Zarzuela
habla de "medios telemáticos habituales" que no aclara y que Moncloa
desconoce. Si Felipe VI pudo refrendar la renuncia del ministro de Justicia,
¿por qué no firmó el nombramiento del sucesor?
PAULA DÍAZ Madrid 25/09/2014 00:01
El rey Felipe VI con el dimitido ministro de
Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, en el acto de apertura del año judicial.EFE
Que el rey sancionara o no un
determinado nombramiento podía convertirse, hace no demasiados años, en un
problema de Estado si existían dudas razonables sobre la veracidad de su firma.
Ahora, en la era 2.0, la tecnología ha permitido facilitar estos procesos y que
las rúbricas viajen de un país a otro en cuestión de segundos. Pero, ¿cómo
firmó Felipe VI el decreto de cese de Alberto
Ruiz-Gallardón desde Nueva York?
El procedimiento más legal y acorde
al ordenamiento es la firma electrónica. Pero, según fuentes de Zarzuela, éste
no fue el método utilizado por Felipe. Es más, ni siquiera confirman ni
desmienten si el monarca dispone de la clave necesaria para ello. Sí explican,
en cambio, que el rey estampó su rúbrica "en un papel físico", en
suelo español (en la Misión Permanente de España ante las Naciones Unidas) y
luego la transmitió a Moncloa "a través de los canales habituales".
¿Cuales? "La telemática homologada habilitada". A esas
tres palabras se remiten, sin especificar detalle alguno.
De las posibles opciones que abre tal
afirmación (desde el escaneo del documento al uso de los servicios telegráficos
del Estado), el fax, por ejemplo no tendría validez para un cese, según
defienden expertos jurídicos consultados por este diario. Y, de ser así, ese
pequeño detalle podría llegar a convertirse en una gran crisis, como ocurrió en
1992.
En aquel año, el rey Juan
Carlos desapareció del mapa público, misteriosamente y por sorpresa,
durante unos días que, según se supo más tarde, pasó en Suiza. Al margen de los
motivos del viaje (la prensa barajó varias posibilidades, desde un problema de
salud a unas simples vacaciones de Rodríguez), la polémica se creó
cuando apareció una ley firmada por él en Madrid justo en las fechas en
las que se suponía que estaba fuera. Juan Carlos no corría peligro, puesto
que estaba blindado por la Constitución, pero al presunto delito de
falsificación de documento público le correspondía, en el Código
Penal, una pena de entre 6 y 12 años de prisión mayor, según informaron los
medios de entonces.
Hoy, tanto en Zarzuela como en
Moncloa aseguran que el Real Decreto por el que se confirma la renuncia del exministro de
Justicia [ver pdf, aquí] se realizó con
"un procedimiento válido". Pero en ninguna de las dos instituciones
han podido especificar, al cierre de esta información, de qué se trata
exactamente. En Zarzuela se remiten a la citada "telemática
homologada". Y en Moncloa se remiten a Zarzuela.
Las citadas fuentes insisten en que
no se trata de una situación excepcional, sino que el desconocido procedimiento
se llevaba a cabo ya en tiempos de Juan Carlos, incluso aunque éste se
encontrara en España. Incluso, aunque estuviera en Madrid. "No
necesariamente tiene que venir a Palacio [el presidente del Gobierno, Mariano]
Rajoy con una carpeta para que el rey firme", aseguran. E intentan
explicar el proceso completo: Rajoy llama a Felipe VI para
"comunicarle" el nombre del sucesor de Gallardón, Moncloa envía el
documento correspondiente a la Casa del Rey, el rey acude al pequeño terreno
español de Nueva York y allí emite su "firma validada".
Además de la incógnita que planea
alrededor de esa "firma validada", las citadas fuentes jurídicas
aseguran que Moncloa también cometió un error en la redacción del comunicado
que envió anunciando el nombramiento de Rafael
Catalá. "Como es preceptivo, el presidente del Gobierno acaba
de comunicar a S.M. el Rey Don Felipe VI el nombre del nuevo ministro de
Justicia, Rafael Catalá Polo, quien tomará posesión de su cargo la
próxima semana, cuando hayan concluido los
viajes de S.M. el Rey y del presidente del Gobierno", cita
textualmente la nota de la Secretaría de Estado de Comunicación. "La
comunicación del nombre no es preceptiva", replica un experto, "lo
preceptivo es la formulación de la propuesta de nombramiento", especifica.
Detalles a un lado, otra duda planea
sobre la aprobación exprés del cese de Gallardón y del decreto por el que la
vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, asume sus
funciones hasta que Catalá tome posesión, en "cinco días", tal y como
ella misma cifró este miércoles en el Congreso. Si tanto urgía al Gobierno
hacer oficial el cese del ministro, ¿por qué no envió también a Nueva York el documento
necesario para que el nuevo titular de Justicia quedara oficialmente nombrado
cuando lo habitual es que un cese sea sucedido por un nombramiento?.
Fuentes de Moncloa restan importancia
a esta cuestión. Alegan que, como Catalá no puede ejercer las funciones
propias de su futura cartera hasta que haya jurado el cargo en Zarzuela,
nombrarle antes o después no cambia nada. Es decir, que no habrían podido
evitar el fiasco por el que la titular
de Empleo, Fátima Báñez, se vio obligada ayer a responder a una interpelación
sobre la ley del aborto en la Cámara baja.
Ahora bien, un nombramiento es
vigente cuando el decreto sale publicado en el Boletín Oficial del Estado
(BOE). Y se han dado muchos casos de ceremonias de tomas de posesión
posteriores al propio nombramiento, por cuestiones de agenda. ¿Cuál es la razón
de este trato diferente?
Dentro de todo este conflicto se da
otra situación curiosa más. Y es que ni en Zarzuela ni en Moncloa han podido
aclarar si Soraya Sáenz de Santamaría podrá actuar, en la toma de posesión de
Catalá, como notaria mayor del Reino —título que ostenta en estos actos el
ministro de Justicia—. Aunque se supone que la vicepresidenta ha asumido
"el despacho ordinario de los asuntos correspondientes al titular del
citado Departamento", según el BOE [ver pdf, aquí], cuando cesa
un equipo de Gobierno al completo y se nombra otro es el Director General de
los Registros y del Notariado (Joaquín José Rodríguez
Hernández, en este caso) quien ejerce dicha función. Sobre quién
recaerá la próxima semana esa responsabilidad es, a día de hoy, otro
misterio...
Fuente: www.publico.es
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