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Anarquista Magdalena el sábado 29 a las 19.00h. A crisis extraordinaria,
revista poco ordinaria. Maelstrom, publicación de un solo número, surge de la
necesidad de entender los entresijos de lo que comunmente se conoce como
«crisis».
España | Tercera
Información | 29-03-2014 |
Mediante el
libre juego de la reflexión y del debate, reúne, alejada de los partidos
políticos, análisis de colectivos y de personas llevados por la voluntad de
socavar los discursos convencionales sobre la marcha del mundo. También busca
alimentar la crítica de aquellas y aquellos que no quieren doblegarse, que
rechazan verse reducidos a simples mercancías negociables en el mercado de
trabajo y que se dedican a provocar el deseo de transformación social.
Maelstrom,
que se publica en varios idiomas, es un espacio transnacional de intercambios,
pues es más allá de los marcos nacionales, demasiado estrechos, donde hay que
intentar entender las actuales revueltas y pensar la transformación del mundo.
Nuestra intención es centrarnos a la vez en las consecuencias sociales de la
crisis, en los planes de pauperización llamados de austeridad, así como en las
luchas que les han hecho frente estos últimos años en toda Europa. Luchas en
las que han participado los colaboradores de Malestrom desde Atenas, Barcelona,
Lille, Murcia, Paris, o desde Alemania o Portugal.
Algo
importante está en juego mientras no dejamos de constatar la ineptitud de los
políticos y de sus portavoces mediáticos para entender o explicar la naturaleza
de esta crisis. Nos ahogan con una lluvia de cifras, de gráficos y de
previsiones contradictorias sin llegar nunca a explicar el porqué y el cómo
hemos llegado hasta aquí. El origen del mal se atribuye únicamente a un
maremoto provocado por unas finanzas codiciosas e inmorales. De esta manera,
los proyectos para salir de la crisis aconsejan solamente un poco de moral para
una hipotética vuelta al estado anterior... ¡El mismo que nos ha conducido a la
situación presente!
En contraposición
a los discursos plagados de nacionalismo, los textos reunidos aquí, parten de
una constatación común: esta crisis no es el resultado de una mala gestión de
las instituciones financieras, ni de una mala gestión de algunos gobiernos o
del pillaje de algunos países sobre otros. Esta crisis es el producto de la
dinámica capitalista.
Actúa como
un detonante que pone en evidencia la violencia estructural del sistema.
Exacerba el movimiento contradictorio mediante el cual la acumulación de
capital es acumulación de pobreza. Ha llegado el momento de depurar, mediante
las fusiones y megafusiones de empresas por un lado y, a través del
empobrecimiento de la población que permite una rebaja de los costes del
trabajo por otro. Lo que siempre estaba subyacente, a partir de ahora aparece
de manera nítida: el poder está en la economía. La economía es,
consecuentemente, política. Y el circo político no disimula ya su vacuidad.
Comprender
los mecanismos de la crisis se convierte en una necesidad para entender la
transformación de la relación social, entorpecer la propagación de la guerra
entre explotados, este canibalismo social tan útil a los poderosos, entender lo
que impregna el conjunto de luchas –como las huelgas de defensa de los
asalariados, las luchas por la vivienda, las de la inmigración o contra la
represión, pero también las relacionadas con el género, el antifascismo o el
medio ambiente. Y para ir a contracorriente de la razón económica, estando
dispuestos a lo imprevisible y a lo desconocido para.
La palabra
«crisis» no tiene solo una connotación negativa. Originariamente, la palabra
latina crisis («fase decisiva de una enfermedad») proviene del griego krisis
que significa juicio, toma de una decisión importante. Nos reenvia a un momento
crucial ante el que hay que tomar una opción.
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