El
proyecto Arqueología de la Guerra Civil Española, coordinado por Alfredo
González Ruibal, del CSIC-Incipit, ha recibido esta semana en Belchite a varios
voluntarios internacionales, que colaborarán en la investigación.
Memoria
Histórica | Tercera Información/Diso Press | 22-09-2014 |
Autor: Álvaro Minguito/DISO Press
Voluntarios
internacionales se han incorporado esta semana al equipo de arqueólogos que
trabajan en la recuperación de la memoria de la guerra civil española en
Aragón. Entre ellos están las hermanas Emily y Wendy Lewis, sobrinas de Sydney
Shosteck, un brigadista de origen gales que recibió un tiro en la cabeza en la
calle principal del pueblo el 6 de septiembre de 1937, el día que el bando
republicano recuperó Belchite. Con ellas están Bethan, de 21 años, estudiante
galesa, o D. Malloney, de 51 años, que ha viajado desde Dublín, Irlanda. Otros
voluntarios del País Vasco se han incorporado también al equipo de trabajo en
las labores de investigación.
Las
intervenciones han continuado en la paridera del Saso, a poco más de un
kilometro del pueblo viejo de Belchite, donde siguen apareciendo restos de la
batalla, trincheras y túneles antiaéreos, que el equipo esta documentando de
forma sistemática.
A unos 15
kilómetros de Belchite, en los limites de Mediana y Zaragoza, se han
encontrado, ocultos en el techo derruido de una vieja paridera -construcción
tradicional de la zona para la guarda del ganado lanar y usada por los distintos
ejércitos como refugio-, restos de ropa militar: chaquetas, chaquetones,
pantalones y camisas de la época que bien pudieron pertenecer a uno o varios
soldados, según los investigadores. Junto a ellas había aparecido con
anterioridad un fusil Mosin Nagant, de origen ruso. Puede que se tratara de un
grupo de desertores que intentó pasarse de las líneas republicanas a las
franquistas. La zona donde se ubica la paridera estuvo, al menos durante un
tiempo, en tierra de nadie.
Los trabajos
han continuado además a las cercanías del pueblo viejo de Belchite, detrás del
lugar desde donde, en agosto de 1937, brigadistas norteamericanos consiguieran
romper, a través de una acequia, la defensa del pueblo. Diversos objetos
militares y cotidianos han ido apareciendo en la zona.
Los
voluntarios internacionales han visitado asimismo otras zonas cercanas, como el
complejo denominado “Rusia”, un pequeño pueblo, construido tras la guerra, al
que fueron trasladados algunos vecinos “non gratos”, o el antiguo Seminario, construcción
del siglo XVIII y posición durante la batalla de los requetés del tercio de los
almogáraves que formaban parte del bando franquista.
Los trabajos
de investigación seguirán su curso hasta finales del mes de septiembre.
Fuente: www.tercerainformacion.es
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