Juan Ignacio
Martínez marzo 9, 2015 Blog de Política Sin comentarios
El malestar que ha generado entre la población algunas de las últimas y polémicas actuaciones de la Fiscalía, haciendo albergar
dudas sobre si cumple con su mandato constitucional de perseguir “la
satisfacción del interés social”, ha cristalizado en una denuncia por prevaricación
de los tres últimos fiscales generales del Estado: Jesús Cardenal, Conde
Pumpido y Torres Dulce… ante la propia Fiscalía. La denuncia se concibe como
primera parte de una estrategia que llevará el caso ante la mismísima ONU,
para exponer los hechos a la luz de la Convención de las Naciones Unidas contra
la corrupción, suscrita en New York el 31 de octubre de 2003 y ratificada por
España el 16 de septiembre de 2005.
La raíz del problema de las últimas actuaciones de la Fiscalía, en opinión de AJURA,
es la inaudita ausencia en España de la figura del fiscal prevaricador.
Cuando un juez, un abogado, un procurador o un secretario judicial, por poner
algunos ejemplos, dictan una resolución injusta a sabiendas, son perseguidos
por la Justicia por prevaricación, pero no sucede así con los fiscales; para la
Justicia española, un Fiscal no puede prevaricar sencillamente porque no existe
la tipificación de ese comportamiento en la Ley.
Desde AJURA se afirma que este hecho acaba permitiendo “prevaricar
impunemente al Fiscal” lo que “va en contra de la Constitución Española, el
derecho internacional y el sentido común”. Así, “la Fiscalía General del
Estado se ha convertido en la piedra angular de la corrupción en España. Está
defendiendo -con saña- a Infantas, al Rey, a banqueros, a políticos y
empresarios corruptos sobre los que pesan indicios de delito… al mismo tiempo
que persigue, con idéntica saña, a auténticos “robagallinas””.
Sin embargo, en AJURA piensan que han encontrado una brecha por la que
intentar devolver a la Fiscalía a su función original y deslindarla de intereses partidistas. Todo parte de la
acusación de la Fiscalía General del Estado de “colaboración al asesinato” a
varios combatientes españoles en Ucrania por luchar en el frente. Todo ello
pese a que, como afirman desde AJURA, “no hay precedentes en los que se acuse
de “asesinato” a unos combatiente en un frente de batalla” y de que hubiesen
llegado a un acuerdo de paz amparado por autoridades internacionales. Es el
conocido como Minsk II o “Serie de medidas para el cumplimiento de los Acuerdos
de Minsk”, que fue suscrito el 12 de febrero de 2015 entre los Jefes de Estado
o de Gobierno de Rusia, Francia, Alemania y Ucrania, y que establece la
amnistía para los combatientes.
Los detenidos, que actuaban a título personal y sin representar a ninguna
institución, han sido acusados además de “violentar la neutralidad que España
ha de mantener en relación a la comunidad internacional”. Son este cargo y el
de “colaboración al asesinato” los que, en la opinión de AJURA, revelan una
actuación parcial por parte de la Fiscalía, teniendo en cuenta que es la
misma Fiscalía que consideró que la actuación del Presidente del Gobierno José
María Aznar durante la invasión de Irak “no tiene relevancia penal” pese a
“fundamentar con una causa falsa una invasión y dar apoyo a una guerra sin
causa, provocando más de seiscientos mil muertos”.
No se despide AJURA sin señalar que “como pago por los servicios prestados,
Fiscales Generales como Don Carlos Granados Pérez o Don Cándido-Conde Pumpido
fueron premiados por su trayectoria con la Magistratura del Tribunal Supremo, a
propuesta de aquellos partidos políticos que los habían anteriormente designado
Fiscales Generales.” Con esta accion, AJURA pretende corregir “una
legislación que ampara la impunidad de aquellos que administran la Justicia del
Estado”.
Fuente: http://www.colectivoburbuja.org
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