Este sábado 27 de
septiembre se cumplen 39 años de las últimas ejecuciones de la dictadura
franquista, entre ellas la del vigués Xosé Humberto Baena. Hablamos con su
hermana, Flor Baena, que reclama su inocencia y la reapertura del caso
26/09/2014 - 14:23h
Flor Baena, leyendo la última carta de su hermano
"Papá, mamá: Me
ejecutarán mañana. Os quiero dar ánimos. Pensad que yo muero, pero que la vida
sigue". De este modo se despedía de sus padres Xosé Humberto Baena en la última
carta que les escribió. Este sábado 27 se cumple el 39º aniversario de los
últimos fusilamientos de la dictadura, los de tres militantes del FRAP (además
de Baena, el también vigués José Luis Sánchez Bravo y Ramón García Sanz), y dos
de ETA (Ángel Otaegui y Juan Paredes Manot Txiki). Los últimos
asesinatos del franquismo como régimen, resultado de un proceso judicial
acelerado y plagado de irregularidades. Una supuesta demostración de fuerza de
una dictadura que se desmoronaba y que siete semanas después vería morir a su
líder. Una muestra de miseria más.
Desde el primer
momento la familia de Xosé Humberto Baena denunció lo injusto del proceso y
luchó para que se reabriera el caso y se reconociera la inocencia de su
familiar. En esa lucha se embarcaron primero los padres de Xosé Humberto y,
fallecidos ellos, continuó su hermana Flor. En 2002 llevaron el caso ante él
Tribunal Constitucional, que se inhibió. Después dirigieron sus esfuerzos al
ámbito internacional, al Tribunal de los Derechos Humanos de la Haya y a la
ONU, que tampoco quisieron actuar.
Ahora, desde el inicio
de la querella argentina contra los crímenes de la dictadura franquista, la
familia Baena colabora con la jueza María Servini para que los altos cargos del
régimen aún vivos sean juzgados. "Va muy lento, pero el caso es que
vaya", destaca Flor Baena, que dice tener "esperanzas" porque
"la jueza Servini es una persona seria y empecinada, que cuando comienza
algo llega hasta el final. Y me da la impresión de que cuantos más obstáculos
le ponen, ella más se aferra a su manera de hacer las cosas". Después de
que la abogada de los Baena viajara a Argentina, las presiones del Gobierno
español le impidieron realizar una entrevista con Servini vía video
conferencia. Sin embargo, está previsto que la jueza viaje a España en los
próximos meses para realizar los contactos pendientes, entre ellos, el de los
Baena.
Sobre la mesa, un
amplio y documentado conjunto de irregularidades en el juicio que determinó la
culpabilidad de Xosé Humberto, excesivas incluso para un tribunal franquista.
Flor Baena define la ejecución de su hermano como un "asesinato de
Estado" y denuncia que "la sentencia estaba dictada de antemano".
"No aceptaron pruebas de testigos presenciales, pruebas de balística,
todas las pruebas que no coincidían con su visión no se pudieron
presentar", añade. "Pero no quieren reabrir el proceso" -dice-
"Mientras no mueran los que estaban antes, y sus familiares, no se va a hacer
justicia. A lo mejor ellos ya no están en el poder, pero están sus hijos o
sobrinos".
Flor Baena repite que
"nosotros no queremos que ante la historia Humberto quede como un asesino.
Queremos que quede como lo que es, como un asesinado, que es completamente
distinto". Y relata que "en la media hora previa a que lo matasen, de
seis y media a siete de la mañana, cuando mi padre y mi hermano mayor pudieron
estar con él, Humberto les pidió que 'el día de mañana cuando los hijos de mi
hermana sean grandes, que les cuenten la verdad, que no se avergüencen de
mí'". "Al mes siguiente mi padre escribió una carta muy larga, en la
que explicaba todo lo que había pasado. Y eso quedó certificado para mis hijos.
Y ellos no vieron esa carta hasta que cumplieron 18 años", añade. Y
concluye: “Queremos cumplir con su voluntad, queremos que todo el mundo sepa
que fue inocente”.
"Que se
sepa la verdad"
En su búsqueda de la
verdad, Flor Baena entró en contacto con la familia del policía muerto en 1975
y de cuyo asesinato culparon a Xosé Humberto, para que participara en el
documental Septiembre del
75. "No quisieron participar"-dice- "Y no lo
entiendo. Si ellos querían justicia para él, pues no se hizo justicia, porque
su asesino no fue condenado, hay un culpable libre. Deberían buscar la justicia
y la verdad".
También les pidió en
varias ocasiones a algunos de los compañeros de Xosé Humberto en el FRAP
(algunos condenados también a muerte e indultados, como Vladimiro Fernandez
Tovar, Manuel Blanco Chivite o Pablo Mayoral) que hicieran público todo lo que
supiesen sobre el caso.
Un día de
homenaje y recuerdo
Este sábado 27, a las
18 horas, el cementerio vigués de Pereiró acogerá como todos los años un
homenaje a Xosé Humberto Baena. Flor dice que estos homenajes resultan
"gratificantes" y un "apoyo importante para la familia".
"Tengo que decir, en honor de sus compañeros, personas que no lo conocían
en muchos casos, que todos los años acuden al homenaje en Pereiró. Llevan
flores, banderas, cantan la Internacional. Y siempre se acuerdan de él.
Cuando después de 39 años se siguen acordando de él, creo que es por algo”,
afirma.
Sin embargo, el
aniversario de su muerte es una fecha necesariamente dolorosa, como reconoce:
"Cada vez que tengo que andar de nuevo con sus papeles, con sus cartas, lo
paso mal. Es una herida que está ahí, solapada, y que siempre se vuelve a
abrir. No pudimos cerrarla". "Nos lo robaron. Incluso lo enterraron
sin estar nosotros presentes. Mi familia no volvió a ser nunca la misma desde
la muerte de mi hermano. Mi madre no volvió a cantar, y cantaba muy bien",
añade.
"Yo no sé se
lograré que se sepa la verdad", dice Flor. "Murió mi padre, murió mi
madre, y a lo mejor muero yo antes, pero yo le he encomendado a mi hija, que es
muy luchadora, que continúe con este trabajo. Siempre le digo que siga adelante,
hasta que lo consigamos". "Les escribí a muchos políticos, jueces, a
muchas personas, pidiéndoles que dejaran reabrir el caso. La vicepresidenta
Fernández de la Vega me respondió diciendo que me entendía, que había sido una
injusticia, y me ofrecía enviarme un documento en el que acreditara eso de
forma privada. Y yo le dije que privado no quería nada”, dice. Y concluye: “Yo
ya sé que mi hermano era inocente, toda la familia lo sabemos, no necesito
verlo en un papel. Pero sí quiero que al igual que en aquel momento todos los
medios de comunicación dijeron que mi hermano era un asesino, que ahora digan
todos que fue un asesinado".
Fuente: www.eldiario.es
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