio que no habría suficiente dinero, ya que la aportación de los bancos
españoles será de 8.500 millones en los próximos diez años. El dinero que
tienen los españoles en depósitos de hasta 100.000 euros protegidos ascendían a
31 de diciembre de 2012 a 795.000 millones de euros (Fuente: Memoria Fondo de
Garantía de Depósitos). Hagan las cuentas. Si un banco de tamaño medio quebrara
los 8.500 millones no servirían ni para empezar. Podemos hacernos una idea de
cómo las necesidades de liquidez del sistema bancario del Estado Español
superan en varios órdenes de magnitud a los 8.500 millones de euros del MUR,
con el informe elaborado por la PACD: “La ilegitimidad de los Rescates a la
Banca en el Estado español”.
Destacamos
también que la nueva directiva señala que “los estados miembros deben asegurar
que están completamente protegidos los depósitos resultantes de transacciones
relativas a bienes inmobiliarios residenciales privados o ligados a eventos de
la vida privada como bodas, divorcios, jubilaciones, resolución de contratos,
despidos, invalidez o fallecimientos durante los doce meses siguientes a que
hayan sido ingresadas en las cuentas de los clientes”. Esto extiende la
cantidad de depósitos protegidos en el estado español y en el resto también. En
resumen, se amplía la protección sin dotar los medios para esa protección.
Además el acuerdo incluye la fórmula bail-in, o rescate interno, ya aplicada
por ejercicio de la Troika en el rescate a Chipre. Consiste en que los
depositantes con más de 100.000€ sufran parte de las pérdidas en la
liquidación. Este modelo de rescate se vendió desde la Comisión Europea como
“único por toda una serie de razones“, aunque poco después ya reconocieron este
formato como modelo para futuras crisis bancarias, a pesar de la clase media
ahorradora, y que ahora vemos como queda integrado en el MUR.
En el caso
de que no hubiera suficiente dinero el fondo puede acceder al dinero del MEDE
(Mecanismo Europeo de Estabilidad), que es dinero de los contribuyentes. Si
esto no fuera suficiente se financiará en los mercados de deuda, o sea, podrá
endeudarse, con la garantía del estado. El fondo, funciona por tanto de forma
similar al banco malo SAREB (Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la
Reestructuración Bancaria). El banco malo asumía activos de la banca a un
precio sobrevalorado, asumiendo pérdidas a cargo del estado, reflejadas en más
deuda pública. En este caso el fondo de garantía directamente dará el dinero a
la banca para que devuelva el dinero a los depositantes también a cargo de la
deuda pública. Con esta lectura podemos decir que el nuevo fondo de liquidación
MUR nos es más que un banco malo elevado a nivel europeo. Las cantidades con
las que se dota el fondo sólo sirven para tapar lo que es un mecanismo de
garantía pública a la banca.
En
definitiva la directiva europea reconoce la inviabilidad de la banca privada
sin la existencia de una red de seguridad pública (ya sea estatal individual o
estatal multilateral) que permita su existencia y que puedan financiarse con
los ahorros de la ciudadanía a un coste reducido. Nadie dejaría a tipos de
interés ridículamente bajos sus depósitos en entidades privadas sin la
protección pública. Ese aval tiene un coste para los bancos muy bajo (0,8% de
los depósitos garantizados) por lo que supone una transferencia directa y neta
de recursos del ámbito público al ámbito de las entidades financieras privadas.
No es un aval “a precios de mercado”. Es interesante hacer incidencia en el
argumento que sostiene el bail-in. Con este sistema se pretende justificar que
los depositantes son en parte culpables de las malas prácticas del banco donde
tienen el dinero, porque no han realizado una tarea de supervisión. La teoría
económica neoclásica, que cimienta las decisiones de las instituciones
europeas, dice que los bancos existen para que los prestamistas no tengan que
estar detrás de sus deudores todo el tiempo. El banco existe como institución
especializada en recoger información y acumular experiencia, que le permita
juzgar a quién da préstamos, mejor que si lo hiciera una familia u otra
entidad. Según esta teoría ésta es la característica principal por la que
existe la banca. Esta nueva doctrina bail-in nos dice que este no es el caso,
que en realidad la banca no sabe lo que hace y que somos nosotros los que la
tenemos que vigilar. Entonces nos preguntamos, ¿para qué sirve un banco? La
doctrina bail-in contradice completamente la teoría económica neoclásica, y
según esta nueva doctrina la banca no debería existir y los particulares y
empresas deberían prestarse unos a otros y hacer ellos mismos el trabajo de
seguimiento de los proyectos de sus deudores para vigilar que el dinero sea
devuelto.
Mostramos un
esquema (Fuente: Financial Times) de cómo funciona el sistema de resolución que
refleja el carácter de la burocracia laberíntica de la UE, con el único
objetivo de crear opacidad para ocultarse de la auditoría de la ciudadanía.
Este acuerdo
es un paso importante aunque incompleto, hacia la unión fiscal y política en la
Unión Europea. El acuerdo supone una unión fiscal, al menos parcial a través de
la mutualización del fondo, en 2026. Pero este acuerdo, dada la crisis que
amenaza la supervivencia del euro, parece sólo un paso incompleto sin un
acuerdo más amplio de unión fiscal, en el que se permitan transferencias
fiscales y se mutualicen deudas públicas estatales. El acuerdo definitivo no
parece cercano debido a la reticencia alemana, que persiste en mantener su
hegemonía respecto a Bruselas en todo este proceso de integración.
A pesar de
llevar en su historial el rechazo del tratado de Maastricht en referéndum por
parte de Dinamarca, el rechazo de la Constitución en distintos referéndums por
parte de Francia y Holanda, la violación del Pacto de Estabilidad por parte de
estados integrantes que hoy proclaman disciplina fiscal como Alemania, la
creación de fondos y mecanismos de rescate a la banca con fondos públicos
establecidos en paraísos fiscales bajo leyes opacas y extracomunitarias como el
MEDE, la destrucción de las economías del sur de Europa con políticas
neoliberales, y así un largo etcétera, vemos que la UE continúa avanzando, no
sin dificultades, en su proyecto imperialista.
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artículo: http://auditoriaciudadana.net/2013/...
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