"La Iglesia
empleó el término con profusión, introduciendo, de esa manera, la cuestión
religiosa en el conflicto, ya que la guerra era también contra los enemigos del
catolicismo."
Memoria Histórica | Eduardo Montagut Contreras* | 19-05-2014
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El
concepto de cruzada es histórico y se refiere, como bien sabemos, a las guerras
o expediciones militares contra los musulmanes en la Edad Media, y en relación con
la Tierra Santa, aunque también se aplicó en los conflictos en la península
Ibérica entre cristianos y musulmanes, y en otros lugares de Europa. Pero el
término se ha ido haciendo más complejo porque se ha aplicado a expediciones,
guerras, o campañas que nada tienen que ver con este origen medieval. El caso
de la guerra civil española es uno muy evidente. La guerra civil sería una
cruzada no contra el Islam, lógicamente, sino contra el marxismo, el
anarquismo, la masonería, los impíos, los liberales y demócratas, los tibios,
“los malos españoles” y los extranjeros que apoyaban la causa de la República.
Franco comenzó a usar la expresión de “cruzada nacional” muy pronto, a los
pocos días del golpe de julio de 1936. El precedente del uso del concepto de cruzada
estaría en José Antonio Primo de Rivera.
La
Iglesia empleó el término con profusión, introduciendo, de esa manera, la
cuestión religiosa en el conflicto, ya que la guerra era también contra los
enemigos del catolicismo. La guerra como cruzada fue defendida por el obispo de
Pamplona el 23 de agosto del 36. Otros prelados hablaron, a los pocos días,
también de cruzada. En la Carta Pastoral del obispo Plá y Deniel, y que lleva
por título "Las dos ciudades", de 30 de septiembre, habla de las dos
Españas, desde 1808, de la buena y cristiana y de la mala. Las Cortes de Cádiz
serían las responsables de malbaratar “el fruto de la sangre derramada” del
pueblo español alzado en armas contra los franceses, al introducir en España
“el espíritu extranjero”, es decir, el liberalismo. La guerra no sería tal,
sino una cruzada. Esta interpretación maniquea influirá notablemente en la
versión oficial de la historia de España que hizo el franquismo, que enseñó en
la escuela y difundió a través de su aparato propagandístico.
En
la Carta colectiva del cardenal Gomá y de otros prelados se habla de la cruzada
y ha quedado como el texto clave que comprometió a la jerarquía eclesiástica
con la causa de Franco. No parecía que fueran momentos para intentar apaciguar
ánimos, para entender al contrario, sino de cruzada, de guerra, de fuego, de
agitar las banderas y las armas contra el enemigo. La Iglesia española bendijo
el golpe y a un bando, el que consideraba como uno de sus principios básicos la
estrecha unión entre la Iglesia y el Estado. La Iglesia cobró su apoyo después
de la victoria franquista, ya que sacó inmensos beneficios en lo económico, en
lo educativo, en lo político y en lo cultural. Los años posteriores fueron los
de otra cruzada, la de la recatolización del país.
*Para
Tercera Información.
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