La Dirección General del Medio Ambiente de la
Comunidad de Madrid, en colaboración con varias escuelas técnicas de la
Universidad Politécnica y la empresa Agresta, organizan entre los días 17 al 20 de septiembre las jornadas divulgativas
“Parque Regional del Sureste: Proteger, Gestionar, Mejorar”.
España | | 26-09-2014 |
Para los colectivos ARBA, Asociación
Ecologista del Jarama El Soto, Ecologistas en Acción, GRAMA y Jarama Vivo este
acto pretende enmascarar la verdadera realidad del Parque Regional
caracterizada por el abandono, inacción y permisividad institucional que han
supuesto que, después de su constitución en 1994, sus principales problemas
todavía no estén resueltos. Llama la atención que entre los ponentes no se haya
invitado a ningún colectivo ecologista que llevan más de 20 años defendiendo y
luchando por recuperar ambientalmente la comarca del Sureste madrileño.
La evolución de esta figura ambiental ha sido
más que decepcionante en muchos sentidos. En el aspecto legislativo la
aplicación de algunas previsiones de la Ley se han demorado por los
responsables regionales de una manera escandalosa. El Plan de Ordenación de los
Recursos Naturales fue aprobado con cuatro años de retraso; El Plan Rector de
Uso y Gestión no se aprobó hasta casi 10 años después de lo previsto, para
acabar declarado nulo por los tribunales. De esta forma el Parque Regional del
Sureste es un espacio protegido que no cuenta con el principal instrumento de
gestión. Por otro lado, en 2010 el órgano de participación social, la Junta
Rectora, fue hecha desparecer, evitando de esta forma que los colectivos
ciudadanos participasen en la gestión y tuviesen acceso a información sobre los
proyectos y actuaciones a realizar en el Parque ¿De qué ejemplo de gestión
hablarán en las jornadas los responsables regionales?
En el aspecto de la conservación de los
parajes y recursos naturales también existen más sombras que luces. Existen
numerosos humedales en situación crítica, que hoy siguen siendo foco de
vertidos igual que hace 20 años y en los que no parece que exista ninguna
voluntad para recuperar. Incluso hay lagunas que por la inadecuada intervención
de la Dirección General del Medio Ambiente han sufrido un grave impacto, como
es el caso de Las Islillas en Mejorada o algunas de Miralrío en Velilla.
Mención aparte merece el caso de la conocida
como laguna del Aceite, en Arganda del Rey, el mayor caso de contaminación de
suelos en la región y lugar donde mueren todos los años cientos de aves en el
chapapote tóxico de la balsa. Después de 20 años ha habido escasa voluntad,
muchas falsas promesas y ninguna solución.
Los dos ríos que vertebran el Parque, el
Jarama y el Manzanares siguen soportando cargas contaminantes que los
convierten en la cloaca regional. Poco o nada se ha hecho desde las
administraciones competentes por mejorar la calidad de las aguas y la calidad
de los ecosistemas riparios. Incluso el nuevo Plan de la Cuenca del Tajo
descarta cualquier horizonte de recuperación para estas masas de agua. En estos
años muchas de las llamadas actuaciones de recuperación de riberas no han sido
más que episodios de artificialización y canalización de los cauces
(especialmente en el río Manzanares). Tramos de varios kilómetros del Jarama,
por debajo de la presa del Rey, presentan un aspecto lamentable en cuanto a la
calidad ambiental de sus riberas.
En relación a la actividad agraria es muy
preocupante que no se haya emprendido una reconversión del sector hacia modelos
más sostenibles. Al contrario, la agricultura del Parque sigue caracterizándose
por unos altos consumos de agua (riego a manta) y de productos fitosanitarios,
principal fuente de contaminación difusa de las masas de agua. Además, resulya
inexplicable que se continúen empleando aguas fecales, procedentes del
Manzanares y Jarama, para el riego de la principal vega madrileña.
En cuanto a la actividad minera, si bien se
ha puesto control a buena parte de la catastrófica situación que había en un
origen, todavía hoy existen seis explotaciones ocupando suelos incompatibles,
con grave perjucio sobre lagunas y riberas. Otra asignatura pendiente es la
restauración, especialmente en la zona sur, donde existen enormes extensiones
luciendo un paisaje casi lunar.
El crecimiento urbanístico, al igual que en
el resto de la región, ha sido inmenso. Esto ha provocado una presión humana
evidente. Al mismo tiempo ha provocado intentos de algunos ayuntamientos alojar
proyectos insostenibles en los límites del espacio protegido (campo de golf de
Getafe -2009-, complejo de esquí acuático en Ciempozuelos -2000-, canal de remo
olímpico en Rivas Vaciamadrid -2003-...).
En cuanto a la actividad cinegética, la
situación poco ha cambiado y la administración regional sigue privilegiando al
lobby cazador frente a sus responsabilidades de conservación. Pese a que en
amplias zonas del Parque la Ley establece de forma general su prohibición, la
Consejería permite la caza bajo la excusa de que se trata de actuaciones de
gestión. Además los permisos de caza extraordinarios, superen en número, en
algunos casos, a los ordinarios, permitiendo la caza, prácticamente durante
todo el año. Hoy por hoy resulta casi imposible conseguir cualquier tipo de
información sobre la actividad (funcionamiento de cotos, planes de
aprovechamiento cinegético, sanciones, permisos extraordianarios...) operando
la administración regional como la principal encubridora de las irregularidades
que se producen en el sector de la caza.
Para los colectivos ARBA, Asociación
Ecologista del Jarama El Soto, Ecologistas en Acción, GRAMA y Jarama Vivo el
desinterés y la situación de abandono en la gestión que sufre actualmente el
Parque Regional del Sureste es mayor que nunca. Resulta una provocación, por
parte de la administración que en esta situación se realicen estos actos. El
carácter de estas jornadas es más propagandístico que científico o divulgativo.
Fuente: www.tercerainformacion.es
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