El historiador
especializado en el estudio de los apectos ocultos de la "Transición"
española
Lunes, 24 de
febrero de 2014
Por I.Nista
Recientemente el director de "El Otro País" entrevistaba a Alfredo Grimaldos, autor de varios libros relacionados con la historia reciente de España, el último de ellos titulado "Claves de la Transición".
Con
legitimidad se puede decir que el historiador Alfredo Grimaldos es
posiblemente la máxima autoridad en el campo de la investigación sobre la etapa
conocida en la historia contempóranea de España como "la
transición". Como se sabe, el proceso de "la
transición" ha sido la mayor operación estética diseñada
en España para presentar como modélica una etapa que presenta multiples
agujeros que tapar. A través de las respuestas de Grimaldos podremos
acercarnos a la comprension de una operación que está determinando
todavía el régimen monárquico que configura la estructura política del
Estado español.
Pregunta.- Se dice que con la reciente muerte del general Armada se
quedan muchas incógnitas sin resolver respecto al 23-F. ¿Es cierto eso o quizás
se riza el rizo para no poder entender lo que pasó en aquella fecha?
El general de división Alfonso
Armada era un militar muy cercano a Juan Carlos de Borbón y fue
nombrado segundo jefe de Estado Mayor del Ejército en enero de 1981.
Varios meses antes, cuando era gobernador militar de Lérida, se reunió
allí con altos dirigentes del PSOE, Enrique Múgica y Joan Raventós,
previsiblemente para ponerles en antecedentes del golpe institucional que se
estaba fraguando, la llamada `Operación De Gaulle´, e implicarlos en
ella.
La
dimisión de Adolfo Suárez a principios de 1981 cambió el panorama. El
golpe del 23-F se dio por inercia: Tejero tenía la obsesión de tomar el
Congreso con todos los miembros del Gobierno y los diputados reunidos allí, al
estilo de lo que hizo el Comandante Cero, Edén Pastora, en Nicaragua, y
arrastró a todos los demás que intervinieron a participar en esa historia. Pero
hay que recordar también que la VI Flota norteamericana estaba ese día
frente a las playas de Valencia y que los servicios de inteligencia
militares norteamericanos, dotados de una tecnología muy superior a la del
Ejército español, desconectaron su principal red de comunicaciones, el CONEMRAD,
para facilitar la operación.
Efectivamente, Armada tenía muchas cosas que contar sobre la
actitud del Rey, que envió un mensaje a Milans del Bosch ya a última
hora de la noche: «Jaime, a partir de este momento, vas contra la Corona». Al
final, había decidido oponerse al golpe, no sumarse a él. La operación le salió
redonda y le ha servido para trincar a barullo durante todos estos años.
P.- ¿Qué tuvo que ver la
CIA en la Transición?
R.- Los servicios
norteamericanos tenían a muchos altos mandos en nómina. A la sección de
Contrainteligencia del Estado Mayor, en la calle madrileña de Menéndez Pelayo,
llegaba a fin de mes el `señor Smith´ y pagaba sobresueldos a los encargados,
teóricamente, de vigilar la actividad de los servicios secretos extranjeros en
suelo español, y el jefe de la estación de la CIA en Madrid, ubicada en la
embajada norteamericana, en la calle de Serrano, se paseaba por allí como si
fuera su propia casa. Tenían información de todo lo que se estaba cociendo y lo
respaldaron.
P.- ¿Y la Iglesia? ¿Cuál
fue su posicionamiento durante aquellos años?
R.- La Iglesia santificó la `cruzada´ franquista y los
fusilamientos de quienes defendieron la Segunda República. Durante 40 años
disfrutó de las prebendas de la dictadura y fue unos de sus principales
pilares. Cuando el régimen amenazaba con desmoronarse, se distanció
tácticamente de él, apostó por una apertura controlada y selló una renovada
alianza medieval entre la cruz y el trono ocupado por el `sucesor a título de
rey´ que designó su `excremencia´.
P.- ¿Qué papel jugaron
hombres como Carrillo en esa Transición?
R.- El PCE era el partido con mayor fuerza en la izquierda
antifranquista, pero su secretario general, Santiago Carrillo, entró
al juego de los hombres del régimen, entre los que destacaba su después íntimo
amigo, el siniestro Rodolfo Martín Villa, y se dedicó a desmantelar las
estructuras de resistencia obrera y popular creadas durante la dictadura. Sus
militantes se comieron con `papas´, por disciplina de partido, incluso
la bandera que presidía los criminales Consejos de Guerra de Franco, así
que alguna responsabilidad tendrán en la instalación de este bodrio de sistema.
P.- ¿Fueron esta clase
de dirigentes los que hicieron posible la democracia?
R.- Recuerdo unas
viñetas de Carlos Giménez en la revista El Papus (que sufrió un
atentado de extrema derecha en al que murió el conserje del edificio donde
estaba la redacción), titulada `Los hombres que hacen posible la democracia´,
en la que se veían, al principio, los rostros sonrientes de los
`politicastros´ oficiales en la vallas electorales. Después aparecía un
miliciano luchando en las trincheras durante la guerra, un republicano español
peleando contra los nazis en el maquis francés, un antifranquista sufriendo
tortura en una comisaría… Al final, `los hombres que hacen posible la
democracia´ eran estos. Lamentablemente, aquí sigue sin haber democracia,
esto es una partitocracia corrupta al servicio de los bancos y las
multinacionales.
P.- ¿Qué se le viene a la mente cuando uno ve que el abogado de la presidenta
del PP en Cataluña y suegro del actual ministro de Justicia, José Utrera
Molina, redactó la sentencia de muerte contra Puig Antich?
R.- Es el resultado de esta Transición dirigida por los
franquistas. Todos los jueces facciosos siguieron en sus puestos y los policías
torturadores continuaron ascendiendo en el escalafón y cosechando medallas
pensionadas. Con el PSOE también, por supuesto, en la época de González
y en la de Zapatero. Rafael del Río, después de ser miembro de la
Brigada Político-Social franquista, fue director general de Policía en el
ministerio del Interior corrupto de Barrionuevo y Vera que creó
los GAL. Por una de las siniestras paradojas de la Transición, desde
hace diez años es director de Cáritas.
P.- ¿Qué posibilidades ve
de que prospere la Querella Argentina?
R.- Me parece difícil, pero hay que intentarlo hasta el final. El simple
hecho de que dos acreditados torturadores tengan que acudir a los jugados
tapados hasta la coronilla ya es un pequeño triunfo. Lo terrible es que estos
asuntos se tengan que ventilar en Argentina, mientras que aquí, miles de
asesinados por los fascistas en las cunetas y las tapias de los cementerios
continúan enterrados en fosas comunes y sin identificar.
P.- Con una larga trayectoria profesional
en los medios de comunicación, ¿cómo valoras la situación actual en este
sector? Hay quien dice que incluso durante el franquismo la situación era
mejor.
R.- Los grandes medios audiovisuales y escritos son de derecha y extrema
derecha. Cada vez hay menos posibilidad de colar nada decente en ellos, como sí
se hacía, efectivamente, hace algunos años. La mayor parte de los jóvenes
profesionales que se incorporan a ellos – a quienes cuestionan algo no los
quieren - son serviles y semianalfabetos. En el mundo del periodismo,
suponiendo que siga existiendo, hay más `gilipollas que hijos de puta´.
Claro, a un tipo como yo no lo quieren ya en ningún sitio. En varias
ocasiones he trabajado, con contratos por obra, en distintos proyectos y al final,
como era previsible, a mí no me han renovado el contrato y se han quedado los
tuercebotas. Pero eso ocurre en todos los gremios, los que mandan quieren
individuos sumisos y que no den problemas. Mi caso no es especialmente singular
en ese sentido.
P.-
¿Ha sufrido algún tipo de traba o persecución por `remover el pasado´?
R.- He tenido unos
cuantos pleitos por escribir artículos y libros. Por no extenderme, citaré solo
los casos más recientes: dos querellas que me pusieron por el libro Zaplana,
el brazo incorrupto del PP, que afortunadamente ganamos, y una demanda de
protección al derecho al honor de la familia Rosón. Ahí vamos perdiendo,
el caso está ahora recurrido ante el Tribunal Constitucional. Es todo un
disparate, porque no se cuestiona que sea verdad lo que yo cuento, pero la
Justicia está así, un gran despacho de abogados, con influencias y contactos,
tiene mucha fuerza.
Lo más divertido del asunto es que quien
encabeza la demanda de protección al derecho al honor, un hijo del ex ministro
Juan José Rosón, está implicado en la trama de blanqueo de dinero de la
mafia china de Gao Ping.
Fuente: www.canarias-semanal.org
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