nuevatribuna.es | 23 Febrero 2014 - 10:05 h.
La demagogia es a la política como las
plagas a los cítricos, es decir, forman parte del juego al que se disponen a
participar pero no hacen ningún favor, sino todo lo contrario. Me preocupa el
ascenso de la demagogia en la política y sobre todo en los últimos años en que
el sentimiento de injusticia es más grande.
Según la RAE, demagogia es la
“degeneración de la democracia, consistente en que los políticos, mediante
concesiones y halagos a los sentimientos elementales de los ciudadanos, tratan
de conseguir o mantener el poder”. Explicado en lenguaje más cercano, la
demagogia consiste en dar un mensaje rápido, fácil de entender y tocando la
fibra a un votante unido a la percepción de quien da el mensaje de que el otro
es idiota y va a conseguir su objetivo mediante esa práctica.
Me preocupa el ascenso de la demagogia
en la política, más cuando la gente se está interesando con mayor preocupación
últimamente por la misma y escucha lo que sea para tener una respuesta que le
tranquilice durante unos segundos ante la situación que se vive. Los argumentos
del PP ante cualquier ley abusiva que crean o cuando cierran una televisión
pública, los argumentos del PSOE tras la conferencia política (el PSOE ha
vuelto), los de sectores más a la izquierda, que sobre todo es una
conspiración de poderes fácticos que nadie sabe quiénes son, pero que ahí están
(como Dios, vamos) y los argumentos de CIU en el asunto de la independencia son
el pan nuestro de cada día, causando malestar y tremendo mareo en la gente que
les escucha.Lo peor de todo es cuando un tertuliano intenta explicar estas
cosas. Ahí es cuando la cosa se va de las manos.
No critico que existan programas como
“Al rojo vivo”, “La sexta noche” o “El cascabel al gato” ni a todos y cada uno
de los tertulianos (a alguno vale la pena escucharle), pero sí es cierto que
mucha gente que no tiene unos conocimientos políticos acordes a los que la
situación exige, busca en estos tertulianos una opinión e información de cara a
entender qué está pasando y cuándo se acabará esta maldita crisis. Esto
genera un caldo de cultivo peligroso para la supervivencia de la democracia,
situación aprovechada por ciertos tertulianos de la derecha más rancia para
instalar el mensaje de que “todos son iguales” para que afecte menos al PP y
mal aprovechada por los del otro lado político en lo referente a la
importancia y ganas de protagonismo en el caso de más de uno. Entre
“déjame hablar” y “lo que dices es falso”, la gente de la calle sólo consigue
una cosa, desinformación.
Me preocupa bastante esto. La educación
se pierde cada vez más y nadie sabe explicar que está pasando en nuestro país.
Si no sabemos qué pasa es imposible que salgamos de esta.
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