UNI Laica-Granada ha
presentado cuatro escritos de denuncia y petición al Rectorado de la propia UGR
relativa a cinco de los símbolos religiosos, muy ostensibles, situados en el
Hospital Real
España | Tercera
Información | 28-07-2014 |
UNI Laica-Granada, en
el desarrollo de los objetivos expuestos por la asociación en el “Manifiesto
por una Universidad Pública y Laica” (http://www.laicismo.org//detalle.ph...), ha
presentado, con fechas de 16 y 22 de julio de 2014, en el Registro Central de
la Universidad de Granada (UGR), cuatro escritos de denuncia y petición al
Rectorado de la propia UGR relativa a cinco de los símbolos religiosos, muy ostensibles,
situados en el Hospital Real, sede del propio Rectorado. Se encuentran en tres
localizaciones:
1. Zaguán
del Hospital Real.
Cualquiera que entre
al Hospital Real observará necesariamente, en el mismo zaguán, un “Cristo
crucificado” de grandes dimensiones (270 x 220 cm). En la ficha técnica que
podemos examinar en el “Portal Virtual del Patrimonio de las Universidades
Andaluzas” (http://patrimonio3d.ugr.es/index.ph...)
vemos que se trata de una talla en madera policromada, obra del Taller de
Alonso de Mena y Escalante, de entre 1630 y 1640, y se considera “una obra
significativa del primer Barroco granadino”. (Se adjuntan la ficha técnica y
una foto adicional en los Anexos 1a y 1b).
2.
Registro de la UGR.
a) Si se sigue
adelante en el Hospital Real, se verá, situado en el Patio de la Capilla, el
Registro General de la UGR. No hace falta ni entrar para observar, en la pared
del fondo, otro crucifijo de dimensiones medias. En este caso no se trata de
una obra catalogada por su valor artístico por la UGR. (Se adjunta una foto en
el Anexo 2a).
b) En el propio
Registro se encuentran, en las paredes izquierda y derecha (según se entra),
sendas láminas enmarcadas con reproducciones en blanco y negro (fácilmente
obtenibles por internet a bajo costo) de cuadros de Rafael de Urbino cuyos
originales se encuentran en el Louvre. Se trata de dos “Vírgenes”, y los
cuadros originales se conocen con estos títulos:
* La Vierge
à l’Enfant avec le petit saint Jean-Baptiste, o La Belle Jardinière. * La
Sainte Famille avec sainte Elisabeth, le petit saint Jean et deux anges, o La
grande Sainte Famille de François Ier.
Naturalmente, no se
trata de obras catalogadas por su valor artístico por la UGR.
(Se adjuntan sendas
fotos en los Anexos 2b y 2c).
3. Salón
Rojo del Hospital Real.
Si, sin salir del
Hospital Real, se sube hasta el Salón Rojo, situado en la primera planta, se
encuentra, entre otros elementos artísticos de carácter religioso (de los que
en este momento no hablaremos), otro “Crucificado” que sí está catalogado por
la UGR.
En la ficha técnica
correspondiente (http://patrimonio3d.ugr.es/index.ph...)
se dice que es una talla en madera policromada del tercer cuarto del siglo XVI,
obra de “Anónimo granadino”. Se añade que “Es, sin duda, una de las obras más
importantes de la segunda mitad del Quinientos que queda del patrimonio escultórico
renacentista”. (Se adjunta las ficha técnica en el Anexo 4).
Como vemos, se trata
de cinco elementos (tres crucifijos y dos Vírgenes) de valor artístico dispar y
que, con independencia de este valor, constituyen símbolos religiosos
inequívocos. Esta independencia del valor artístico nos parece flagrante en el
caso del crucifijo y las láminas enmarcadas del Registro, es decir, en estos
casos no cabe coartada alguna que pueda usarse para justificar su presencia en
un espacio público. Como decimos en la denuncia/petición al rector, esta
presencia atenta contra la aconfesionalidad del Estado que exige la
Constitución, y contra la libertad de conciencia de los ciudadanos, por lo que
la retirada del crucifijo y las láminas debe ser inmediata.
En el caso de los dos
“crucificados” (según la denominación de sus fichas técnicas) que sí poseen
valor artístico, es indudable que éste debe preservarse y las obras exponerse.
Pero consideramos que el ámbito adecuado debe ser un espacio museístico. Por
una parte, este tipo de espacios están idoneizados para la contemplación y
disfrute de obras de arte como las referidas; atiéndase a la situación de los
dos crucifijos, y se verá que no es fácil una buena observación; en un caso (el
del zaguán), tras unos mostradores, y en el otro (el del Salón Rojo), con
acceso normalmente restringido para cualquier espectador. Por otra parte,
dudamos que las condiciones de mantenimiento sean también las óptimas.
Al tratarse de
elementos fácilmente movibles y que no forman parte de la arquitectura del
Hospital Real, éste no mengua en nada su valor. Lo que sí mengua, como venimos
diciendo, es el carácter aconfesional que debe tener este espacio de una
universidad pública.
Por todo lo expuesto,
pedimos, en definitiva, la retirada inmediata del crucifijo y las láminas del
Registro, y que se apruebe (y así se anuncie) el traslado a un espacio
museístico de los otros dos crucifijos, si bien entendemos que el traslado
efectivo deberá esperar a que se concrete (sin dilación) el espacio en cuestión.
En Granada, a 28 de julio de 2014.
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