Artículos de Opinión | Nico Ribas | 07-11-2012 |
La
influencia que tiene el sionismo en pleno siglo XXI ya es un hecho palpable, y
si tenemos en cuenta que el Gobierno imperialista de los EEUU (estén los
demócratas o los republicanos) siempre lo apoya, se convierte en un hecho fuera
de toda duda.
Si hablamos
de política exterior, EEUU e Israel siempre van de la mano. No sólo eso: en el
último debate de Barack Obama y Mitt Romney, precisamente sobre política
exterior, los territorios ocupados palestinos no se mencionaron en ninguna
ocasión, mientras que la palabra “Israel” apareció 34 veces.
La
influencia sionista y occidental sobre el mundo es directamente proporcional al
sistema capitalista y su consiguiente globalización. El capitalismo, implica
casi siempre ocupación territorial, una ocupación que se extiende a todos los
ámbitos de la vida humana. No es de extrañar, por tanto, que esta ocupación o
influencia afecte también a los medios de comunicación tradicionales, que
siempre están controlados por grandes consorcios y conglomerados de la
comunicación, donde intervienen grandes bancos, multinacionales, fondos de
inversión, lobbys y grupos de presión, think tanks, etc. En otras palabras, lo
que interesa al sistema capitalista, también le interesa a EEUU, y por lo tanto,
a Israel.
Esta
política de colonización globalista territorial, se está llevando a cabo desde
hace ya muchos años en todas las partes del globo, y últimamente, este hecho
tiene especial relevancia en Oriente Medio. Con la “Primavera Árabe”, la industria
militar (la CIA, el MOSSAD, el MI6, la OTAN etc...) ha aprovechado para
contratar a sus mercenarios contrarrevolucionarios, dedicados a derrocar
cualquier país que resulte beneficioso para los intereses del sistema, sean
dictaduras o democracias, para luego imponer a la marioneta política de turno,
que siempre apoyará el modelo occidental. Occidente no está interesado, por
ejemplo, en implantar una democracia en uno de los regímenes más terroríficos
de Oriente Medio, a saber, Arabia Saudí, porque tienen intereses políticos,
económicos y comerciales en común. ¿Cómo van a preocuparse los gobiernos
occidentales por Oriente Medio, si ni tan siquiera son capaces de preocuparse
por su gente? Esta oligarquía elitista nunca ha estado interesada en la vida de
las personas, en la libertad, en la democracia, en la solidaridad, etc. y la
prueba más clara y contundente la podemos observar en los propios países
occidentales, en los cuales, por ejemplo, millones de personas están siendo
desahuciadas de sus casas, mientras que los banqueros usureros (con la
complicidad de la clase política), siguen campando a sus anchas. Occidente, en
lo que verdaderamente está interesado, es en seguir expandiendo su particular
modelo de “democracia” neoliberal, para que sus grandes multinacionales y sus
grandes bancos, pasen a controlar la totalidad de la riqueza y de los recursos
de países, que de no ser por tal ocupación y/o complicidad de políticos
corruptos, serían países inmensamente ricos, por lo menos en lo que a economía
y recursos se refiere.
En los
últimos meses, el foco de atención ha sido puesto en Irán y Siria. Respecto a
Irán, según la versión oficial, el problema reside en su programa nuclear.
Israel, y en menor medida EEUU, han mostrado su preocupación por dicho programa
al que califican de belicista, mientras que la ONU ya ha sometido a Irán a
bloqueos y sanciones económicas. En cuanto a Siria, el problema no sería otro
que el del propio Gobierno sirio, que en palabras de Occidente, se trata de un
régimen totalitario, dictatorial y represor. Por otra parte, el presidente de
Irán Mahmud Ahmadineyad,, afirma que Occidente se estaría aprovechando del
despertar político masivo del mundo musulmán, para instaurar “democracias”
cortadas por el mismo patrón europeo y americano para así poder continuar con
su dominación mundial.
Sin embargo,
los medios de comunicación no sólo utilizan la desinformación y manipulación
como sus mejores herramientas, sino que también utilizan la ocultación de
información como arma esencial para mantener ignorante a la población. Es
decir, los medios de comunicación se encargan de escoger lo que de acuerdo con
su criterio, son las noticias o informaciones más relevantes, que, normalmente,
han sido seleccionadas previamente por las agencias de noticias. Esta
información de agencia luego será ampliada y enfocada según la ideología y
filosofía política o empresarial del medio de comunicación, porque los medios
de comunicación no pueden ser tan descarados de dar todos la misma información.
Tienen que tratar de dar la imagen de que existe una supuesta “libertad” de
información, una supuesta “libertad” de expresión, etc. No obstante, esto no es
más que una “ilusión”. Si estudiamos detenidamente la información de los medios
en su totalidad, veremos que no varían tanto unos de otros, exceptuando tal vez
el enfoque ideológico, que normalmente es el neoliberal (con algún que otro
vestigio de centro-izquierda o socialdemocracia).
Por lo
tanto, aquéllo que no sale en los medios de comunicación, no existe. Por
ejemplo, el 24 de octubre, la cadena de televisión rusa Russia Today (RT)
publicó una noticia en la cual Sudán se quejaba ante la ONU de un bombardeo
israelí. Si esto hubiera ocurrido en Siria y el responsable del ataque fuera el
presidente de Siria, Bashar Al-Assad, seguro que Occidente le habría dado una
gran cobertura mediática. No aplicaron el mismo criterio cuando se trataba de
un ataque de su gran aliado en Oriente Medio, Israel.
Todos los
días tenemos que soportar noticias e imágenes horribles y tristísimas de cómo
el régimen sionista masacra y asesina a miles de personas en la franja de Gaza;
de cómo a los palestinos se les priva de su tierra y de su libertad; de cómo
los sionistas están cada día ocupando más territorio palestino, sin ninguna
sanción, sin que nadie ponga el grito en el cielo, sin que la justicia actúe de
oficio, sin que la ONU tome cartas en el asunto poniendo fin a un genocidio y a
un conflicto que tiene ya más de medio siglo de antigüedad.
Esta
lamentable y aberrante complicidad entre los medios de comunicación y los
gobiernos occidentales de corte imperialista (en los cuales el sionismo y el
capitalismo americano tienen un papel protagonista), nos resulta tan evidente e
incuestionable, que no podemos comprender cómo no ha generado escándalos y
protestas mucho mayores de las que se están produciendo en las conciencias de
los ciudadanos europeos (y ya no digamos de los americanos; como hemos dicho,
Obama y Romney tienen prácticamente la misma política exterior).
Indudablemente, los medios de comunicación anteriormente destapados y
denunciados tienen algo que ver en este lavado de cerebro masivo, pues son
maestros en el arte del engaño.
Finalmente,
nos consta que es menester matizar que el sionismo y el judaísmo son dos cosas
diferentes. El tema que estamos abordando es el sionismo, que es un movimiento
político, mientras que el judaísmo es otra cosa (la religión o las creencias
judías, su cultura, su tradición, etc). De hecho, hay un sector del judaismo
que se declara anti-sionista y que afirma que el sionismo y el judaísmo son
términos contrapuestos
Fuente: www.tercerainformacion.es
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