Jueves, 18 de septiembre de 2014
Por EUGENIO FERNÁNDEZ / CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
Algunos andaluces,
con la guasa característica de ese pueblo, dicen que Izquierda
Unida "quiere ser como padre dios". Es
decir, estar en todas partes. O sea, llamar a la rebelión por
una parte, pero doblegarse ante la legalidad institucional de forma
sistemática; criticar el proceso de la llamada transición política y,
simultáneamente, defenderlo en la práctica con uñas y dientes; reivindicar a
los cuatro vientos el derecho de los pueblos a la autodeterminación y,
paralelamente, exigir que el referéndum catalán tenga lugar respetando la
legalidad monárquica vigente; denunciar el neoliberalismo del PSOE,
y a la vez, no desaprovechar la oportunidad para aliarse con los
socialdemócratas allí donde mejor se les tercie.
Tal y como ocurre
con padre dios, IU quiere disfrutar del
sagrado don de la ubicuidad política e ideológica. Les sucede algo parecido a
lo que le pasa a Podemos, que no es ni de izquierda ni
de derechas, sino todo lo contrario.
Hace
apenas unas horas, el Coordinador general de IULV-CA, Antonio
Maíllo, lo ha puesto de relieve en unas declaraciones suyas
formuladas en Sevilla. En ellas aseguraba sin el más mínimo
rubor, que no es "incompatible" formar parte
del Gobierno andaluz y poder alcanzar acuerdos electorales con
otras formaciones de la "izquierda transformadora". En
esas mismas declaraciones, Maillo quiso dejar claro que la
Federación que dirige "no se siente vinculada con el
PSOE-A fuera del acuerdo programático" y que "
ULV-CA tiene un papel claramente definido en el Ejecutivo andaluz".
¡Olé tu gracia!
No sin razón, la socioliberal y presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, le dio un tirón de orejas admitiéndole sobre los peligros que corría situándose "en las dos orillas". Lo de Susana Díaz fue un aviso acerca de lo que le podía ocurrir si persistía en sumala conducta. Lo nuestro es tan solo una elemental reflexión sobre la estremecedora falta de coherencia en la práctica política.
No sin razón, la socioliberal y presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, le dio un tirón de orejas admitiéndole sobre los peligros que corría situándose "en las dos orillas". Lo de Susana Díaz fue un aviso acerca de lo que le podía ocurrir si persistía en sumala conducta. Lo nuestro es tan solo una elemental reflexión sobre la estremecedora falta de coherencia en la práctica política.
Fuente: www.canarias-semanal.org
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