LUNES,
29 DE SEPTIEMBRE DE 2014
VÍCTOR
ARROGANTE Sígueme
Aprovechando las declaraciones
del obispo de Alcalá, voy a dar un repaso a la institución que representa, una
de las más nocivas que ha tenido la humanidad en su historia, por sus crímenes,
villanías y «pecados». Este caballero (como así trata la policía a quienes
detiene), muestra la catadura de su inteligencia. Si la cara es el espejo del
alma, ésta es de mala gente. Lo grave no es lo que dice, sino cómo, por qué y a
quiénes se dirige. Quieren seguir CONTROLANDO las conciencias.
Caras reflejo de lo que esconden; de todas, miedo;
la satanífica de Rouco y la de Cañizares beática, que parece dejar ver su
deleite por la belleza de los querubines. La del obispo Juan Antonio Reig Pla,
de reaccionario, sectario y de odio, que equipara el «tren de la libertad»
(multitudinaria protesta del pasado 1 de febrero contra la ley del aborto
Gallardón), con el «tren de la muerte» de Auschwitz. «Los PARTIDOS mayoritarios
se han constituido en verdaderas estructuras de pecado», califica la situación
actual en España de «dictadura que aplasta a los más débiles», los todavía no
nacidos. No dice nada sobre la dictadura que la iglesia defendió, avalando la
represión franquista bajo palio. El obispo, representante de una «secta»
antidemocrática, sigue entrometiéndose en los asuntos públicos y en los derechos
de las mujeres.
Los
trenes de la muerte fueron parte de la «Solución Final». Estos trenes formados
por vagones de ganado, partían desde todos los países ocupados por la Alemania
nazi, con destino a los «campos de exterminio». Después de varios días de VIAJE
ENcondiciones infrahumanas, los presos eran seleccionados: a un lado los aptos
para ser esclavizados, el resto a las cámaras de gas. En el libro de Fernando
Vallejo, La Puta de Babilonia (2007) menciona la visita del papa Ratzinger a
Auschwitz para «increpar a Dios» por el holocausto judío y los crímenes del
nazismo: «¿Por qué permitiste esto, Señor?», preguntaba, retóricamente. Mejor
«le hubiera preguntado a la momia putrefacta de Pacelli o Pío Doce o Impío
Doce, por qué no levantó su voz cuando podía contra Hitler». Cuento esto para
destacar el pensamiento del que desde ahora PUEDEser «el canalla de Alcalá»,
que compara el exterminio nazi, con el derecho a decidir de las mujeres, sobre
la interrupción voluntaria del embarazo. Defienden lo inexistente, cuando no
defendieron ni la vida ni la dignidad de los asesinados y perseguidos por la
dictadura, ni hoy a la infancia española desnutrida ni a la castigada por las
guerras.
Vaya
por delante mi ateismo. No creo en ningún ser sobrehumano, ni sobrenatural, que
CONTROLE los destinos de los seres vivos aquí en la Tierra; que imparta castigo
y justicia divina, ni nada por el estilo. No creo en dios, ni en sus actos, ni
en sus obras, ni en su historia, ni en su hijo, ni en su madre, ni en todos los
santos, ni en ninguna paloma blanca santa. (Elogio del ateismo, Diario
Progresista, 18 de febrero de 2013) Mucho menos creo en los hombres que dicen
representar a ese dios, inexistente, en la Tierra, y que para mostrar su poder,
han amparado y cometido los mayores crímenes contra la humanidad. Hubo un
tiempo que si creí, pero COMO dice Stephen Hawking: «No hay ningún Dios y los
milagros no son compatibles con la ciencia», ni con la razón digo yo, de la que
entonces parece que carecía, máximo atributo del ser humano.
La
Puta de Babilonia, aparece en el libro Apocalipsis, como un personaje asociado
con el Anticristo y la Bestia del Apocalipsis, relacionados con el reino de las
siete cabezas y diez cuernos. «Entonces vino uno de los siete Ángeles que
llevaban las siete copas y me habló: Ven, que te voy a mostrar el juicio de la
célebre Ramera, que se sienta SOBRE GRANDES aguas. Con ella fornicaron los
reyes de la tierra y sus habitantes se embriagaron con el vino de su
fornicación» (Apocalipsis 17:1-2). En el siglo XVI, en la época de la Reforma
de Lutero, se consideraba a la iglesia católica como la ramera de Babilonia; lo
mismo que antes ya lo hicieran Girolamo Savonarola, predicado contra el lujo,
el lucro, la depravación de los poderosos y la corrupción de la iglesia
católica. También Dante utiliza la imagen de la Puta en su Infierno, en su
crítica a la guía oficial de Roma.
La
Puta de Babilonia, de Fernando Vallejo, no ahorra críticas ni adjetivos a las
tres religiones del libro, «los tres fanatismos semíticos»: el cristianismo, el
judaísmo y el islam, que albergan en su seno a fundamentalistas, que no dudan
en asesinar a los contrarios a sus creencias. Vallejo hace la semblanza de
algunos personajes que estuvieron en el entierro del papa Wojtila «papa de la paridera»,
contrario a preservativos, anticonceptivos y aborto. «Veíamos entre la más alta
granujería del planeta, a Bush, a Clinton, a Blair, a Chirac y Kofi Annan,
truhanes archiconocidos que no necesitan presentación». Si cambiáramos estos
NOMBRES, por los actuales que ocupan los mismos cargos, tendríamos el mismo
panorama.
No
nos alejemos mucho ni en el tiempo ni en el espacio. La Inquisición se fundó en
1478 por los Reyes Católicos, para mantener la ortodoxia católica en sus reinos
y no se abolió hasta 1834, hace unos días COMO aquel que dice. Estuvo bajo el
CONTROLdirecto de la monarquía —entre otros por Fernando VII, tatarabuelo del
actual rey de España—. Actuaba, «no tanto por celo de la fe y salvación de las
almas, sino por la codicia de la riqueza», decía el papa Sixto IV. Lo cierto es
que las razones de su creación, fueron: establecer la unidad religiosa;
debilitar la oposición política; acabar con la poderosa minoría judeoconversa;
y conseguir financiación para sus proyectos. Se estableció una férrea
organización para la persecución y expulsión de los judíos; represión del
protestantismo; la censura; luchar contra los moriscos, la superstición y la
brujería. También se persiguió la homosexualidad y bestialismo, considerados
por el derecho canónico contra naturam. Es deleznable, como la iglesia persigue
estos supuestos «delitos», cuando en su seno hay tantos delincuentes pedófilos.
El último caso conocido el del ex nuncio Wesolowski detenido por abusos
sexuales a menores. En esto y en otras cosas, relacionadas con la libertad de
los individuos, poco han cambiado.
Muchos
verdaderos fieles cristianos, fueron encerrados, torturados y condenados COMO
herejes, para ser privados de sus bienes y propiedades por la Inquisición. Su
método represor, se basaba en el principio de presunción de culpabilidad, no de
inocencia. La detención implicaba la confiscación de sus bienes, llevándose la
INSTRUCCIÓN en el máximo secreto. El tormento se aplicaba, no como medio de
conocer la verdad, sino para reconfortar al preso en su fe. Ningún papa ha
condenado a la Inquisición de manera clara. Hoy sigue existiendo, con el
sobrenombre de Congregación para la Doctrina de la Fe, desde donde saltó al
papado su prefecto, Joseph Ratzinger («Benedicta»), como prueba de la existencia
de dios, cuyos designios son turbios como su propia esencia.
¿Cuál
es el papa más ruin? se pregunta Vallejo: «es cosa imposible de determinar, en
tanto no inventemos el aparatico que mida la ruindad del alma» Del «innoble»
Wojtyla, dice «Seguido hasta el umbral de la eternidad por la prensa carroñera,
este vejete babeante, temblequeante, balbuciente, iba, venía, subía, bajaba,
bendecía, pontificaba, cagaba, parrandeándose su pontificado de pe a pa. ¡Que
los que mató la Inquisición, no habían sido tantos, como afirmaban los enemigos
de la iglesia sino muchos menos!, decía». ¿Cuántos menos? Se murió sin
contarlos. Y la oscuridad reinando.
Vallejo
mantiene dudas históricas sobre el nuevo testamento y la existencia de
Jesucristo. Trata de la opresión que ha ejercido la iglesia a las ideas
contrarias al catolicismo; y no deja de tratar la historia reciente del papado,
sus finanzas, apariciones de las vírgenes de Lourdes y Fátima, los escándalos
CONTINUOS y lavado de capitales de la Banca Vaticana. Pese a que aparentemente
Vallejo exagera, se queda corto, cuando habla de los escándalos permanentes,
protagonizados por los curas pederastas, que salen como setas en otoño, y las
indemnizaciones para encubrirlos. Ahora parece que el tráfico de droga les
cerca, después de ser detenido en Francia un coche con matrícula diplomática
del Vaticano con droga procedente de España, aunque el portavoz Lombardi
asegura que el caso no tiene relación con la Santa Sede. Veremos.
«LA
PUTA, LA GRAN PUTA, la grandísima puta, la santurrona, la simoníaca, la
inquisidora, la torturadora, la falsificadora, la asesina, la fea, la loca, la
mala; la del Santo Oficio y el Índice de Libros Prohibidos; la de las Cruzadas
y la noche de San Bartolomé; la que saqueó a Constantinopla y bañó de sangre a
Jerusalén; la que exterminó a los albigenses y a los veinte mil habitantes de
Beziers; la que arrasó con las culturas indígenas de América; la que quemó a
Segarelli en Parma, a Juan Hus en Constanza y a Giordano Bruno en Roma; la
detractora de la ciencia, la enemiga de la verdad, la adulteradora de la
Historia; la perseguidora de judíos, la encendedora de hogueras, la quemadora
de herejes y brujas; la estafadora de viudas, la cazadora de herencias, la
vendedora de indulgencias; la que inventó a Cristo loco el rabioso y a
Pedro-piedra el estulto; la que promete el reino soso de los cielos y amenaza
con el fuego eterno del infierno; la que amordaza la palabra y aherroja la
libertad del alma; la que reprime a las demás religiones donde manda y exige
libertad de culto donde no manda; la que nunca ha querido a los animales ni les
ha tenido compasión; la oscurantista, la impostora, la embaucadora, la
difamadora, la calumniadora, la reprimida, la represora, la mirona, la fisgona,
la contumaz, la relapsa, la corrupta, la hipócrita, la parásita, la zángana; la
antisemita, la esclavista, la homofóbica, la misógina; la carnívora, la
carnicera, la limosnera, la tartufa, la mentirosa, la insidiosa, la traidora,
la despojadora, la ladrona, la manipuladora, la depredadora, la opresora; la
pérfida, la falaz, la rapaz, la felona; la aberrante, la inconsecuente, la
incoherente, la absurda; la cretina, la estulta, la imbécil, la estúpida; la
travestida, la mamarracha, la maricona; la autocrática, la despótica, la
uránica; la católica, la apostólica, la romana; la jesuítica, la dominica, la
del Opus Dei; la concubina de Constantino, de Justiniano, de Carlomagno; la
solapadora de Mussolini y de Hitler (y de Franco); la ramera de las rameras, la
meretriz de las meretrices, la puta de Babilonia». Ora pro nobis.
«Tú la teóloga, la misteriosa, la profunda, la
recóndita, la que se cree representante de dios en la tierra y mata en su
NOMBRE». Poco más tengo yo que decir para definirte. La «santa madre iglesia»,
universal, apostólica y romana, la cínica protectora de tantos pederastas como
hay en su seno, la antidemocrática, la del odio y la agresión, la que va en
contra de los Derechos Humanos; la que odia a las mujeres y abusa de la
infancia «dejad que los niños se acerquen a mi» y aprovecha el poder que ejerce
sobre ellos para introducir ideas retrógradas y perniciosas contra la libertad,
los derechos y otras indecencias. Requiescat in pace
Fuente:
http://www.diarioprogresista.es/
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