domingo, 30 de noviembre de 2014

CÁRITAS DETECTA 3.600 PERSONAS SIN CASA EN GALICIA Y FEIJÓO REPLICA QUE HAY PLAZAS LIBRES "EN ALBERGUES"



La organización social dependiente de la Iglesia reclama nuevas políticas de vivienda y medidas como "alquiler social o ocupación de viviendas vacías"
El presidente e la Xunta llama a "trabajar" para saber "por qué, si hay albergues que no se utilizan, hay gente que duerme en la calle".
En Galicia hay casi 300.000 viviendas sin habitar, según los datos más recientes
28/11/2014 - 08:33h
Acción reivindicativa de Cáritas ante el Instituto Galego de Vivenda
"Una vivienda digna para todo el mundo". La reclamación no sale de un partido político, ni siquiera de un movimiento ciudadano contra los desahucios. La lanza Cáritas, la organización dependiente de la Iglesia católica dedicada a la acción social que, en el marco de su campaña a favor de las personas sin hogar, acaba de traducir en cifras las dificultades que atraviesa este colectivo, "cada vez más numerososo y que vemos por cualquier calle de cualquier ciudad", dice su director en Compostela, José Anuncio Mouriño. En Galicia, calcula la institución, "viven en la calle de manera precaria" un total de 3.654 personas a las que "la sociedad tiene que darles soluciones". Esta reclamación se ha encontrado con una llamativa respuesta en el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, que a preguntas de la prensa replica, desde el "respeto a Cáritas, que hay plazas libres "en los albergues" de diferentes puntos de Galicia.
Frente a la elocuente propuesta presidencial la petición de Cáritas ve mucho más allá del asistencialismo. La vivienda, dicen, es "una herramienta fundamental para la vida en dignidad de las personas" como "espacio físico" para "el desarrollo integral del ser humano". Galicia, subrayan, es la segunda autonomía del Estado en número de personas sin techo por cada cien mil habitantes: "133 frente a la media de España, que es de 71". Son datos que invitan a la preocupación, dicen, en un contexto en el que, por ejemplo, cada noche duermen en la calle 295 personas en la ciudad de A Coruña, 215 en Pontevedra y 127 en Santiago. "Las cifras son aterradoras", señalan desde Cáritas, aunque se trata de un contingente de personas que es posible abarcar con una "política de vivienda que garantice el derecho y prevenga y combata la vulnerabilidad y la exclusión".
Mientras Cáritas apela a la Carta Social Europea y a "realizar, de forma urgente, una reforma jurídica en el ámbito del alquiler y de los procedimientos de ejecución hipotecaria, así como a "fomentar el alquiler social y la ocupación de viviendas vacías", Feijóo acoge los datos con aire de recelo y subrayando que "Cáritas sabe" que en Galicia "los albergues tienen, todas las noches, plazas que no se utilizan". A juicio del presidente hace falta "trabajar", pero "para saber por qué si hay albergues que no se utilizan, hay gente que duerme en las calles en Galicia". Además, añade, "nos sorprenden esos datos" porque "decir que Galicia y Euskadi son las comunidades con más personas sin techo [lo son, pero en relación a su población, no en términos absolutos] no se corresponde con el dinero que se destinan a los gastos sociales" y a las ayudas "de emergencia" en ambas autonomías, que "están muy por encima de las del conjunto del Estado, según datos de cualquier tipo de estadística oficial".
Casi 300.000 viviendas vacías
                                                    

Mientras se producían estas reflexiones del jefe del Ejecutivo una delegación de personal, voluntarios y personas usuarias de los servicios sociales de Cáritas se acercaban a la sede del Instituto Galego de Vivenda e Solo (IGVS), en Santiago, para simbolizar la necesidad de una política de vivienda alternativa que, entre otros aspectos, impida la existencia de un amplio parque de viviendas vacías, un número mucho mayor que el de personas que viven en la calle. Así, por ejemplo, según los datos más recientes del Instituto Galego de Estatística, del año 2011, Galicia cuenta con 299.396 viviendas sin habitar, casi el 20% del total. Por provincias, el mayor número de viviendas vacías estaba en ese año en A Coruña, con más de 120.000, seguida de Pontevedra, con 78.000, Ourense, con casi 56.000 y Lugo, que supera las 45.000 viviendas sin personas viviendo en ellas.
Estas cifras se dan en un contexto en el que Cáritas, "sin contar con las parroquias", ha tenido que "hacer frente a 193.854 euros en lo que va de año" para atender necesidades básicas de estas personas como "alquileres, suministros [como luz y agua] y habitaciones". "Nos parece que esto no es correcto, ya que consideramos que la sociedad es la responsable de todas esas personas que no tienen un lugar digno para vivir", dice el director de la institución, quien además recuerda que este tipo de pobreza "tiene, cada vez, más, rostro de mujer". "Tampoco se puede olvidar a los jóvenes que supera los 18 años y que, fundamentalmente, procede de centros tutelados que tienen la calle como vivienda habitual", destaca. "Hablamos de seres humanos que sienten lo mismo que nosotros", evidencian.

PAUL PRESTON : 'LAS TRAICIONES ACABARON CON LOS REPUBLICANOS'




Madrileños buscan entre los escombros en abril de 1939. GETTY IMAGE
CARLOS FRESNEDA Londres
Actualizado: 30/11/2014 19:31 horas
Fue el 'golpe de gracia' de la Guerra Civil. El coronel Segismundo Casado, apoyado por la mayoría de las fuerzas políticas de la zona republicana, derriba al último presidente del Gobierno republicano, el socialista Juan Negrín. En las calles de Madrid estalla una 'miniguerra' civil entre anarquistas y comunistas que precipita el final de la contienda y allana el camino a la venganza (por el lado nacional) y a la vergüenza (por el lado republicano).
Influido seguramente por la lectura de 'Juego de tronos', el hispanista Paul Preston interpreta ahora todo lo ocurrido en ese mes vivido peligrosamente (marzo de 1939) como "un auténtico juego de conspiraciones, traiciones, odios, resentimientos, mentiras y venganzas". El final de la guerra (Debate) da título a un libro que se lee como un auténtico thriller y que ahonda en el lado humano de los personajes en esa dramática cuenta atrás...
"Me pregunto hasta qué punto todas las guerra civiles acaban así, con un forcejeo entre los perdedores, empeñados en clavarse puñaladas y echarse las culpas los unos a los otros". Paul Preston (Liverpool, 1946) tiene en cualquier caso muy claro quién fue el principal "culpable" de lo que ocurrió al final (Casado), a quién se puede considerar como su mayor cómplice (Julián Besteiro) y a quién conviene exculpar a pesar de los pesares (Negrín).
"La tragedia humanitaria que desencadenó el golpe de Casado pudo haberse evitado", sostiene el historiador y biógrafo británico. "Fue un error colosal desde el punto de vista estratégico. Aunque la guerra estuviera ya perdida, una tercera parte del territorio estaba aún en manos republicanas. El golpe de Casado no solo frustró la posibilidad de una paz digna, sino que impidió de paso todos los planes de evacuación y abrió las puertas a las tremendas represalias de la victoria franquista".
Preston entona también su mea culpa por algunos de los mitos que aún perduran sobre el último acto de la guerra civil, desde la supuesta heroicidad del general Miaja como el gran defensor de Madrid al dudoso impulso humanitario y patriótico de Casado en su afán por poner fin a la masacre al cabo de casi tres años y evitar la bolchevización de la República. "Durante mucho tiempo, la versión más comúnmente aceptada de lo que ocurrió al final de la guerra fue la del propio Casado", advierte Preston. "Él mismo contribuyó a fabricar su propio mito con su primer libro en inglés y sus memorias (Así cayó Madrid), publicadas al regreso de su rocambolesco exilio en Gran Bretaña, Colombia y Venezuela".
Reconoce Preston que ha habido "libros muy buenos" en estos últimos años sobre el tema que nos ocupa. En lugar destacado coloca Así terminó la guerra de España (de Ángel Bahamonde y Javier Cervera) y El desplome de la República (de Ángel Viñas y Fernando Hernández Sánchez). Lo que faltaba quizás era una "aproximación humana" al drama de los últimos días y de lo que vino después, que en opinión de Preston sirve para poner definitivamente a los personajes en contexto...
"Pese a haber sido la víctima de la conjura de los necios, Juan Negrín da muestras en su exilio de una gran benevolencia y entona incluso una dura autocrítica. En sus cartas personales, Casado sigue siendo sin embargo tan arrogante y tan cínico como antes, creyéndose el redentor de España, tratando al principio a Franco como el 'generalísimo' y reduciéndole luego despectivamente la categoría de 'judío enano'".
La Pasionaria llegó incluso a decir que era difícil imaginar "una alimaña más cobarde y escurridiza que el coronel Casado"
Dolores Ibárruri tenía posiblemente razones para ser tan ácida con él, teniendo en cuenta cómo canalizó el odio hacia los comunistas. Pero el problema es que el general Vicente Rojo opinaba lo mismo, y todos los pasos que fue dando durante la guerra dejaron un rastro de recelos, como su papel durante la batalla del Ebro y la pérdida de Cataluña. Lo que es extraño es que hubiera tanta gente que confiara en él al final. Hay unas traiciones impresionantes al final de la guerra
Casado alegaba también que lo que pretendía era evitar la implantación de una dictadura al estilo soviético en la zona republicana...
Yo descarto totalmente la idea de que Negrín era una marioneta en manos de los comunistas. Negrín no era ni comunista, ni revolucionario. Era más bien un socialista moderado con un fuerte sentimiento "patriótico" (patriotismo republicano, se entiende). Se había visto obligado a aceptar la ayuda de los soviéticos, entre otras cosas por las traiciones de los gobiernos francés y británico.
Usted especula también con la sospecha de que Casado pudiera haber sido un agente británico...
Los británicos querían que acabara la guerra cuanto antes y se fiaron también de él, aunque no creo que hasta el punto de considerarle un "agente" como tal. Pero es curioso el tratamiento de favor que recibió en el exilio, en contraste con Negrín, a quien se le quiso expulsar. A Casado se le da sin embargo un puesto de comentarista en la BBC, con el seudónimo de Coronel Juan de Padilla, y en Londres entabla una relación con una inglesa, Norah Purcell. No estoy muy seguro del origen de esa relación, aunque se presta a todo tipo de interpretaciones, pues ella tenía también contactos con los servicios de inteligencia.
En los últimos días de la República, Casado fue en cualquier caso capaz de seducir para su causa al socialista Julián Besteiro...
Lo de Besteiro es un caso de ingenuidad culposa, rayando en el infantilismo. Cayó en el anticomunismo que acabó cegándoles a todos. Pero más grave era aún su ceguera sobre lo que podría pasar después de la derrota. Pensaba que Franco iba a ser benévolo con él y con los socialistas. Y yo me pregunto: ¿Es que este señor no leía los periódicos? ¿Es que no había leído lo que el propio Franco había anunciado que iba a hacer con esa lista de un millón de españoles a los que iba a castigar?
¿Y qué me dice del papel de los anarquistas en esa miniguerra civil con los comunistas?
La realidad es que los anarquistas y los comunistas se habían declarado la guerra desde el 36, y en eso estaban. Tenían una visión muy distinta de cómo había que combatir a los nacionales. Los comunistas querían una respuesta centralizada y organizada. Los anarquistas hacían la guerra por su cuenta y hablaban hasta el final de resistencia numantina. Al final de la contienda, y tras la caída de Cataluña, los elementos de la CNT-FAI que quedaban en Madrid eran muy extremos, con gente como Eduardo Val, José García Pradas y Manuel Salgado. Tenían también de su lado a la división de Cipriano Mera, que protagonizó alguno de los combates más encarnizados en la miniguerra civil y debilitó sin duda la resistencia militar de la república. Al final, los anarquistas amenazaron con hacer saltar por los aires Madrid, aunque a la hora de la verdad se fugaron.
¿Y qué papel le tocó jugar a Franco en el capítulo final de ese 'Juego de Tronos'?
Franco fue al final quien jugó de una manera más inteligente (y espero que no me llamen franquista). En el fondo tenía miedo a enfrascarse en una lucha numantina en el momento en que los alemanes y los italianos tenían otra cosa en que pensar, y cuando la tolerancia franco-británica con Hitler estaba llegando a su fin. Franco deja a Casado que haga parte del trabajo sucio y que precipite el final de la guerra...
¿Y si no da el golpe Casado?
Yo estoy en contra de la especulaciones 'contrafactuales' y prefiero no aventurar qué hubiera pasado sin el golpe. Pero estoy convencido de que la tragedia final habría sido menor, muchos más republicanos podrían haber sido evacuados y quizás se podría haber logrado la paz en otros términos.
Los protagonistas
Juan Negrín, contra su leyenda negra.
"Pese a haber sido la víctima de todas las conspiraciones, Juan Negrín mantiene una benevolencia frente a los demás que es un indicio de su gran humanidad. Yo veo al último presidente del Gobierno de la II República como un gran estadista, socialista moderado y patriótico en el sentido republicano. Su comportamiento después de la guerra dice también mucho de él. Todos los demás se quejan los unos de los otros, mientras Negrín se desmarca con una dura autocrítica en la que habla de 'nosotros, los líderes irresponsables, incapaces de impedir una guerra que no era inevitable'. También ha pesado mucho el cliché histórico".
El extraño caso de Miguel Buiza
"El almirante Buiza es quizá uno de personajes secundarios más fascinantes del final de la guerra. Había ascendido por encima de sus posibilidades. Se había mantenido cerca de las intrigas contra Negrín, pero al final no traicionó sólo a Negrín, sino también a Casado, al llevarse la flota republicana estacionada en Cartagena y frustrar las operaciones de evacuación al final de la guerra. Se entrega en Túnez, se alista en la Legión Francesa y es acendido en el acto a capitán, para ser recibido como un héroe en París al término de la Segunda Guerra Mundial. Hasta pusieron su nombre en un carro blindado".
Casado, el hombre que hizo el juego sucio a Franco
"La historia ha sido demasiado amable con el coronel Casado, entre otras cosas porque durante mucho tiempo la versión que perduró sobre el final de la guerra fue la escrita en sus memorias, Así cayó Madrid. Él mismo contribuyó a construir su propio mito, alegando que lo único que quería era alcanzar una paz digna con Franco, pero lo cierto es que actuó por motivos totalmente egoístas. Le hizo el juego sucio a Franco y su golpe contribuyó a la gran tragedia final. Su personalidad quedó claramente definida por su actitud después de la guerra: no hay más que leer sus cartas para comprender su grado de arrogancia y de cinismo".
Wenceslao Carrillo, el feroz anticomunista.
"¿El odio de Wenceslao Carrillo estaba dirigido contra los comunistas por haberle robado a su hijo, o contra su hijo por estar con los comunistas? En este aspecto ya ahondé en El zorro rojo, la biografía de Santiago Carrillo. Es la única duda que me queda para explicar el comportamiento de este dirigente del PSOE, que le hizo también el juego a Casado como consejero de Gobernación. No sé hasta qué punto la furia anti-comunista de Wenceslao Carrillo tenía algo de personal, o si era al revés. Se prestó incluso a contemplar la posibilidad de apresar a Negrín para entregárselo a Franco al final de la guerra"
Julián Besteiro,el gran ingenuo.
"Julián Besteiro actuó con una ingenuidad culposa al final de la guerra y cayó en ese grado de resentimiento que se apoderó de muchos socialistas. Las sospechas venían de antes, y resulta asombroso su grado de colaboración con la quinta columna. No fue pues de extrañar que aceptara ser consejero de Estado en el Consejo de Defensa del coronel Casado. Y luego la ingenuidad con la que percibía el final de la guerra, creyendo que Franco iba a ser benévolo con él y con los socialistas. ¿Es que este señor no leía los periódicos? Acabó encarcelado y murió pronto. Fue una de las primeras víctimas tras la contienda"
Miaja, el general que traicionó a los suyos
"El comportamiento del general Miaja en el final de la guerra es deleznable. Junto con el general Matallana, es el principal conspirador en el juego de Segismundo Casado, y al final acaba siendo el presidente del Consejo Nacional de Defensa. El mito de Miaja como el gran defensor de Madrid ya sabemos que estaba inflado más de la cuenta. Por otro lado, estaba el mito de Miaja como un inútil que alentaron en el bando nacional. Los franquistas le despreciaban, y su comportamiento en los últimos días de la guerra demuestra que tal vez tenían razón"



LA SEGUNDA TRANSICIÓN O LA III REPÚBLICA


CASIMIRO GARCÍA-ABADILLO
Actualizado: 30/11/2014 17:06 horas
1. Vientos de cambio.
Vivimos momentos de cambio e incertidumbre. Pocos se atreven a hacer pronósticos sobre cómo va a ser nuestro país no ya en 10 años, sino en tan sólo 12 meses. Lo que nadie pone en duda es que nos encontramos en un momento histórico, que estamos abocados a un cambio de ciclo. La temperatura social ha llegado al punto de ebullición; el hartazgo ciudadano está a punto de hacer saltar por los aires el sistema tal y como lo hemos conocido en los últimos 36 años. Algunos hitos parecen confirmar que estamos a punto de pasar una página de nuestra historia. En marzo murió Adolfo Suárez y en junio abdicó el Rey Juan Carlos I, los dos protagonistas de la Transición.
Alfredo Pérez Rubalcaba decidió en verano abandonar la política; Cayo Lara anunció este mes de noviembre que ya no será el cabeza de lista de IU. Hasta Cándido Méndez dice que se va. Han desaparecido personas tan relevantes en nuestra vida económica como Emilio Botín o Isidoro Álvarez.. Incluso algunos de los grandes periódicos han cambiado de director.
RAÚL ARIAS
 Si estuviera entre nosotros Federico Engels no dudaría en afirmar que estamos ante una acumulación de cambios cuantitativos que nos llevan inexorablemente a un cambio cualitativo en España. Sí, hay momentos en que la manecilla de la historia cambia de época. Quien no quiera ver que atravesamos el umbral de una gran transformación es que o no quiere ver la realidad o bien pretende mantener el statu quo. Los que no se adapten al cambio, serán arrollados por su empuje.
2º La crisis económica y la corrupción.
Sin apenas habernos dado cuenta -aquí todos tenemos que entonar un mea culpa- en menos de un año, un partido nuevo, con viejas recetas, ha logrado hacer tambalear el sistema. La última encuesta publicada por EL MUNDO da a Podemos el liderazgo político, con casi un tercio de los votos, por encima del PP y del PSOE, que juntos no suman ni el 50% del electorado.
A esto hemos llegado después de seis años de durísima crisis económica, que elevó la tasa del paro por encima del 26% y que ha condenado a una generación de jóvenes a la emigración o al subempleo, por no hablar de los desempleados de más de 50 años, cuyas esperanzas de encontrar trabajo son prácticamente nulas.
Los ajustes, necesarios para reducir el déficit público, se han repartido mal. Los ciudadanos tienen la sensación de que han pagado los de siempre. En el sector privado, muchas empresas han hecho recortes y han bajado salarios mientras sus altos ejecutivos cobraban multimillonarias indemnizaciones escudándose en sus contratos blindados.
El Estado de Bienestar, la Educación, la Sanidad, se han deteriorado en estos años de penuria.
Al mismo tiempo que eso ocurría, no han parado de salir a la luz casos de corrupción en los que están involucrados todos los viejos grandes partidos sin excepción. El PP, el PSOE, CiU, etc. El caso de las tarjetas black de Caja Madrid, aunque no representa una enorme cantidad de dinero -sobre todo si lo comparamos con la desviación de fondos en el caso de los ERE en Andalucía- sí es un buen ejemplo de lo que estamos hablando. Representantes de partidos y sindicatos, desde el PSOE a IU, pasando por el PP, UGT y CCOO, compartían una misma forma de lucrarse ocultando sus prebendas al fisco.
Crisis, desigualdad y corrupción, ése ha sido el caldo de cultivo de Podemos. Quienes más han colaborado a aupar a Pablo Iglesias no han sido las redes sociales o la televisión, sino los líderes de los partidos que han cerrado los ojos ante las injusticias y los escándalos.
3º Cataluña: el desencuentro.
Lo que está ocurriendo en Cataluña no puede separarse de la situación general que acabo de describir.
La desafección que lleva a muchos ciudadanos del resto de España a votar a Podemos, en Cataluña, además, ha encontrado en la independencia un cauce para mostrar la repulsa contra el sistema.
Los errores del Gobierno a la hora de analizar el auge del independentismo son difíciles de justificar y sólo pueden ser debidos al desconocimiento de la realidad o bien a la supeditación de la respuesta a ese problema a otros intereses políticos.
No me voy a remontar a las decisiones que se adoptaron durante el Gobierno de Zapatero, que han sido determinantes para explicar por qué hemos llegado a este punto de desencuentro. Me centraré sólo en lo que ha sucedido en los últimos meses.
Rajoy ha basado toda su acción de gobierno en la recuperación económica y todavía confía en ella para invertir la correlación de fuerzas en Cataluña. De ahí la teoría del soufflé. La tesis es sencilla: con crecimiento y creación de empleo, el independentismo se desinflará como un postre sacado del horno antes de tiempo.
Pero Cataluña no es un soufflé, sino una olla a presión a la que hay que dar una respuesta política.
El Gobierno no ha analizado bien lo que ocurrió el 9-N. Es verdad que dos tercios de los ciudadanos de Cataluña no acudieron a participar en la mascarada de referéndum. Pero si ahora hubiera elecciones, los independentistas volverían a tener una cómoda mayoría en el Parlament. Por principio, de los que no votaron el 9-N lo único que se puede decir es que no se creen las promesas de los nacionalistas.
Pero los grandes cambios sociales y políticos siempre han sido protagonizados por una minoría muy movilizada. Eso es lo que está ocurriendo en Cataluña. Si los partidos constitucionalistas no logran ilusionar a esos dos tercios, que en las encuestas dicen sentirse tan catalanes como españoles, al final los independentistas se llevarán el gato al agua.
La hoja de ruta anunciada por Mas el pasado martes, que prevé una declaración de independencia a finales de 2016, pone de relieve la urgencia en la búsqueda de una solución que vaya más allá de la aplicación de la ley, aunque, por supuesto, haya que cumplir la ley.
4º Reforma constitucional.
Les decía que no se puede separar lo que ocurre en Cataluña de lo que está pasando en el resto de España.
Lo que muestran todas las encuestas, lo que demuestra el ascenso de Podemos, es que la arquitectura del sistema, la Constitución, tal y como se concibió en 1978, está agotada.
No creo que haya que hacer una enmienda a la totalidad, pero sí remozar las vigas que se han quedado viejas y revocar una fachada que ya no atrae a la mayoría de los jóvenes. En esencia, la Carta Magna es un edificio sólido que ha dado cobijo a los 36 mejores años de nuestra Historia.
La reforma de la Constitución es, en mi opinión, una oportunidad:
- Primero, para volver a ilusionar a los ciudadanos con un proyecto al que van a ser llamados a participar.
- Segundo, para recuperar el espíritu de la Transición, la concordia.
- Tercero, para ensayar un gran pacto nacional entre el PP y el PSOE que pueda servir de base para afrontar un futuro inmediato caracterizado por la fragmentación política.
- Cuarto, para buscar un encaje de Cataluña en España redefiniendo el modelo territorial (el 60% de los catalanes -última encuesta de Sigma Dos- cree que la reforma es el mejor modo de resolver el desencuentro).
No queda mucho tiempo. Apenas un año para unas elecciones generales en las que ya no habrá una mayoría absoluta. Si los grandes partidos no dejan en un segundo plano su tacticismo y no piensan más en el país, en los ciudadanos; si no son más generosos, estaremos ante un riesgo real de que pueda proclamarse una Tercera República, con todo lo que ello lleva consigo.
Si Podemos se sale con la suya y logra 50 o 60 escaños en las próximas elecciones generales, todo lo conseguido en el terreno económico saltará por los aires. Podemos es ya -junto a Cataluña- un elemento de riesgo para las inversiones extranjeras.
Insisto: o afrontamos una segunda Transición, o nos arriesgamos a una Tercera República.
5º El papel de los medios.
En esta situación de inestabilidad, de riesgo, el papel de los medios de comunicación es más esencial que nunca.
Vivimos en medio de una encrucijada. Hay un escenario, en el que yo no creo, y en el que algunos contemplan incluso la desaparición de los grandes periódicos. Esa hipótesis encierra el peligro de que los grupos editoriales puedan ser sustituidos por cientos, miles de webs, unas controladas por los partidos, otras por grandes corporaciones, por el Gobierno, por los bancos, etc.
Cada elemento de esa maraña no necesitaría de grandes plantillas y podría financiarse con la publicidad de sus patrocinadores. El milagro se habría hecho realidad: numerosos medios gratuitos sobrevivirían gracias a que sus fuentes se habrían convertido en sus financiadores. Si ese panorama se concretase, viviríamos en un mundo como el descrito por George Orwell en 1984.
¿Cuál es el escenario por el que yo apuesto? Evidentemente, vivimos en un mundo en el que la información se distribuye y se distribuirá cada vez en mayor medida a través de soportes digitales. Somos conscientes y, por ello, nuestra apuesta ha sido muy clara: elmundo.es es el medio digital líder en castellano. A pesar del estancamiento de la difusión en el soporte de papel, la suma de lectores de EL MUNDO Orbyt y elmundo.es sigue creciendo y nos coloca en la cabeza por difusión e influencia. Mi opinión es que en el futuro habrá una convivencia de soportes: papel, ordenadores, tabletas, móviles, etc. Cada uno de ellos tendrá una función.
Pero las nuevas tecnologías no nos liberan a los periodistas de nuestras responsabilidades. Para cumplirlas son necesarios grandes y sólidos grupos de comunicación.
Los periódicos, los denostados periódicos, siguen siendo, hoy por hoy, la principal vía por la cual se hace posible el derecho constitucional a la información. Los periódicos -en el soporte que ustedes quieran- son un sistema de alarma ante los abusos del poder y, por tanto, una base fundamental para el funcionamiento del sistema democrático.
Los periódicos, guste o no, seguimos marcando la agenda política no sólo aquí, sino en los países más avanzados. Marcamos las prioridades con la información y también somos un hervidero de ideas para los ciudadanos que buscan respuestas a los problemas que les afectan.
Un periódico, no lo olviden, es un proyecto intelectual. La calidad democrática de un país se mide por la calidad de sus periódicos.
La función de la prensa, incluso en el escenario más tecnológicamente desarrollado, es la misma que le dio sentido en sus orígenes, la misma que le hizo pronunciar a Thomas Jefferson su famosa frase: «Si yo tuviera que decidir entre tener un gobierno y no tener periódicos o tener periódicos y no tener gobierno, no dudaría un segundo en elegir esto último».
Muchos políticos piensan que la crisis de la prensa es un problema sectorial, como la crisis de los astilleros. Pero no, cada vez que un medio se cierra, no sólo se pierden empleos, sino que los ciudadanos pierden una parte de su libertad.
Yo creo en este país y en sus ciudadanos. Tenemos una gran nación y todos tenemos una parte de responsabilidad en la búsqueda de una salida en medio de esta tormenta perfecta. El futuro no está escrito. Ante el determinismo de los que piensan que vamos al desastre, está nuestra capacidad de decisión, de reacción, de inconformismo.
Les aseguro que desde EL MUNDO haremos todo lo posible para responder a ese apasionante desafío.
(Conferencia pronunciada el día 27 en el Foro Nueva Comunicación)