Por
José Enrique Centén Martín
19 de junio de 2014
Aquellos vientos del 2011 podríamos
compararlos con otros que fueron revolucionarios y que afectaron al desarrollo
de la Humanidad. En los siglos XIII y XIV surgieron los primeros emprendedores,
los comerciantes y profesiones gremiales del burgo, atendían las necesidades
del alfoz, pasando posteriormente a un mayor radio de acción, burgos de otras
comarcas. Esos prolegómenos trajeron el Humanismo, el antropocentrismo o la
preocupación por el hombre, y una nueva forma de educación, hasta ese momento
solo existía la ejercida por la escolástica de los monasterios, generalmente
apartados y para la nobleza o personas interesadas en el ejercicio religioso,
los burgos crearon las Universidades como agrupación de discentes y docentes
dedicados a la enseñanza, con una educación más amplia, al margen de la
escolástica.
Un salto en el tiempo nos lleva a la
Revolución Francesa, siglo XVIII, uno de los eventos históricos más importantes
de la Humanidad, con la declaración de los derechos del hombre; la idea de
derechos humanos; la Constitución para la organización del Estado; la igualdad
de los hombres ante la ley y la igualdad de los hombres entre sí; la asunción
de la soberanía por el pueblo; el principio de la representación para su
ejercicio; el principio de la separación de poderes para la organización del
Estado; la supremacía de la ley y el principio de legalidad; la distribución
territorial del poder y el municipalismo.
Un siglo más tarde, el del XIX, fue
la aparición del proletariado, la emigración del agro a la ciudad, familias con
toda su prole, de ahí el nombre, motivada por la Revolución Industrial y su
necesidad de mano de obra, siendo inicio de las reivindicaciones para mejoras
sociales de los menos favorecidos, abolición de los trabajos de niños,
asistencia médica a los trabajadores y educación a los menores. Los
trabajadores con su esfuerzo y sus reivindicaciones durante 100 años hicieron
la sociedad más rica en todo su conjunto, surgiendo la Clase Media poco a poco,
Clase Media preocupada por su bienestar social, esforzándose siempre en
alcanzar una meta mayor, manipulados con la pérdida de sus logros, sea por la
emigración o por la delincuencia, como si su vida fuese una eterna odisea
venciendo dificultades y zancadillas.
Los vientos del 15M han abierto los ojos de la mente
de los ciudadanos, tras setecientos años construyendo una estructura para
lograr una sociedad libre amparada por sus logros sociales, ha sufrido en poco
más de tres años de este gobierno, un retroceso cualitativo atroz. La
ciudadanía asqueada de estos dirigentes que solo se preocupan de la gestión
privada para enriquecer a las grandes corporaciones, al que en el futuro por el
efecto llamado “puerta giratoria” se incorporarán, pero su nepotismo ya
funciona en él, claros ejemplos son el Tribunal de Cuentas, con cerca del 15%
de familiares, en los Ministerios, Ayuntamientos y grandes corporaciones
privadas ya se encuentran esposas, primos, cuñados o queridas de muchos de
ellos. Incluso han dado vía libre a los ministros para votar leyes que
afecten a empresas en las que participan (ver infoLibre 18 julio del 2014).
Aquella protesta pacífica, alabada
en el exterior pero criticada en España por algunos dirigentes, mostró su
descontento con la abstención en las elecciones de noviembre, aprovechado por
el PP logrando una mayoría parlamentaria por los cantos de sirena de su
programa, y totalmente incumplidos. El 15M persistió en sus protestas, empezó
por el “mileurismo” de Zapatero, pero Rajoy lo ha llevado a 640€ y pretende
bajarlo aún más en los nuevos empleos, que aun trabajando 16 horas diarias será
un salario que nos acerque a la esclavitud ancestral o a la servidumbre
medieval, siendo el resultado final, la muerte de la Clase Media.
Las protestas fueron contestadas por
los nuevos dirigentes, Cospedal, en febrero del 2012 dijo el: “el PP es el
partido de los trabajadores”, y respecto al 15M, en mayo del 2013, lanzó el
desafío a los movimientos sociales para que se presentaran a las elecciones en
lugar de saltarse “la responsabilidad que exige la democracia”; o las de Wert,
sobre los movimientos estudiantiles, en septiembre del 2013, “comparado con
otros países, sea México o Chile, el nivel de discrepancia en España se puede
considerar una fiesta; o las de Montoro, en el 2014, “el ajuste en España se ha
hecho sin tocar el gasto social” o “el subir impuestos se me da
fatal".
Aquellos vientos del 2011 se
presentaron a las elecciones de la Eurocámara el pasado 25 de mayo del 2014 y
asustaron por su triunfo, exigirán desde el Parlamento europeo y más adelante
desde los Ayuntamientos o desde el Congreso de los Diputados, el rescate de la
población en lugar de los Bancos, su preocupación por la Educación, la Sanidad,
la atención a los mayores, la Alimentación…, un control de los precios en los
productos básicos alimenticios más comunes, al igual que ocurre con el pan,
estableciendo un control férreo sobre los intermediarios, que esquilman al
agricultor comprando a bajo precio encareciéndolo al consumidor final, donde 3M
de españoles sobreviven con menos de 307€ al mes, con la pobreza infantil
cerniéndose en España según estudios Cáritas o Save of the Children, declarando
riesgo de pobreza y exclusión social alcanza a 2,8 M de niños. Sin olvidarnos
del control gubernamental sobre el agua, gas, electricidad y combustibles, por
su efecto sobre toda la ciudadanía.
Estos dirigentes se asustaron
también por los datos del CIS, el desvío de 400.000 votantes del PSOE, o los
180.000 del PP, su propia clase media, más inmovilista y apegada a las
directrices que la razón, hasta ahora, de ahí sus ataques de forma torticera al
flemático que ejerció de portavoz en las anteriores elecciones, su vinculación
en el asesoramiento, como politólogo, al gobierno de Venezuela, asesorar
significa aconsejar, otra cosa es que lo cumpla el gobierno de venezolano,
porque si se presta atención al ideario, más que programa, de Podemos, se
aprecia una ideología, la Justicia Social, pero los aplaudidores y voceros del
gobierno callan por la venta de armas de este gobierno a Venezuela, con las que
presuntamente reprime a sus ciudadanos. También critican las presuntas alianzas
con otras fuerzas. Incluso el PSOE se ha quitado la máscara vertiendo algunas
críticas, pisoteando siglas que en otros tiempos se identificaba con los
ciudadanos, cada vez más se autoproclaman, sin rubor, socialdemócratas en lugar
de socialistas, para en un futuro poder llegar al poder mediante alianza con la
derecha, del mismo modo que en Alemania, el poder es lo único que les interesa.
También están las críticas de los “barones” de ambos partidos, admiten este
calificativo pero se molestan porque el flemático les llame “casta”, cuando
barón según la RAE significa “miembro de la nobleza de categoría inferior a la
de vizconde”, en definitiva, perteneciente a las castas nobiliarias medievales.
A Podemos incluso les criminaliza la
iglesia más radical en sus medios, sea en prensa, como Hispanidad, promoviendo
el guerra civilismo y el demonizado Frente Popular, intentando exacerbar a sus
seguidores, no solo en prensa, también en los supuestos debates de las
tertulias de sus TV y radio. No se han enterado que el Frente Popular ya lo ha
refundado la derecha y extrema derecha española, primero se llamó Alianza
Popular y ahora Partido Popular, integrada por grupos o partidos como: Reforma
Democrática, Unión del Pueblo Español, Acción Democrática Española, Democracia
Social, Acción Regional, Unión Social Popular, Unión Nacional Española, Partido
Demócrata Progresista, Renovación Española, Unión Foral del País Vasco,
Democracia Cristiana, Partido Demócrata Popular…
Les asusta estos nuevos vientos
surgidos de aquel 15M, fenómeno mundial de protesta pacífica, su aparición como
partido político puede que convierta su ideario en la Revolución mundial de la
Clase Media.
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