Eduardo Rojo / Granada / 27
mar 2014
Algunos funcionarios logran tener un chollo de por vida. Al calor del
gobierno de turno, se convierten en altos directivos y consolidan el máximo
nivel de manera vitalicia tras dos años en el cargo. En la Diputación de
Granada, que el PP consiguió gobernar por primera vez en su historia tras las
elecciones municipales de 2011, hay casos tan increíbles como escandalosos. El
PP ha incorporado a la estructura profesional de la institución a personas
afines, que han llegado a la Diputación sin ningún procedimiento selectivo y se
han convertido en cargos directivos profesionales que cobran un nivel 30 y
complementos que mantendrán cuando sean destituidos.
Esos cargos de confianza no sólo se
consolidan como trabajadores de élite de la función pública, sino que reciben
prebendas. El pasado mes, el presidente de la Diputación, Sebastián Pérez, que
también es presidente del PP de Granada, senador y concejal, firmó distintas
resoluciones para pagar un sobresueldo a tres cargos directivos colocados por
él que suman más de 20.000 euros. Se trata de complementos de
productividad que oscilan entre los 7.500 y los 6.000 euros y que, según ha
denunciado el PSOE, el equipo popular reparte de manera arbitraria entre su
gente. En el reparto, el director de Fomento y Obras Públicas, J. de la R. H.
se lleva 7.528,74 euros; el director de Economía, M.M.F., 7.755 euros, y el
director de Función Pública, J.F.G., 6.022 euros.
Los agraciados no son funcionarios de carrera de la Diputación. Pertenecen
a la función pública, pero llegaron a la institución como cargos de confianza
de la mano de Sebastián Pérez, que en junio de 2012 modificó la Relación de
Puestos de Trabajo de la institución para suprimir puestos eventuales, que eran
cargos de confianza, y convertirlos en directivos profesionales. Así, el
presidente de la corporación provincial eliminó del listado de cargos de
confianza los puestos de coordinador de Función Pública, la dirección de
Economía, la dirección de Familia y Bienestar Social y la dirección de Fomento
y Obras Públicas para transformarlos en direcciones de servicio profesionales y
darle estabilidad laboral y salarial a su gente de confianza. Esa decisión
supuso un incremento salarial. Las retribuciones de estos cargos pasaron de
42.000 euros brutos anuales a 50.900 más incentivos y un complemento de destino
del máximo grado, el nivel 30, que conlleva otro incremento de sueldo.
“Estos altos cargos afines al PP llegaron a la Diputación sin ningún
procedimiento, simplemente porque el dedo del presidente, Sebastián Pérez los
había señalado”, afirma la viceportavoz segunda del grupo socialista de la
Diputación, Fátima Gómez. “Sebastián Pérez se trajo a la Diputación a cuatro
amiguetes, los nombró personal eventual y al año siguiente los hizo directivos
profesionales de la Diputación Provincial, con un incremento del coste
económico para la institución y sin ningún beneficio claro para la misma”,
añade. Su compañero de grupo, el diputado provincial Manuel Megías, afirma que
esos directivos llegaron a la Diputación como cargos de confianza, “nombrados
por el dedo mágico del presidente y han acabado como directivos, con mejores
retribuciones y mejores condiciones laborales mientras congelan salarios y
suprimen la paga extra a otros trabajadores de la institución”.
La decisión de Sebastián Pérez de premiar ahora a esos directivos con un
sobresueldo puede constatarse en las resoluciones que él mismo ha firmado, en
las que queda claro que se trata de complementos de productividad. Pese a ello,
el diputado provincial de Función Pública, Francisco Javier Maldonado, ha
negado a una emisora local que el equipo popular esté pagando complementos de
productividad.
Pero los documentos oficiales de la Diputación, que son resoluciones
firmadas por el presidente, demuestran que el gobierno provincial del PP ha
repartido más de 20.000 euros entre tres altos cargos colocados a dedo que
mantendrán el nivel funcionarial y el sueldo de por vida, independientemente
del puesto que ocupen en la función pública. La decisión ha creado un profundo
malestar en la plantilla de la institución, que tiene unos 1.400 trabajadores,
a los que se les ha congelado el salario y cercenado las opciones de
promocionarse en la función pública.
Fuente: http://www.andalucesdiario.es/
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