Hay
motivos para votar y hay motivos para no votar, pero no hay motivos para dejar
que nos gobierne el tirano, quedándonos
en casa.
Por Pedro Taracena
SÁBADO, 10 DE MAYO DE 2014
Yo
votaba al PSOE por muchas razones y de todas ellas sinceramente convencido. En
mi familia en dos generaciones hubieron represaliados, perseguidos, exiliados y
asesinados. La oposición al
franquismo fue asumida por mí desde
que tuve uso de razón y
comprendí hasta
donde llegó el
genocidio del Caudillo de España que
lo fue por la Gracia de Dios.
En los
años
posteriores a la muerte del sátrapa
me alineé con los valores de la Transición y
hasta la última
legislatura de Zapatero, miré para otra parte ante las tropelías en todas sus acepciones
cometidas por los gobiernos socialistas. La Transición con mayúscula concluyó con la muerte de
Adolfo Suárez
y después fue el PSOE quien miraba hacia otra parte. Para no abordar el
genocidio franquista, los Acuerdos con la Santa Sede, la Guerra Sucia contra el
terrorismo, la corrupción en el
propio seno de la Administración y el
perverso maridaje entre el grupo PRISA y el Gobierno, en las personas de Juan
Luis Cebrián y
Felipe González.
Ya con el Gobierno en manos de Zapatero, al mismo tiempo que seguía con los logros de los
derechos sociales y sacar adelante la tímida
Ley de la Memoria Histórica,
se pervirtió en
manos de la Troika europea. A través de un ataque de pánico y de espaldas a los
españoles,
introdujo el control del déficit modificando la Constitución con urgencia,
nocturnidad y alevosía.
Cuando solamente era indicativo no obligatorio por parte de la UE. Además hizo un pacto con el PP
para mutilar el principio de Justicia Universal, para agradar a China, EEUU e
Israel, que más tarde
“perfeccionó” el
gobierno de Rajoy, para agradar esta vez a las organizaciones criminales del
narcotráfico.
Así las cosas hoy el
PSOE está alineado
con las tesis de la Europa de los Mercaderes, no con la Europa de los
Ciudadanos, apoyados por la política de
la derecha en torno a la nueva “Carlomagno”, Angela Merkel. En su campaña electoral está más obsesionado con las
poltronas españolas
que cambiar de giro a la criminal política
europea. Son motivos suficientes como para no volver a ser cómplice en la traición a mis ancestros.
Votaré
una izquierda que al menos mencione en sus programas una alternativa a los
habitantes de esta cueva de ladrones y represores de los pueblos. Los perversos
burócratas
de las instituciones europeas: Comisión y
Parlamento. Verdugos de Portugal, España,
Grecia e Irlanda.
¡¡¡HAY QUE ROMPER CON LA EUROPA DE LAS FRONTERAS QUE PROTEGEN A LOS
RICOS CUANDO YA NO NECESITAN A LOS ESCLAVOS¡¡¡
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