Hay tres
millones de niños en el umbral de la pobreza en buena medida debido a que sus
padres están parados y no perciben prestaciones.
nuevatribuna.es
| Por Enrique
Negueruela | | 18 Julio 2014 - 09:59 h.
Hay casi
tres millones de niños bajo el umbral de la pobreza a los que el Gobierno
destina 16 millones de euros. Hay un millón de parados con cargas familiares
que no tienen ningún ingreso en su casa, no perciben ninguna prestación y
buscan desesperadamente empleo.
Hay un
artículo en nuestra Constitución, el 35.1, que dice que todos los españoles
tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo. Hay seis millones de
personas a los que se les conculca este derecho. Para aquellos a los que se les
ha conculcado el derecho al trabajo, la propia Constitución, artículo 41,
establece que los poderes públicos mantendrán un régimen público de Seguridad
Social que garantice prestaciones sociales suficientes especialmente en caso de
desempleo. Hay cuatro millones de parados a los que, además del derecho al
trabajo, también se les conculca el derecho a su protección en caso de
desempleo. De esos cuatro millones, un millón tiene cargas familiares y ningún
ingreso en su hogar.
El Gobierno
está deslindando la protección de la contingencia a proteger. Me explico.
Cuando una persona está parada, la contingencia a proteger es esa situación de
desempleo porque tiene reconocido el derecho al trabajo y a una prestación
suficiente en caso de desempleo. Corresponde, por tanto, una protección
por la contingencia de desempleo. En vez de protección por desempleo se deriva
hacia las rentas sociales esta asistencia, hacia las comunidades autónomas.
Lo que debe
ser protección por desempleo pasa a ser una renta de mínimos por ausencia de
ingresos. Se está demostrando día a día que no hay un aparato administrativo
ágil que pueda reconocer esa ausencia de ingresos con la celeridad que se
requiere para todas las personas que actualmente lo precisan y para lo que sí
está capacitado el SEPE. En Galicia, por citar a modo de ejemplo la comunidad
que mejor conozco, la demora en la aprobación de una Renta de inserción, Risga,
en ocasiones tiene una demora de nueve meses frente al uno o días de demora en
el reconocimiento de prestaciones por el SEPE.
Tampoco las
comunidades tienen partidas presupuestarias suficientes para cubrirlo, algo que
también las tiene el SEPE. Además, en el reparto competencial, la contingencia
por desempleo es competencia exclusiva del Estado. Pero desde el Gobierno se
mira para otro lado y, gran esfuerzo, se destinan 16 millones para paliar la
pobreza infantil recortando las prestaciones y el derecho constitucional a sus
padres. En lo que va de año el gasto en prestaciones ha disminuido en 2.236
millones de euros sobre el año pasado. Si se continúa con la misma dinámica, al
final de año el gasto será menor en 6.213 millones.
La actual
estructura de prestaciones por desempleo ha quedado obsoleta porque en su
diseño no se previó la posibilidad de una crisis de una duración como la
actual. Llevamos más de seis años y el actual gobierno ha previsto que en 2017
todavía habrá 478 mil empleos menos de los que había en 2011. Es el coste de la
reforma laboral que se ha llevado casi un millón y medio de empleo.
No es
momento de repensar el modelo porque las personas paradas tienen el mismo vicio
que las demás, comer todos los días, y un cambio de modelo lleva tiempo. Es
preciso fijarnos en qué prestaciones están respondiendo mejor y potenciarlas.
En este sentido es la Renta Activa de Inserción la única prestación que ha
incrementado el número de beneficiarios en lo que va de año sobre los
anteriores. La razón de su aumento está en que no tiene conexión directa con
períodos cotizados, pese a que este Gobierno la ha vinculado con haber agotado
una prestación.
La Renta
Activa de Inserción es un programa mixto de políticas activas y pasivas
previsto en la Disposición final quinta de la Ley General de la Seguridad
Social y regulado por un Real Decreto que en su título dice “por el que se
regula el programa de renta activa de inserción para desempleados con
especiales necesidades económicas y dificultad para encontrar empleo”. Definir
como un colectivo “con especiales necesidades económicas” a los parados con
cargas familiares y sin protección es una obviedad. La “dificultad para
encontrar empleo” se establece en el propio Decreto mediante el requerimiento
de un año inscrito.
Su cuantía
es igual a la del subsidio, tiene una duración de once meses y entre los
colectivos que la pueden percibirfiguran los mayores de 45 años y las personas
con discapacidad con un año de inscripción. A las mujeres víctimas de violencia
de género o doméstica y a los emigrantes retornados no se les exige un período
de inscripción. Si a estos cuatro colectivos se les añade un quinto “los
parados con cargas familiares” se perfecciona su actuación entre aquellos “con
especiales necesidades económicas”.
Entre la
inclusión en un programa de renta activa de inserción y otro tienen que pasar
doce meses, salvo en el caso de las personas con discapacidad y de las mujeres
víctimas de violencia de género o doméstica que son continuos. También los
parados con cargas familiares deben estar comprendidos entre los que pueden
tener continuidad de un programa con otro debido a esas especiales necesidades
económicas. En la actualidad el número máximo de programas a los que un parado
se puede acoger es de tres. Este límite debería suspenderse mientras la tasa de
paro esté por encima del 15%.
Un millón de
parados con cargas familiares protegidos por la Renta Activa de Inserción tiene
un coste anual de 5.112 millones de euros. El presupuesto de prestaciones de
2014 era de 29.429 millones de euros lo que significa una disminución de 1.782
millones sobre el de 2013 y de 2.793 millones sobre el de 2011. La evolución
del gasto supone que a final de año se dejarán de gastar 5.837 millones de
euros sobe lo presupuestado.
Con el
dinero presupuestado para prestaciones que no se gastará, se pueden financiar
la Renta Activa de Inserción para 1.141.861 parados con cargas familiares.
Si hay tres
millones de niños en el umbral de la pobreza en buena medida debido a que sus
padres están parados y no perciben prestaciones; si hay un millón de parados
con cargas familiares que no perciben prestaciones conculcando el artículo 41
de la Constitución con aquellos con los que también se conculcó el artículo
35.1 al; si después de recortar el presupuesto de prestaciones en 2.236
millones de euros, todavía quedarán sin gastar 5.837 millones; si hay un
programa destinado a proteger a los parados con especiales necesidades
económicas; si solo es preciso realizar unas sencillas modificaciones en un Real
Decreto, añadiendo cincuenta palabras, forcemos entre todos para que se
realicen las modificaciones propuestas en la Renta Activa de Inserción porque
es urgente que ningún parado con cargas familiares esté sin protección.
Fuente: www.nuevatribuna.es
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