La
historia desconocida de una norteamericana que espió por convicciones
ideológicas
Martes, 10 de marzo de 2015
POR JUAN ANDRÉS PÉREZ RODRÍGUEZ (*) / CANARIAS SEMANAL.ORG.-
Recientemente, el ex presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular
de Cuba, Ricardo Alarcón, llamaba la atención sobre el caso de una mujer
que guarda prisión injustamente en Estados Unidos.
"Porque si Ana Belén Montes -
dijo Alarcón en aquella alocución - está en la cárcel por haber
violado las leyes norteamericanas para tratar e impedir los planes agresivos
de Estados Unidos contra Cuba; ahora, que dicen que vivimos una nueva
época, que ya no hay planes agresivos, nada justifica que esa joven continúe
estando y en las condiciones de prisión que ella ha soportado" (1)
Pero, ¿quién es esta mujer para
la que el político cubano reclamaba su libertad inmediata? ¿Por qué su nombre
es casi desconocido para la mayoría?
Ana Belén Montes
era una prestigiosa analista - del más alto rango - dentro de la Agencia de
Inteligencia de Defensa en el Pentágono cuando, hace ahora 14 años, fue
detenida por "conspiración para cometer espionaje" en
beneficio del Gobierno cubano. Diez días después del ataque a las
Torres gemelas de Nueva York, el 21 de septiembre de 2001, fue
citada para una reunión de trabajo en la oficina del Inspector General de
la Agencia de Inteligencia del Pentágono, la DIA, con un pretexto
fútil. Allí la esperaban los dos principales investigadores del medio
centenar de agentes del FBI que la habían estado investigando.
RECIBIENDO UN RECONOCIMIENTO DEL JEFE DE LA CIA GEORGE
TENET, EN 1997
"Lamento decirle que está
detenida por conspiración para cometer actos de espionaje", le anunció
uno de ellos después de un breve intercambio de palabras.
De aquella oficina salió esposada. No
fueron necesarios ni la enfermera con el oxígeno, ni tampoco la silla de ruedas
que habían previsto los dos oficiales. Ana Belén afrontó con total
entereza su detención. No se desvaneció como habían previsto sus captores.
"Salió totalmente tranquila, no
diré que 'orgullosa', pero sí llena de serenidad"- dijo
sorprendido uno de los superiores de Ana Belén posteriormente.
Terminaban así 17 largos años de
trabajo encubierto "para prevenir a Cuba" de las
agresiones norteamericanas. Cuatro administraciones estadounidenses
habían pasado desde que comenzó a colaborar con los servicios de inteligencia
de la isla caribeña.
Ana Belén Montes nació el 28
de septiembre de 1957, en el ambiente típicamente militar que rodea a las
bases estadounidenses en el exterior, en este caso una de las ubicadas en
Alemania. Era la hija mayor de un matrimonio puertorriqueño formado por
su madre Emilia, y su padre, Alberto Montes. Ambos eran de
descendencia asturiana. Sus hermanos menores, Lucy y Tito,
también llegaron a trabajar en la Inteligencia norteamericana. Por la
condición de psiquiatra militar de su padre, Ana Belén se vio obligada
a cambiar muy frecuentemente de residencia, hasta que finalmente
terminaron estableciéndose de manera definitiva en Towson,
estado de Maryland. En ese momento, su padre abrió una consulta
psiquiátrica privada que llegó a ser muy conocida en la localidad. Su
madre se relacionó activamente con la comunidad puertorriqueña de aquella
localidad. Por esas circunstancias familiares, Ana Belén
cursó sus primeros estudios en distintos colegios militares o en selectos
internados, en los que destacó por sus notables resultados académicos.
Ana tenía 15 años cuando, en 1972, sus padres se divorciaron .
Cinco años más tarde, justo antes de
licenciarse en Relaciones Internacionales por la Universidad de Virginia
y durante un programa de intercambio estudiantil, visitó Madrid.
En 1977 España vivía en plena "Transición"
hacia la Monarquía heredada e impuesta por el franquismo.
España era entonces un auténtico hervidero de intensas inquietudes
políticas y de convulsiones sociales. En España Ana Belén conoció
a varios jóvenes de diferentes nacionalidades a los que no dudó en dar a
conocer sus opiniones acerca de las "atrocidades que el Gobierno
de su país había cometido contra otros estados", según recordaría una
amiga de entonces.
A LA DERECHA, ANA BELEN MONTES DURANTE SU DECISIVO PASO
POR MADRID
Egresada de la universidad en 1980, y tras un
intento fallido por encontrar trabajo en Puerto Rico, a donde se había
trasladado, comenzó a trabajar en el Departamento de Justicia como
mecanógrafa.
Durante aquellos años Ana Belén realizó
un máster en la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados en
la Universidad Johns Hopkins, una de las más prestigiosas de los
EEUU. El ambiente universitario y las políticas del Gobierno de Reagan
para Latinoamérica, especialmente el apoyo presidencial a la guerra
sucia contra el Gobierno sandinista en Nicaragua, hicieron aún
más sólidas sus convicciones en relación con las políticas injerencistas y
criminales del gobierno de su país.
Tras permanecer cuatro años en la
Universidad, Ana Belén Montes aceptó colaborar con los Servicios de
Inteligencia cubanos. Tenía entonces 27 años.
"Nunca se me había ocurrido hacer
nada hasta que me lo propusieron"- declararía posteriormente en una
clara referencia a sus convicciones respecto a las causas
latinoamericanas.
En 1985 ingresó en la Agencia de
Inteligencia del Pentágono (D.I.A.), aceptando un puesto como analista en
el Organismo de Inteligencia de la Defensa, una
institución que es considerada como "la mayor fábrica de
espías militares del Pentágono" en todo el mundo.
EL DOMICILIO DE ANA BELEN
Rápidamente alcanzó la primera categoría
en el Pentágono, senior analyst. Pasó de ser una
especialista en investigación a ser la analista principal de la D.I.A sobre
El Salvador y Nicaragua; lo que le valdría, en 1992, ser nombrada
analista política y militar jefe sobre todos aquellos asuntos relacionados con Cuba.
Posteriormente, encubierta por la fachada diplomática, Ana Belén
Montes es enviada a La Habana con el objetivo de
someter a un "estudio" exhaustivo a los militares
cubanos.
Desde la DIA su trabajo de colaboración
con la Inteligencia cubana adquirió una inusitada importancia. Podía
mantener contacto permanente con la CIA, el Departamento de Estado,
la Junta de jefes de Estado Mayor y el Consejo Nacional de Seguridad.
Desde su nuevo despacho, en la oficina
C6-146A del Cuartel General de la DIA, en la Base Conjunta
Anacostia-Bolling de Washington, pudo acceder a centenares de miles
de documentos secretos de importancia estratégica para la Administracion
estadounidense. Quienes tuvieron la oportunidad de conocerla en
aquella época, describen su actividad y dedicación como
inusualmente intensa. Frecuentemente no se apartaba de su propia mesa de
trabajo ni tan siquiera para almorzar.
Ana Belén Montes fue una agente
excepcional. Jamás se llevó consigo ningún documento a su
domicilio. Memorizaba con gran detalle los documentos que leía durante el
día y luego los reproducía completos en un portátil. Se comunicaba con
los oficiales cubanos mediante aparatos de radio de onda corta, teléfonos
públicos, mensajes cifrados a través del ordenador o a través del 'buscapersonas'.
Llegó a pasar la prueba del polígrafo - el detector de mentiras - de la DIA
en varias ocasiones. La última, en 1994, cuando ya llevaba 10 años de
cooperación con los Servicios de Inteligencia Cubanos.
En 1997 fue condecorada por el
entonces director de la CIA, George Tenet. Y al año siguiente, en
1998, la DIA la envió de nuevo a Cuba para que "observara"
el desarrollo de la visita a la Isla del Papa Juan Pablo II.
Se consideran
contribuciones suyas a la defensa de Cuba, informes secretos sobre las
plataformas avanzadas de escucha que los espías estadounidenses habían
instalado en la Isla y su destacado papel en la redacción del informe al Comité
de Inteligencia del Senado "La Amenaza Cubana a la Seguridad Nacional de
los Estados Unidos" (2). Con su prestigio contribuyó a
transmitir entre sus jefes de la Inteligencia norteamericana la idea de
que Cuba tenía una "capacidad limitada" para
hacer daño a Estados Unidos, y solo podía ser un peligro para los
ciudadanos estadounidenses "en determinadas circunstancias".
Hasta el día de su arresto,
Ana Belén era considerada en el Pentágono como "la Reina
de Cuba" por su dominio sobre la realidad de ese país..
Pero la
vida no ha resultado fácil para Ana Belén Montes. Ha tenido que
soportar estoicamente no solo la prisión que ahora sufre, sino también la
incomprensión y el desprecio de no pocos de sus compatriotas. La firmeza
con la que trató de ser coherente con sus convicciones la obligó a afrontar el
rechazo de su propia familia. Para su hermana Lucy Montes, la detención
de Ana fue humillante ."Tienes que saber que has arruinado la vida de
mamá. Cada mañana se levanta destrozada por lo que hiciste y por dónde
estás"- le manifestó en una carta. Y agregó, "traicionaste
a tu familia, traicionaste a todos tus amigos. Traicionaste a todos los
que te querían... Traicionaste a tus colegas, a tus jefes y traicionaste a
también nuestro país".
Sin embargo, Ana Belén era plenamente
consciente de lo que hacía. Por duro que le esté resultando su
cautiverio, y por muy amarga que llegue a ser la incomprensión de sus
familiares, Montes continúa manteniendo su actitud con firmeza."No
me gusta nada estar en prisión, pero hay ciertas cosas en la vida por las que
merece la pena ir a la cárcel"- aseguró en una carta dirigida a un
familiar.
Fidel Castro en
una de sus Reflexiones dijo lo que interpretamos como una alusión
a Ana Belen Montes: "Los que de una forma u otra
contribuían a proteger la vida de cubanos frente a planes terroristas y los
proyectos de asesinar a sus dirigentes, de los numerosos programados por varias
administraciones de EE.UU., lo hicieron por imperativos de sus conciencias y
merecen, a mi juicio, todos los honores"
Hasta aquí
hemos descrito algunas pinceladas de la apasionante historia de una mujer
de cuyas actividades dependieron no solo la vida de muchos cubanos, sino quizás
hasta la misma suerte de la Revolución. Pero todavía falta mucho que
contar sobre esta heroína desconocida. En una segunda entrega daremos a
conocer aspectos inéditos de la biografía apasionante de alguien que
llegó a sacrificar su libertad por intentar garantizar la supervivencia de un
proceso político excepcional en América Latina.
(Continúa).
Notas y referencias:
(1) http://www.cubainformacion.tv/index.php/los-cinco/61439-`En-esta-etapa-EEUU-no-tiene-ninguna-razon-para-mantener-presa-a-Ana-Belen-Montes
[2] El documento fue elaborado, entre otros,
por la Agencia de Inteligencia de la Defensa (DIA) y del que formaron parte
personal de la CIA, el Consejo de Inteligencia National (NIC), la Agencia de
Seguridad Nacional (NSA), el Buró de Investigación e Inteligencia del
Departamento de Estado, el Centro Conjunto de Inteligencia del Comando Sur y la
Oficina de la Secretaria de la Defensa.
(*) Juan Andrés Pérez Rodríguez es
un docente cubano que colabora estrechamente con Canarias Semanal.
Fuente: http://canarias-semanal.org/
No hay comentarios:
Publicar un comentario