Pujol
lo fue todo en Cataluña durante 23 años, omnipresente y omnipotente, él era
Cataluña, Cataluña era suya.
nuevatribuna.es
| Manel García Biel | 28 Julio 2014 - 16:21 h.
Amargo final
para la vida política de Jordi Pujol. Ahora en los momentos finales de la
prórroga de su vida política todos los cadáveres empiezan a salir del armario.
Su confesión del dinero que durante más de 34 años ha tenido en el
extranjero es la punta del iceberg de toda una vida llena de claroscuros
hasta ahora escondidos.
Es evidente
que la confesión de Pujol es forzada, derivada del hecho de conocer que un
empleado del banco andorrano había hecho copias de sus cuentas. Su demanda
de perdón es como mínimo farisaica. Como manifestó de forma clara Dolors
Camats de ICV, la carta de Pujol es "un triple insulto: la gente
que cotiza y también tiene incertidumbres en la vida; a quien ha defendido
de verdad el país y no por ello ha guardado el dinero fuera; y un insulto
a la inteligencia decir que en treinta años no ha encontrado un momento
para hacer la regularización”. Ni con tres amnistías fiscales ha tenido
tiempo suficiente. Por tanto es una confesión forzada quizá con el fin de
evitar una imputación penal.
Pujol:
"Vicios privados, públicas virtudes"
Ahora por
primera vez se puede tener una panorámica del hombre, y de la familia,
que ha dominado la vida política del país como si fuera su finca. Pujol
tuvo la habilidad de formular un discurso hegemónico en que Cataluña,
Convergencia y él mismo se fundían como una nueva "trinidad" de
intereses. Lo que era bueno para una parte lo era para las tres. Él
construyó durante 23 años el entramado de todas las estructuras de la
nueva situación de la Cataluña autónoma, desde los medios públicos de
comunicación hasta los “mossos d’esquadra”, pasando por toda la estructura
de la función pública catalana.
La hegemonía
pujolista fue total amparada por el sistemático acompañamiento mediático
tanto los medios públicos como los del Grupo Godó. Frente, en el
ámbito parlamentario, a una oposición, especialmente la socialista,
acomplejada, y donde sólo se levantaba en un panorama desértico la voz de
la gente del PSUC-ICV, la de los Gutiérrez Díaz y Rafel Ribó para
cuestionar las prácticas del pujolismo, pero en todo caso con eco limitado
en la sociedad catalana. Y con una única institución frente a su poder, el
Ayuntamiento de izquierdas de Barcelona. También hay que señalar dos cosas
que Pujol no consiguió a pesar de su poder casi absoluto: construir un
sindicato nacionalista al estilo de ELA, la implantación de CCOO como
sindicato nacional y de clase lo frustró; y el control de la principal entidad financiera
"la Caixa" que se mantuvo siempre fuera de su control.
Mientras en
el ámbito del Estado, Pujol y CiU eran el socio imprescindible a la hora
de hacer alianzas, fuera con el PSOE de Felipe González o con el PP de
Aznar hablando catalán en la intimidad. Lo cual le permitía tener un
seguro estatal para su hegemonía en Cataluña.
Pujol lo fue
todo en Cataluña durante 23 años, omnipresente y omnipotente, él
era Cataluña, Cataluña era suya. Hasta el punto de que su esposa, Marta
Ferrusola calificó de okupas al Gobierno tripartito, y reivindicaba que
TV3 era suya.
Pero ahora
la imagen se ha roto y nos trae al recuerdo las piezas de un
rompecabezas nunca encajadas. Su relación con unas personalidades de
trayectoria controvertidas como Prenafeta (secretario general de la
Presidencia de la Generalitat hasta el año 1990, imputado por corrupción
en 2009 en el marco de la operación "Pretoria") o el denominado
"sector de los negocios" de CDC, en el que figuraban gente como
Macià Alavedra que ocupó cargos relevantes en el partido y en el Gobierno
hasta el año 1997 y que fue también imputado en el caso
"Pretoria" saliendo de la cárcel con una fianza de un millón de
euros. En esta panorámica aparecen personajes como Javier de la Rosa
"empresario ejemplar", según lo denominó Pujol, y después
encarcelado por el escándalo del "caso KIO" entre otros. Y Félix
Millet y el "caso Palau", con el supuesto de la financiación
irregular de CDC por parte de empresas constructoras, que ha comportado el
embargo preventivo de su sede central en Barcelona. Ahora también habría
que recordar el "caso Banca Catalana" y como Pujol convirtió la
denuncia, planteada por los fiscales Mena y Villarejo en 1984, en un
agravio contra Cataluña que le permitió ganar ampliamente unas elecciones
planteadas como un plebiscito sobre su persona. Ahora todo toma otra
perspectiva A todo esto hay que añadir en los últimos años los sucesivos
escándalos económicos en los que se han visto salpicados buena parte de
sus hijos.
En
definitiva parece evidenciarse la doble moral en que durante toda su vida
ha vivido un político que lo ha sido todo en la vida política catalana,
Presidente de la Generalitat durante 23 años. Es en base a esta doble
moral, demostrativa de la talla ética del personaje, que trató de construir
una Cataluña y un relato político a su imagen y semejanza. Este es sin
duda su legado, el de una Cataluña imaginaria donde la doble moral es
moneda de curso corriente, situación del todo diferente de la Cataluña
real.
CDC: el
futuro poco claro del partido de Pujol
La caída de
Pujol y su familia, en especial de su hijo Oriol han coincidido en el
tiempo. La dimisión del hijo del President, de su cargo de secretario
general de CDC, ha sido forzada, al parecer, por Artur Mas, en conflicto
con el propio Jordi Pujol, para quien Mas no era más que el
"masover" de su finca.
El propio
Jordi Pujol es responsable de la deriva soberanista tomada en los últimos
tiempos por CDC. Pujol dejó hacer a los jóvenes leones de CDC,
el denominado "pinyol" encabezados por "el hereu"
Oriol y sus compañeros, David Medi, Felip Puig y Germà Gordó entre otros,
que rodeaban a un más ejecutivo que político Artur Mas. Y esto ha conducido a la situación de actual.
No hay duda
de que la situación actual con el "affaire" de Jordi Pujol, aun
complica más el futuro de un partido fundado para ser el "eje"
del catalanismo de derecha por el "patriarca". CDC se encuentra
gobernando Cataluña sin poder dirigir el rumbo de su política, lanzada por
un movimiento social independentista que no controla y que lo empuja
continuamente hacia la confrontación del "choque de trenes". El
partido fundado por Pujol se encuentra actualmente en un callejón sin
salida, sin posibilidad de maniobra, en una tenaza infernal entre ERC y el
Gobierno del PP. Si se quieren detener el movimiento soberanista se lo
haría pagar muy caro, cada día que pasa es un día que gana ERC y pierde
CiU, que aún conserva una base importante y perpleja de
electorado moderado. Mientras, coincidiendo en el tiempo, Durán Lleida, se
aleja de la federación que forma su partido Unió con CDC, y ya parece
trabajar por un futuro sin CDC, donde pueda aglutinar el centro-derecha
catalanista moderado, y representar como ha hecho hasta ahora los
intereses empresariales.
Asimismo la
única política real que ha llevado a cabo el Govern de CiU, envuelta en la
"senyera", es llevar a cabo un derribo y privatización de los
servicios públicos esenciales de Cataluña. La política de recortes de CiU,
avalada en la anterior legislatura por el PPC y actualmente por ERC no
tiene nada que envidiar a la del PP de Rajoy. Nuevamente se constata la doble
moral que demostró Pujol: se habla de construir estructuras de Estado
mientras se pone en venta un país que se privatiza a marchas forzadas,
liquidando su "estado del bienestar".
En fin, el
impacto de la nueva imagen real de quien ha sido realmente Jordi Pujol
llega en un momento delicado de la sociedad catalana, donde es difícil de
establecer un discurso racional, donde “las tripas domina sobre el
cerebro". Hoy sólo hay una realidad que está muy asumida por la
mayoría de la ciudadanía catalana: la necesidad de una consulta que
legitime la salida a la situación actual. Todo ello teniendo en cuenta la
realidad actual de la sociedad catalana con peligros y riesgos de división
según sea la salida, y agravada por la pérdida de su cohesión social,
consecuencia de las políticas socialmente regresivas llevadas a cabo por
los gobiernos de la derecha catalana y española.
La imagen
del "oasis catalán" presentado por el imaginario pujolista, y su política, basada
en un discurso teóricamente nacionalista y una práctica del "pájaro en
mano", hoy ya son historia
Fuente: www.nuevatribuna.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario