martes, 10 de marzo de 2015

EL FRACASO EUROPEO DE LIBIA

Gadafi había conseguido que Libia fuera el país del norte de África con una mayor renta per cápita. Los niveles educativos y sanitarios del país se encontraban cercanos a los estándares europeos. El Estado disponía, gracias al petróleo y el gas, de abundantes recursos financieros.


En el año 2011, en pleno fulgor de la primavera árabe, la ONU con la presión de algunos países árabes y europeos se plantearon acabar con el régimen del coronel Gadafi. Uno de los argumentos que se empleó era que había que defender a la población civil y hacer que Libia cumpliera todas las resoluciones de la ONU.
Ante tal argumentación cabe preguntarnos, que si el objetivo es acabar con una dictadura como la de Gadafi ¿Por qué no sé acaba con otras como por ejemplo Arabia, Bahréin…?
Cuando los países occidentales generan conflictos para asegurar los beneficios de sus multinacionales, los resultados siempre son los mismo, desastre y muerte, que es lo que hoy se da en la Libia post Gadafi
La segunda argumentación que se plantea es que Libia debía cumplir las resoluciones de la ONU. Esto debería pasar en todos los países, lo que sucede es que algunos países como Israel no cumple ninguna y nadie dice nada y, sin embargo, a otros se los imponen por la fuerza.
Gadafi no era especialmente simpático para Occidente pues tenía un discurso de corte antiimperialista. Además no se plegaba a los dictados de los poderosos. A pesar de todo esto, Gadafi se paseó con su jaima por Madrid, París, Berlín y Roma al calor del dinero que obtenía de las multinacionales del petróleo europeas. Entonces todos olvidaban que era corrupto, que no garantizaba los derechos humanos en Libia, nadie recordaba las torturas, muertes de opositores…
¿Qué había hecho Gadafi en Libia?
Había conseguido que Libia fuera el país del norte de África con una mayor renta per cápita. Los niveles educativos y sanitarios del país se encontraban cercanos a los estándares europeos. El Estado disponía, gracias al petróleo y el gas, de abundantes recursos financieros. Por otro lado, era un acérrimo enemigo del islamismo radical y suponía un tapón para las organizaciones islamistas radicales como los Hermanos Musulmanes.
Ante los intereses económicos y geoestratégicos de algunos países europeos se decide intervenir en Libia. Pero es preciso contar con el respaldo de la ONU, usando como excusa la represión del régimen de Gadafi y la falta de derechos humanos que sufren los libios.
En los inicios del año 2011 se le acusa del incumplimiento de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU en los años 1970 y 1973. Se autoriza la creación de una zona de exclusión de vuelos para la protección de la población civil, e incluye la posibilidad del uso de fuerzas terrestres, que no se hace, pero si se arma a las tribus libias dando así paso a la primera intervención occidental en la llamada primavera árabe de 2011.
La OTAN se saltó de forma fragante lo aprobado por el Consejo de Seguridad. Esta resolución contó con las reticencias de Rusia y China y dicho incumplimiento hizo que posteriormente estos países vetaran otras intervenciones occidentales como en el caso de Siria.
El mandato del Consejo de Seguridad era proteger a la población civil libia, pero no incluía la caída del régimen de Gadafi, que era el objetivo de la OTAN y principalmente de sus dos instigadores, Gran Bretaña y Francia. Tras siete meses de bombardeos, se produjo el derrumbe de Gadafi. Una vez que los promotores de los bombardeos, la OTAN y las Naciones Unidas habían conseguido la caída del régimen, se lavaron las manos y dejaron al país en manos de las distintas guerrillas yihadistas ,que tanto Francia como Gran Bretaña habían armado.
La realidad actual es bien distinta de lo que se planteó como certifica el diplomático británico Jonatham Powell cuando dice que “Libia se ha convertido en una Somalia mediterránea, dividida en taifas armadas y trufada de yihadistas pertrechados con el abundante y moderno armamento abandonado por el anterior régimen y por el proporcionado por los aliados a los rebeldes”.
¿Cuáles eran los motivos reales occidentales para intervenir en Libia?
Son tres principalmente, el primero el petróleo, el segundo el agua, debiendo recordar que Gadafi se había gastado más de 40.000 millones de dólares en llevar el agua desde el acuífero existente en el desierto a la zona costera que es donde viven la mayoría de los libios. Por último sacar las riquezas de uranio desde Níger a través de Libia para la multinacional francesa Areva.
¿Cómo diseñaron la nueva Libia?
Plantearon dividir el país en dos regiones: la Cirenaica y la Tripolitana. La primera tendría como capital a Bengazi y estaría bajo la protección de Francia, con lo cual obtendría su parte del petróleo y el camino para sacar el uranio desde Níger. La Tripolitana sería dirigida por islamistas moderados baja la protección británica que obtendría su parte del petróleo y llevarían todos los flujos financieros de la región a la City londinense. Para los dirigentes británicos todo se compra y se vende, su único Dios es el dinero. Es decir, el conflicto libio ha sido ocasionado por la defensa de los intereses de multinacionales francesas y financieras británicas.
¿Cuál es la situación actual de Libia?
Lo anteriormente expuesto ha quedado reflejado cuatro años después. Así nos encontramos con la región Tripolitana dirigida por movimientos islamistas moderados y la región Cirenaica es dirigida por el exgeneral golpista Khalifa Hifter, que es apoyado por Egipto, Francia y Estados Unidos. A ellos, hay que unirles a grupos armados, que provocan una gran inestabilidad, como los bereberes de Zíntan en los límites con Argelia, los tuaregs en el sur en el Fezan y los extremistas de ISIS en Derna y Sirte.
Esta situación ha provocado un paso atrás en el nivel de vida de los libios, con una gran destrucción de sus infraestructuras, siguen sin existir los derechos humanos y por supuesto no se ve por ningún lado la democracia prometida. Está claro, que cuando los países occidentales generan conflictos para asegurar los beneficios de sus multinacionales, los resultados siempre son los mismo, desastre y muerte, que es lo que hoy se da en la Libia post Gadafi.
Fuente: www.nuevatribuna.es

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