Publicado
en 23 diciembre, 2013 por victorjsanz
“Alemania es fuerte, y así queremos que se quede” era uno
de los eslóganes electorales de la CDU, el partido dirigido por Angela Merkel.
Y efectivamente Alemania es el país más sólido económicamente de toda Europa y
el único que ha escapado de la recesión. ¿En qué se fundamenta la solidez
económica de Alemania? Esencialmente en el altísimo nivel de explotación que
existe de la fuerza de trabajo. Ésta se produce por tres vías complementarias.
Por una parte, los
salarios de la clase trabajadora alemana se han mantenido estancados durante
dos décadas, mientras que los beneficios de las empresas no han dejado de
crecer (de ahí que el dinero acumulado se haya dedicado a la especulación,
entre otros sitios, en la burbuja inmobiliaria del Estado español). Por otra
parte, el mercado laboral ha sido extremadamente precarizado. Según algunos
economistas, actualmente en Alemania se trabaja globalmente el mismo número de
horas que hace 20 años. Es decir, en una gran proporción de empleos que antes
eran a jornada completa y con salarios relativamente altos, ahora existen
trabajos a tiempo parcial, con mucha rotatividad y salarios bajos. Trabaja más
gente pero se trabaja la misma cantidad de horas.
La explotación laboral es el verdadero motor de la economía
alemana. La precariedad laboral cimienta el éxito económico de la Alemania de
Merkel.
Los empleos bien pagados han cedido terreno a trabajos por
los que se puede cobrar hasta un euro la hora, y donde antes un empleo se
cubría con una persona, ahora se cubre con dos o con tres, cuyos salarios en
conjunto no alcanzan al de la anterior.
La tercera vía ha sido el ataque a las ayudas al desempleo
y la persecución de las personas desempleadas para que se vean obligadas a
coger cualquier trabajo. Hoy por hoy la percepción de ayudas del estado (una
vez agotado el subsidio de desempleo) significa estar expuesto a la obligación
de coger cualquier oferta de empleo, al salario que sea.
Estas medidas fueron fruto del gobierno de Schröder (del
Partido Socialdemócrata Alemán) al principio de la década del 2000. Sus medidas
fueron tan ventajosas para el capital que hoy día Merkel reclama los éxitos de
estas reformas como si fueran suyos.
No se puede perder de vista que la creación de riquezaa
proviene del trabajo. Cuando se pone a Alemania como ejemplo económico todo
esto suele olvidarse. Alemania es fuerte. Ahora ya sabemos porqué.
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