Artículos de
Opinión | Germán Gorraiz López | 17-03-2014 |
Análisis del
retorno al endemismo recurrente de la Guerra Fría que tendrá la nueva crisis de
los Misiles como ojo palindrómico.
El ideólogo
de la Constitución argentina, Juan Bautista Alberdi en su libro “El Crimen de
la Guerra “ escrito en 1872 afirma que “las guerras serán más raras a medida
que la responsabilidad por sus efectos se hagan sentir en todos los que las
promueven y las incitan”, con lo que se anticipa en casi un siglo al final de
la escalada nuclear que tuvo su punto de inflexión en la Crisis de los Misiles
de Cuba y que culminó con la firma por Kennedy y Jrushchov del Acuerdo de
Suspensión de Pruebas Nucleares (1962) y la implementación de la Doctrina de la
Coexistencia Pacífica, continuando el estigma de la Guerra Fría hasta finales
del siglo XX con la caída del Muro de Berlín. Sin embargo, la palindromía de la
Historia podría hacer que dos presidentes del siglo XXI (Putin y Obama)
quedaran hermanados con Kennedy y Jruschov por el retorno a escenarios ya
olvidados de Guerra Fría tras casi medio siglo, teniendo de nuevo a la Crisis
de los Misiles como ojo palindrómico.
PUTIN Y EL ATAVISMO DE LA GRAN RUSIA
Silenciando
las voces y medios de comunicación disidentes mediante el miedo escénico, la
asfixia económica, la incoación de arbitrarios expedientes por delitos fiscales
y las vías expeditivas, Putin habría conseguido la desaparición de la oposición
propia de los países democráticas y la instauración del oficialismo: doctrina
política que conjuga las ideas expansionistas del nacionalismo ruso, las
bendiciones de la todopoderosa Iglesia Ortodoxa, los impagables servicios del
FSB (sucesor del KGB), la exuberante liquidez monetaria conseguida por las
empresas energéticas (GAZPROM) y parte del ideario jruschoviano simbolizado en
un poder personalista autocrático al conjugar de facto en su persona la
Jefatura del Estado y la Presidencia del Partido enmascarado en la bicefalia
Putin-Medvedev.
Además,
desde el principio de su mandato Presidencial en el 2000, la obsesión de Putin
ha sido la renovación de sus obsoletos arsenales armamentísticos con el reto de
lograr en el 2020 la equiparación de su potencial militar con el de EEUU. Así,
según el Instituto de Estudios Estratégicos de Londres (IISS), Rusia destinó
45.300 millones de dólares para la defensa en 2012 que comprende el contrato
entre el Mindef y la empresa Astilleros Unidos Sevmarch, para la construcción
de siete submarinos nucleares de cuarta generación Borei y Yasen, (destinados a
portar los novísimos cohetes balísticos intercontinentales de ojivas nucleares
múltiples Bulavá y que serán la espina dorsal de la estrategia nuclear rusa
para la próxima década).
Además está
previsto que en 2014 la cifra alcance un monto total cercano a los 60.000
millones $, destacando el nuevo caza de quinta generación Sukhoi T 50
(operativo en el 2015), el nuevo misil balístico inter-continental de 100 Tm,
(“el asesino del escudo antimisiles de EEUU” en palabras del viceprimer
ministro ruso Dmitri Rogozin) y el nuevo sistema de misiles antiaéreo Vitiaz,
(la nueva generación del S-300, lo más avanzado en tecnología de interceptación
de aeronaves) con el objetivo inequívoco de equipararse a EEUU como
superpotencia mundial en el horizonte del 2020.
ANTECEDENTES DE LA NUEVA GUERRA FRÍA
La irrupción
mediática de Edward Snowden, ex-técnico de Booz Allen, sub-contrata de la CIA,
confesando ser el autor material de las filtraciones a The New York Times y The
Guardian sobre el programa PRISM (espionaje de las telecomunicaciones a cargo
de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), habría desatado todas las alarmas en
la CIA ante el peligro evidente de destapar los secretos inconfesables de los sótanos
secretos del establishment.
Putin habría
jugado con maestría sus bazas y tras conceder a Snowden el asilo temporal,
apareció ante el Mundo como adalid de la defensa de los Derechos Humano,
diluyendo de paso su imagen de represor en el conflicto checheno, aunque
consciente de la nueva dinámica acción-reacción propia de escenarios de Guerra
Fría en la que verán envueltas las relaciones ruso-estadounidenses a partir de
este momento.
En cuanto al
contencioso sirio, consciente de que jugaba con ventaja ante la incapacidad de
EE UU y sus aliados europeos de marcar la iniciativa en los conflictos de
Oriente Medio y Próximo (Egipto, Siria, Palestina e Irán), Putin aprovechó la
gran oportunidad que se le presentó de recuperar la influencia internacional
que Rusia había perdido en los últimos años para fijar su posición como
colaborador ineludible en la búsqueda de acuerdos internacionales con Siria e
Irán. Así, la jugada maestra de Putin convenciendo a Assad para que entregara
todo su arsenal de armas químicas, el escaso apoyo internacional recibido por
Obama para iniciar su operación militar contra Siria y el estancamiento militar
del conflicto armado sirio, forzará a las partes implicadas a una nueva
Conferencia de Ginebra que levantará acta de la división “de facto” de Siria en
dos partes ( rememorando la Guerra de Laos y los Acuerdos de Ginebra de 1.954
con Jruschov), con lo que la crisis siria se limitaría de momento a una puesta
en escena en la que los actores participantes usarán el escenario sirio como banco
de pruebas para un posterior conflicto a gran escala que englobará a Israel y
Egipto y que podría reeditar la Guerra de los Seis Días en el horizonte del
próximo quinquenio.
UCRANIA, PRIMERA VÍCTIMA DE LA GUERRA FRÍA
Recordar que
la agudización de las tensiones latentes entre el oficialismo filo-ruso del
depuesto Yanukóvich y la oposición filo-occidental se desataron tras la
decisión del gobierno ucraniano de “interrumpir los preparativos” de la firma
de un acuerdo de asociación y libre comercio con la UE, convenio que tenía
previsto firmarse en la reciente Cumbre de Vilna y que preveía la integración
de Ucrania, Moldavia, Georgia y Ucrania según los acuerdos de la cumbre de
Praga del 2009.Sin embargo, tras el fallido intento de la adhesión de Ucrania a
la tratado de Libre Comercio con la UE, subyacería la grave situación económica
ucraniana, plasmada en la necesidad urgente de la actualización del tejido
productivo ucraniano a los estándares y requisitos técnicos europeos. (
estimada en unos 160.000 millones de dólares en un proceso que se prolongaría
hasta 2017, con una inversión de 20 millones $ anuales dedicados en exclusiva a
la actualización de los estándares).
En la última
cumbre de la Comunidad de Estados Independientes (países postsoviéticos) celebrada
en Minsk, Putin avisó a Ucrania que “tras la firma del tratado de Asociación
Ucrania perderá sus barreras aduaneras y será invadida por productos
occidentales. Ese desarme arancelario afectaría a Rusia, si Ucrania fuera
también miembro de la Unión Aduanera y, resultaría muy peligroso e
inaceptable", instando asimismo a Kiev a sumarse a la Unión Aduanera que
incluye a Rusia, Bielorrusia y Kazajistán y tras el “golpe de mano virtual”
contra el depuesto Yanukóvich, el nuevo Gobierno interino de Alexadr Turchínov
habría proclamado su deseo de incrementar sus relaciones con la UE al tiempo
que mantener sus relaciones con Rusia en un difícil ejercicio de equilibrismo
político.
Sin embargo,
dicha empresa se antoja harto complicada debido al brutal colapso económico que
habría sufrido la ex-República soviética durante los tres últimos meses
(estimada en casi 35.000 millones $ por el ministro de Finanzas ucraniano Yuri
Kolobov) y que rozaría ya el umbral del default o suspensión de pagos ), a lo
que se uniría la falta de garantías plenas para una posible integración de
Ucrania como miembro de pleno derecho de la UE, (garantías que sin embargo
tuvieron en su momento países como Polonia, Hungría, Bulgaria o Rumania) y el
presunto rechazo de la opinión pública europea dicha plena integración por lo
que la UE habría prometido al Gobierno interino ucraniano un préstamo de 15.000
millones € con el objetivo inequívoco de lograr que su peón, el ex-púgil Vitali
Klitschko, logre ser nominado nuevo Presidente en las previstas elecciones
Presidenciales del 25 de Mayo.
Sin embargo,
Putin se encargará de desbaratar la hoja de ruta diseñada por la UE y EEUU y
procederá a restringir las importaciones metalúrgicas y de productos
alimenticios y a aumentar los aranceles aduaneros sobre Ucrania con el objetivo
inequívoco de doblegar al sector europeísta ucraniano mediante la asfixia
económica y la inanición energética, al tiempo que utilizará el arma del
chantaje energético a la UE para resquebrajar la unidad comunitaria, en la certeza
de que tanto Alemania como Francia no dudarán en sacrificar a Ucrania en aras
de asegurar su abastecimiento energético.
Así, tras la
negativa de Gazprom a rebajar las tarifas gasísticas vigentes desde el acuerdo
ruso-ucraniano del 2009 y conminar al nuevo Gobierno interino de Kiev a pagar
una deuda de 882 millones de dólares por los suministros del mes de agosto,
asistiremos a una nueva edición de la Guerra del Gas ruso-ucraniano del 2006
que tendrá como efectos colaterales importantes recortes de suministro en
varios países de la UE, (el gas ruso abastece en más de un 70% a países como
los Países bálticos, Finlandia, Eslovaquia, Bulgaria, Grecia, Austria, Hungría
y República Checa y más del 80% del total del gas que la UE importa de Rusia
pasa por Ucrania), lo que aunado con la intervención del Ejército ruso
estacionado en la base de Sebastopol (Crimea), provocará la división de Ucrania
en dos mitades casi simétricas y separadas por el meridiano 32 Este, quedando
el Sur y Este del país (incluida Crimea) bajo la órbita rusa mientras el Centro
y Oeste de la actual Ucrania navegarán tras la estela de la UE, episodio que
significará “de facto” el retorno al endemismo recurrente de la Guerra Fría
Rusia-EEUU.
¿HACIA LA CRISIS DE LOS MISILES?
Según
explicaba Brzezinski en la revista National Interest en el año 2.000, “los
europeos estarán más inmediatamente expuestos al riesgo en caso de que un
imperialismo chauvinista anime nuevamente la política exterior rusa”, con lo
que esbozó un plan que pasaría por la expansión de la OTAN hasta límites
insospechados en la década de los 90 y la implementación del nuevo sistema
europeo de defensa anti-misiles,( European Phased Adaptative Approach (EPAA).
Dicho sistema en realidad se trata de un escudo anti-misil global en el que los
misiles interceptores emplazados en plataformas móviles pueden abatir blancos
en un espacio común (a base de datos transmitidos por todos los radares y
sistemas de reconocimiento opto-electrónico) , con el fin maquiavélico de tras
un primer ataque sorpresa de EEUU que destruiría el potencial nuclear ruso en
su propio territorio, neutralizar posteriormente la réplica rusa por medio de
los misiles estacionados en Polonia.
Tras los
desacuerdos surgidos entre EEUU y Rusia por la declaración unilateral de independencia
de Kosovo, Agfasia y Osetia del Sur, Barack Obama habría aparcado el proyecto
del Escudo de Misiles Antibalísticos (NDM), sustituyéndolo por "un nuevo
sistema de defensa anti-misil móvil" con la intención de convertir a Rusia
en colaborador necesario en la salvaguarda de la paz y estabilidad mundiales.
Sin embargo, en septiembre de 2009 el presidente Obama ( presionado por el
establishment o poder en la sombra de EEUU), aprobaba la implementación del
nuevo sistema europeo de defensa anti-misiles,( European Phased Adaptative
Approach (EPAA), que en realidad se trata de un escudo anti-misil global en el
que los misiles interceptores emplazados en plataformas móviles pueden abatir
blancos en un espacio común (a base de datos transmitidos por todos los radares
y sistemas de reconocimiento opto-electrónico).
En un
principio, Rusia y la OTAN acordaron cooperar en la creación del escudo
anti-misiles para Europa en noviembre de 2010 en la Cumbre Bilateral de Lisboa,
pues para Moscú era vital que la OTAN ofreciera garantías reales de que ese
sistema no apuntaría a Rusia y disponer de un documento jurídicamente
vinculante al respecto, pero la Administración Obama siguiendo la inercia
mimética de la Administración Bush de ningunear a Rusia,ha rehusado hasta el
momento ofrecer dichas garantías por escrito.
En
consecuencia, tras la crisis de Crimea y el retorno a escenarios de guerra fría
EEUU-Rusia, es previsible que EEUU utilice las peticiones de Polonia como
excusa para completar la cuarta fase del despliegue del escudo antimisiles en
Europa (Euro DAM), lo que tendría como réplica por parte rusa la instalación en
Kaliningrado del nuevo misil balístico inter-continental de 100 Tm, (“el
asesino del escudo antimisiles de EEUU” en palabras del viceprimer ministro
ruso Dmitri Rogozin) así como la reactivación de la carrera armamentista entre
las dos grandes potencias. Así, según rt.com, Rusia estaría negociando instalar
sus bases militares con Cuba, Venezuela, Nicaragua, Seychelles y Singapur con
el objetivo inequívoco de ampliar el radio militar ruso, pues según el analista
Lajos Szaszdi ”la apertura de la bases en el exterior es necesaria para la
disuasión estratégica de Rusia, la inteligencia, así como para verificar los
acuerdos del desarme y también determinar qué planes hay de parte del Pentágono
en caso de operaciones o intervenciones en el extranjero", no siendo
descartable la firma de un nuevo Tratado de Colaboración militar ruso-cubana
(rememorando el Pacto Secreto firmado en 1.960 en Moscú entre Raúl Castro Y
Jruschov) que incluiría la instalación de una base de Radares en la abandonada
base militar de Lourdes para escuchar cómodamente los susurros de Washington y
la instalación de misiles Iskander , pudiendo revivirse la Crisis de los
Misiles Kennedy-Jruschev (octubre, 1.962) y la posterior firma con Jrushchov
del Acuerdo de Suspensión de Pruebas Nucleares (1962).
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