Por Francisco González
Tejera - Canarias-semanal.org
Miércoles, 14 de mayo de 2014
Una vez asesinada la presidenta
de la Diputación de León con 13 sueldos y las banderas de media España ondean a
media asta. Los partidos políticos del régimen suspenden, incluso Izquierda
Unida, la campaña electoral. La casta -escribe FRANCISCO GONZÁLEZ TEJERA - se
echa las manos a la cabeza (...).
Una vez asesinada la presidenta de la Diputación de
León con 13 sueldos y las banderas de media España ondean a media asta, los
partidos políticos del régimen suspenden, incluso Izquierda Unida, la campaña
electoral. La casta se echa las manos a la cabeza, llora en muchos casos
con lágrimas de cocodrilo, pero jamás reacciona ante las miles de personas que
se quitan la vida cada día víctimas de las vergonzosas políticas de desahucios,
personas que se tiran por un balcón, que se cuelgan, que se queman a lo bonzo
en cualquier sucursal bancaria, que se cortan las venas o se toman un frasco de
pastillas al no poder aguantar más la presión y las amenazas de un sistema
corrupto.
El suicidio ya es en el estado español la primera causa de muerte
violenta y no pasa nada, nadie se rasga las vestiduras, no levantan las manos
diciendo ¡Basta ya! En su oscura y enlutada parafernalia siniestra, la de
los buenos tiempos del voto del miedo, acusando sus tertulianos/as a sueldo
desde diversos medios a la sociedad civil organizada de ser culpables de un
asesinato, de una muerte que se produjo en un ajuste de cuentas entre quienes
nos gobiernan.
Los desahucios generan muertes violentas por suicidio, asesinatos impunes que nadie castiga, golpeando a cientos de miles de familias que son expulsadas de sus viviendas, muchas veces a palos, porrazos, empujones, insultos, patadas y balas de goma. Niños, niñas, personas mayores, discapacitados/as y enfermos/as en fase terminal han sufrido esta brutal represión. El mundo lo ha podido ver, las brutales imágenes que avergüenzan a todas las personas defensoras de la libertad y la verdadera democracia, que entristecidas contemplamos como los gobiernos de España tratan a la ciudadanía, criminalizando a personas honradas que solo han sido estafadas vergonzosamente por la banca, para luego utilizar todo el peso de la Ley para machacarlas y dejarlas tiradas en la calle sin nada.
El luto nacional por la muerte de esta dirigente del PP de León, demuestra que para este gobierno y resto de partidos de la monarquía borbónica, de la izquierda a la derecha, hay ciudadanos/as de primera y de segunda, los/as de primera ganan muchos sueldos, ocupan varios cargos, son millonarios/as y viven del triste cuento de la política. Los/as de segunda sufren, sobreviven, no tienen trabajo, pasan hambre, miserias y son pisoteadas por un poder en manos de la maldad, la desvergüenza y la codicia ilimitada.
Cualquier muerte violenta debe ser condenada, incluso las que se provocan desde el poder, las cientos de miles de personas muertas, asesinadas en los últimos años reclaman justicia. Unos crímenes que tienen culpables con nombres y apellidos, que llevan el sello personal de personajes sin escrúpulos, que un día serán castigados/as por la justicia de los pueblos, la que no olvida ni perdona.
Los desahucios generan muertes violentas por suicidio, asesinatos impunes que nadie castiga, golpeando a cientos de miles de familias que son expulsadas de sus viviendas, muchas veces a palos, porrazos, empujones, insultos, patadas y balas de goma. Niños, niñas, personas mayores, discapacitados/as y enfermos/as en fase terminal han sufrido esta brutal represión. El mundo lo ha podido ver, las brutales imágenes que avergüenzan a todas las personas defensoras de la libertad y la verdadera democracia, que entristecidas contemplamos como los gobiernos de España tratan a la ciudadanía, criminalizando a personas honradas que solo han sido estafadas vergonzosamente por la banca, para luego utilizar todo el peso de la Ley para machacarlas y dejarlas tiradas en la calle sin nada.
El luto nacional por la muerte de esta dirigente del PP de León, demuestra que para este gobierno y resto de partidos de la monarquía borbónica, de la izquierda a la derecha, hay ciudadanos/as de primera y de segunda, los/as de primera ganan muchos sueldos, ocupan varios cargos, son millonarios/as y viven del triste cuento de la política. Los/as de segunda sufren, sobreviven, no tienen trabajo, pasan hambre, miserias y son pisoteadas por un poder en manos de la maldad, la desvergüenza y la codicia ilimitada.
Cualquier muerte violenta debe ser condenada, incluso las que se provocan desde el poder, las cientos de miles de personas muertas, asesinadas en los últimos años reclaman justicia. Unos crímenes que tienen culpables con nombres y apellidos, que llevan el sello personal de personajes sin escrúpulos, que un día serán castigados/as por la justicia de los pueblos, la que no olvida ni perdona.
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