nuevatribuna.es
| 26 Febrero 2014 - 19:29 h.
Si pensamos
un poco en lo que ha pasado durante los últimos casi veinte años, veremos que
la propuesta de Rajoy no es ninguna novedad. Rebajar las cotizaciones a la
Seguridad Social es algo que se estaba haciendo de forma selectiva o no tan
selectiva dependiendo de los colectivos de que se tratase. Desde 1996 se
instituyeron como sistema de fomentar el empleo indefinido. Se gastaron miles
de millones de euros para ello y el resultado es que no sirvió para nada. La
tasa de precariedad alcanzó sus máximos históricos al tiempo que se destinaban
tantos fondos como al resto de políticas activas.
Ahora la
medida para reactivar el empleo es una tarifa plana. Más de lo mismo. Reduce a
la tercera parte las cotizaciones de algunos contratos. Veremos cuál es la
letra pequeña este sábado cuando salga publicada en el BOE.
Parece como
si el gobierno no supiera lo que ha hecho. Su reforma laboral ha destruido más
empleo asalariado que en la parte más aguda de la crisis, entre 2007 y 2009. La
reforma laboral de este gobierno destruyó 320.600 empleos más que el pinchazo
de la construcción. Entre 2013 y 2011 se han destruido 1,4 millones de empleos
asalariados frente a los 1,1 entre 2007 y 2009. Hay medidas que tienen un
fuerte componente destructor. Es lo que la derecha llama “reformas
estructurales”.
Además,
dinamitó la negociación colectiva para provocar una espiral de caída de los
salarios. El resultado es obvio: si todos ganamos menos y carecemos de
seguridad, gastamos mucho menos. El problema que tiene el bar para contratar un
camarero no es la carestía de la Seguridad Social, es que la gente no tiene
dinero para consumir. Tiene que priorizar sus gastos y recorta donde puede. No
necesita un camarero porque no tiene apenas clientes. La disminución de 2.500
euros en Seguridad Social no le sirve para nada porque aún así le cuesta 13.500
euros y no gana para ello. Este es el problema.
Esta “tarifa
plana” la utilizarán quienes ya tienen previsto realizar una contratación o van
a realizar un relevo de otro trabajador. En vez de más empleo, se traducirá en
menos cotizaciones. Un argumento a mayores para justificar lo bien que ha
venido el recorte de las pensiones para garantizar su sostenibilidad. El empleo
lo crea la actividad económica y esta depende fundamentalmente del consumo
interno.
Cuando desde
el gobierno se hable de crear empleo, se le debe exigir que sea mínimamente
serio. Si ha puesto en marcha una reforma diciendo que era necesaria para que
se crease empleo, su saldo positivo no empieza con los que se puedan ir
creando desde ahora, que hay 13.705.525 personas asalariadas, de media anual.
Este gobierno empezará a crear empleo con el asalariado número 15.105.476, que
es uno más de los que había cuando llegó e hizo la reforma. Y para ese faltan
1.399.951 personas.
Ayer decía
que disminuye la caída del empleo. Lógico, solo faltaba que siguiera el ritmo
que provocaron inicialmente sus reformas. Ahora empezarán con las fanfarrias
loando lo maravillosa que son sus reformas porque en vez de destruirse un 5,5%
anual, como provocó en el primer trimestre de 2013; la caída es solo de la
mitad, solo un 2,75% o la tercera parte... y todo gracias
a sus reformas estructurales
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