"ESPAÑA HA
ENTRADO EN UNA ETAPA MUY PELIGROSA AL NO QUERER SABER LA VERDAD DEL
FRANQUISMO"
La presidenta de las
Abuelas de la Plaza de Mayo apoya a las víctimas del franquismo en la querella
interpuesta en Argentina. Es una forma de devolver el apoyo que recibieron de
España en el pasado.
JULIA PÉREZ Madrid 23/05/2014 07:07 Actualizado: 23/05/2014
19:18
Estela de Carlotto.- FERNANDO GÁLVEZ
Estela de Carlotto (Buenos Aires, 1930) lleva 37 años siendo
abuela de Plaza de Mayo, en búsqueda de su nieto desaparecido y luchando para
que las violaciones de derechos humanos que sufrieron en Argentina no se
vuelvan a repetir. Ponente del I Congreso Internacional de Jurisdicción
Universal, De Carlotto está muy agradecida a España porque cuando empezaron a
denunciar por el mundo la represión de la dictadura argentina, "España nos
abrió sus brazos. Encontramos al juez Baltasar Garzón, que empezó en la Audiencia
Nacional a comprometerse para conseguir justicia, nos recibieron
parlamentarios, asociaciones no gubernamentales, los sindicatos... Siempre
ayudándonos. Ahora España ha entrado en una etapa muy peligrosa, que es la de
no mover nada para la verdad ni la justicia e impedir y querer que no se hable
de un pasado, que no se sepa la verdad de lo que hizo el franquismo",
resalta.
Por ello, el movimiento de Abuelas que preside y otros
grupos argentinos han apoyado a unos españoles, víctimas del franquismo, en la
querella interpuesta en Argentina. Para ella, es "una forma de agradecer,
de devolver con una expresión de trabajo y de compromiso a este país, lo que
este España hizo por nosotros oportunamente".
¿Cómo es la situación actual en su país?
Por suerte en Argentina llevamos 30 años de democracia, la
más larga de nuestra historia. Esta ‘década ganada', como llamamos las
presidencias de Néstor Kirchner y de Cristina Fernández de Kirchner, se ha
puesto todo el empeño en reparar con la verdad, con el acompañamiento estatal,
con la reparación económica, hasta darles títulos post mortem a los
estudiantes que estaban en una carrera que no pudieron terminar porque los
secuestraron y los asesinaron... Hay miles de situaciones valiosísimas en
Argentina que nos hacen caminar bien y sentirnos reconfortadas, comprendidas.
Nunca buscamos venganza por mano propia, sino que reclamamos se hiciera
justicia ante esta gente que son genocidas, asesinos, no se arrepienten, no
condenan y amenazan con volver a repetirlo. Ahora acá, en España, hay que
animar a la gente a que no sea indiferente a ese pasado que enturbió por tantos
años al país, y que nada debe ocultarse porque todo aquello que no se resuelva
se repite.
"En España hay que animar a la gente para que no sea indiferente
al pasado; lo que no se resuelve, se repite"
Usted sigue sin encontrar a su nieto, que tendrá ahora...
Cumplirá 36 años el mes que viene. No tengo la más remota
idea de dónde pueda estar viviendo, porque ahora se habrá independizado, estará
casado, tendrá hijos y vive en algún lugar del mundo porque ahora está todo
globalizado. Por eso iniciamos hace diez años, en Madrid, una Red Europea por
la Identidad para que si algún chico en edad de nuestros nietos vive acá y duda
de su identidad, tenga dónde recurrir para saber cómo llegar a la verdad.
Muchos chicos han concurrido, pero su sangre no coincidió con ninguna familia.
Pero queda ya reservado su mapa genético, porque ha pasado que, a veces, se han
presentado chicos con dudas y no daban con nadie y, de repente, aparece el
familiar. Hasta ahora han aparecido 113 niños robados, no todos vivos
lamentablemente porque los últimos tres casos de este año eran jóvenes que
fueron asesinadas y mataron al bebé.
Denuncia que una de las consecuencias de las represiones
es la enfermedad que surge en el entorno familiar de la víctima.
Hay familias más vulnerables que otras. Mi familia fue muy
afectada, con el secuestro de mi marido, luego el de Laura, la entrega de su
cadáver y nuestro nieto que no encontramos... Mi vida cambiada de ser directora
de escuela primaria a transformarme en una mujer que no sabía qué hacer. Es una
quiebra familiar. Yo dejé de ser la madre y la esposa para transformarme en una
mujer buscando, con mi marido que me ayudaba, me esperaba y sufría. Por eso él
se fue antes. Y afectó a dos hijos más, a quienes obligamos que se fueran al
exilio, y quedó el más chico que fue el más victimado, porque era adolescente y
quedó solo: con una madre ausente, un padre sufriendo, los hermanos lejos y una
hermana muerta. Pero tuvimos la capacidad de recuperarnos, porque yo nunca dejé
de luchar. Mi marido se murió antes del dolor, de su enfermedad, pero nunca
bajó los brazos. Él fue secuestrado, torturado, le preguntaban por sus hijas,
pero lo podrían haber matado porque no iba a hablar de ellas... Y yo
trabajando, y manteniendo a la familia.
Mis hijos han regresado a Argentina, estamos todos juntos,
tengo 13 nietos, dos biznietos. Tenemos una familia unida, bien italiana. No
perdimos la unión familiar ni nos echamos culpas unos a otros.
Su hijo adolescente
es hoy ya adulto...
Ahora es un diputado que preside la Comisión de Derechos
Humanos. Siempre está en el tema y desde chiquito, aunque estaba solo, militaba
con los organismos de derechos humanos que iban naciendo. Nunca nos entró el
miedo ni la parálisis. Ahora, hubo familias que sí, que incluso no quisieron
saber nada, casi invirtiendo la orden de la culpa porque su hijo desaparecido
se había metido en política. Uno puede entenderlo porque no estábamos
preparados, y fue tan atroz la dictadura, tan engañosa, con esa prensa
monopólica que mentía, como sigue mintiendo hoy en día.
Aún siguen publicando que usted es una falsa abuela.
Sí, así es. Yo tengo un cadáver para mostrar, el de mi hija,
pobrecita, tengo toda la documentación de lo que certificó el forense cuando la
exhumaron, que tuvo un bebé, que estuvo secuestrada esos nueve meses y que la
asesinaron. Todo eso lo negó la dictadura. Esas barbaridades tan dolorosas que
dicen, ¿cómo voy a mentir, por Dios? Teniendo todas las pruebas, es tan mala
gente que, a veces, sorprende porque tienen el poder de mostrar hasta en
televisión sus mentiras de una manera engañosa.
"La mayoría de la sociedad ha entendido a las Abuelas de la
Plaza de Mayo: nos aprecia, respeta y ayuda"
¿Cómo se defiende frente a la difamación?
La mayoría de la sociedad nacional e internacional nos ha
entendido, nos aprecia, nos respeta y nos ayuda. Hay grupos pequeños que
ideológicamente, o por interés económico, nos desprestigia. Son menos, son
pocos, pero tienen poder económico y mediático. Contra eso, uno presenta su
verdad y no perdemos tiempo ante la mentira, que tiene patas muy cortas. Lejos
de perder rédito, las Abuelas vamos ganando adeptos. Pero eso que había antes,
que no nos creían, ya no existe.
Usted es vista como un ejemplo de superación.
Hay muchas mujeres que no se conocen. No creo que una madre
deje de buscar a su hijo, ni que una abuela no busque a ese nieto que fue
robado. Nunca puede estar bien una persona a quien le quitan su identidad y le
quitan su historia y que, en el fondo, no sabe quién es. No se puede vivir así,
porque la falta de identidad se transmite a los hijos y nietos. Eso está
probado.
Su hija Laura ya dijo a sus asesinos que usted la
buscaría hasta el final.
"Mi vieja -dijo a los milicos- no les va a perdonar lo
que me están haciendo y mientras viva les va a perseguir". Ella me conocía
más que yo misma, porque yo no era de ir a marchas; yo era una maestra, una
mujer de casa, de clase media, burguesa... Ahora, lo que nunca soportaba era la
injusticia. Pero mi hija sabía que yo, para defender a mis hijos, era leona.
Fuente: www.publico.es
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