Se cumplen 50 años del ataque al
mercante Sierra Aránzazu, un barco que transportaba comestibles y útiles de
labranza a Cuba cuando fue asaltado brutalmente por un grupo anticastrista
financiado por la CIA
PATRICIA
CAMPELO Madrid 29/09/2014 07:00
En este
estado quedó el Sierra Aránzazu tras el ataque.OFICEMA
A José Vaquero Iglesias, de 23 años y natural de Villablino
(León), le gustaba el mar, y lo convirtió en su profesión formándose como
marino mercante. Trabajador de la compañía Marítima del Norte, viajaba como tercer maquinista a bordo del Sierra Aránzazu el fatídico
13 de septiembre de 1964. Un año antes, en el marco de la Guerra Fría, Estados
Unidos impuso el bloqueo comercial a Cuba, y esta compañía naviera era
la única en España que continuó con el transporte de comida y enseres a la isla del
Caribe.
Ese día, al anochecer, el Sierra Aránzazu -cargado con
alimentos, telas y aperos de labranza-, fue atacado por dos lanchas comandadas
por miembros del Movimiento de Recuperación Revolucionaria [MRR] un grupo
anticastrista financiado por la CIA. Durante diez minutos, las ráfagas de ametralladora y los cañones desataron el
desastre impactando contra el casco y el puente del mercante, destrozando la
chimenea y originando un incendio, e hiriendo de muerte a parte de la
tripulación.
Los heridos leve arriaron el bote salvavidas con menos destrozos
y allí se arremolinó la veintena de hombres del Sierra Aránzazu. Los dos
marineros más graves murieron desangrados en aquel bote agujereado a la deriva.
Entre ellos José Vaquero, con un impacto de bala que le destrozó el abdomen.
Junto a él, Pedro Ibargurengoitia, el capitán. Francisco Javier Cabello, el
segundo oficial, herido también de gravedad, murió a las pocas horas de ser rescatados.
Los hermanos pequeños de José, Tomás y Julio, llevan años
recabando información sobre este episodio que se cubrió de olvido demasiado
pronto y que se quiso revestir como un acto de piratería. "Tras el ataque, comenzaron
a surgir muchas versiones; primero se hacía responsable a Cuba, después a otros
grupos disidentes. Circularon mentiras para ocultar la responsabilidad del
Movimiento de Recuperación Revolucionaria, dirigido por Manuel Artime, el
‘chico de oro' de la CIA", explica Tomás Vaquero, que ha tenido
acceso a documentos desclasificados de la agencia de inteligencia
estadounidense, con todo tipo de detalles.
La versión imperante, aceptada por las autoridades franquistas
-que eludieron cualquier tipo de investigación-, fue la que defendía la
"confusión" del objetivo a bombardear. "El MRR asumió la autoría
del ataque, pero aseguró que había confundido el barco con el Sierra Maestra,
el buque insignia de la flota cubana, un carguero de dimensiones cinco veces
mayor que el Sierra Aránzazu", detalla Vaquero. "Alegaron que
anochecía y que, con ayuda de un reflector, vieron la inscripción de ‘sierra' y
pensaron que era el barco cubano", añade. Pero el Sierra Maestra había
atravesado el Canal de Panamá una semana antes rumbo a China y "los americanos sabían eso
perfectamente". En la información hallada por Vaquero, se detalla
que el sistema de comunicaciones de las lanchas atacantes había sido facilitado
-y era controlado- por la CIA.
Además, la amenaza del huracán Ethel obligó a cambiar de rumbo
algunos grados a babor para acceder a Cuba por el sur de las Bahamas. Y horas
antes del ataque, un avión de patrulla marítima de los guardacostas
estadounidenses sobrevoló el carguero español en varias ocasiones a muy baja
altura, según datos rescatados por el marino mercante e investigador de
tragedias marítimas Manuel Rodríguez Aguilar.
Otro dato que ha salido a la luz tras la desclasificación del
legajo sobre el ataque al Sierra Aránzazu -precisamente, el mismo que contiene
la documentación sobre el asesinato de Kennedy, "algo que nos
llamó mucho la atención", confiesa Vaquero- contribuye a probar la
premeditación del atentado. En un cable enviado por un informador de la CIA
bajo el nombre de Whitheld se avanza un encuentro que tendrá lugar en Paris con
la persona que "arregló" el ataque al Sierra Aránzazu para pagar al
radio operador "que facilitó la posición [del carguero español] a la nave
atacante". Dicho cable, al que ha tenido acceso Público,
expresa también que el radio operador "contó la historia completa a
la policía española".
Publicidad
franquista
De madrugada, un barco holandés divisó al Sierra Aránzazu en llamas y comunicó por radio
el incidente. A las seis de la mañana llegó el avión de reconocimiento y, poco
después, el rescate con el mismo buque de Holanda que había permanecido en los alrededores.
El Gobierno americano atendió a las víctimas en un primer momento, y Cuba
devolvió el Sierra Aránzazu a la naviera española sin reclamar después el
importe de los gastos del traslado, tal y como se reconoce en el derecho
marítimo. El gobierno de Castro, además, indemnizó a las familias de los
marinos asesinados. "Creo recordar que fueron unas 60.000 pesetas",
estima Vaquero. "Los supervivientes quedaron tocados de por
vida", añade.
El franquismo acaparó el impacto mediático internacional del atentado
contra el carguero, organizando un recibimiento institucional en el aeropuerto
de Barajas con medios de comunicación, pero olvidando a las víctimas después.
Estados Unidos prometió una investigación que nunca vio la luz. Y la compañía
Marítima del Norte continuó sus viajes a Cuba pero sólo un año más, hasta 1965.
"Lo que queremos es que se conozca este atentado silenciado
por Estados Unidos y olvidado en España, que se haga justicia con toda aquella
tripulación masacrada", demanda Tomás Vaquero, que participó en el funeral celebrado la pasada semana en Villablino en
recuerdo a su hermano y al resto de víctimas.
Archivos
cerrados
La familia Vaquero Iglesias pide hoy esclarecer los hechos mediante
el acceso a los archivos policiales en España. Además de los documentos desclasificados de la CIA, no han podido acceder a otros
archivos, y creen que los ficheros españoles pueden albergar información clave. "Hay todavía muchos cabos sueltos
y esperamos poder atarlos según se siga desclasificando", anhela Vaquero.
Hasta entonces, los hermanos del joven maquinista asesinado
desean que se conozca la tragedia del Sierra Aránzazu por el sufrimiento que
ocasionó a las víctimas y a sus familias, por la impunidad que siguió a
aquellos hechos y para preservar la memoria de esos marinos que hace 50 años emprendieron, sin saberlo, su último viaje
por aguas del Atlántico.
Fuente: www.publico.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario