Juancho Dumall Director Adjunto
Jueves, 12 de marzo del 2015
Ahora resulta que el padre del famoso mensaje viral
del ¡Pásalo!, que hizo furor en las horas previas a las elecciones
legislativas del 14 de marzo del 2004, no fue Pablo Iglesias, o
no lo fue en exclusiva. Según acaba de desvelar el exministro José Bono,
el líder de Podemos deberá compartir el copyright nada menos
que con el entonces presidente de la Conferencia Episcopal Española, Antonio
María Rouco Varela. Cuenta el exdirigente socialista en la segunda parte de
sus memorias, Diario de un ministro. De la tragedia del 11-M al
desafío independentista (Planeta), que el arzobispo de Madrid
lanzó un SMS a su parroquia virtual con el siguiente contenido: «Todos a
votar. Perdemos. Pásalo». No resulta tan sorprendente el uso de la primera
persona del plural, muestra inequívoca de su militancia popular, además de la
cristiana, como el uso del móvil como vehículo de propaganda en la moderna
sociedad, tan laica ella.
Esta es una de las anécdotas recogidas en el libro (se la
contó, dice Bono, el expresidente Zapatero) pero no
constituye lo más sustancial de la entrega. Porque lo que no parece un
chascarrillo es que el entonces ministro de Defensa ordenara en el 2006
investigar, incluso mediante el pinchazo de teléfonos, a
varios militares de alta graduación que planeaban hacer
un comunicado contra el Estatut de Catalunya. Una revelación que
remite al ruido de sables de la Transición y que debería ser aclarada por otros
protagonistas.
Bono, que nunca defrauda, cuenta también cómo Artur
Mas se mostró por aquellas fechas dispuesto a quitar el término
«nación» del Estatut si el Gobierno central ponía dinero para
Catalunya, afirmación también jugosa y ya desmentida por el president de
la Generalitat.
Secretos y oportunismo
El problema es que no se sabe por qué las ruidosas
afirmaciones de Bono, que aparecen ahora en el contexto del
lanzamiento de su libro, no fueron conocidas antes por una opinión pública que
se supone madura y responsable. Sacar hoy a la luz hechos relevantes guardados
en secreto durante años solo puede ser interpretado como una maniobra comercial
o como un ejercicio de oportunismo político.
Fuente: http://www.elperiodico.com/
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