Artículos de
Opinión | Adrià Porta Caballé * | 19-03-2014 |
Owen Jones
Capitán
Swing, 2012
360 pgs, 20€
La
traducción al castellano del libro de Owen Jones, Chavs: la demonización de la
clase obrera, por la editorial Capitán Swing ha vuelto a poner la lucha de
clases sobre el tablero y se ha convertido en un imprescindible para cualquier
debate serio sobre la clase trabajadora hoy.
El
periodista Owen Jones es, para entendernos, el Pablo Iglesias del Reino Unido.
Activista incansable, es capaz de defender a ultranza los derechos de “los de
abajo” en los grandes medios de comunicación. “Esta obra monumental que es
Chavs”, como acertadamente la califica el Nega, es el libro que le dio a
conocer. Un best-seller aclamado por la crítica que es leído y re-leído cada
vez más a la luz de los nuevos acontecimientos que Jones –aun sin saberlo– ya
profetizaba.
El objeto de
estudio de Jones son los llamados chavs, hijos de obreros y obreras inglesas
caricaturizados con ropa de marca barata, violentos, desempleados o en trabajos
muy precarios y aprovechados del Estado del Bienestar. Esta demonización de la
clase obrera rebasa fronteras en un mundo capitalista. En Madrid se les llama
quillos, en Catalunya, garrulos, y así se pueden encontrar infinidad de
variantes de los llamados canis. Pese a las diferencias, hay un común
denominador: ser el objeto de burla de las clases medias.
Con esta
intuición, Jones emprende una “crítica despiadada de todo lo existente” en los
medios de comunicación (prensa, publicidad, televisión…). El libro empieza con
un capítulo dedicado a una niña de clase baja que desapareció en 2008 y no
recibió ni una infinitésima parte de la publicidad de la famosa Madeleine. Los
ejemplos de odio de clase se multiplican: desde un gimnasio que enseña a “¡dar
una buena patada a los chavs!”, hasta una compañía de viajes que asegura unas
vacaciones “libres de chavs”, pasando por la célebre protagonista de la sitcom
Little Britain, esa caricatura de madre soltera y desempleada cuyo único
objetivo es ser escarnio de las clases medias apoltronadas en sus sofás.
Bien entrado
en el libro, Jones busca las raíces históricas de la demonización de la clase
obrera inglesa y topa con el Thatcherismo. El período desde 1979 hasta 1990 en
que Margaret Thatcher fue Primera Ministra acometió la ofensiva más despiadada
hacia la clase trabajadora. Aparte de la austeridad, las privatizaciones y los
salvajes ataques a los sindicatos, el individualismo thatcherista consiguió cambiar
la misma visión de la clase trabajadora: de representar “la sal de la tierra”
se pasó a “la escoria de la tierra”.
Estas son
las raíces del odio de clase hacia los chavs y el legado en el que David
Cameron, Primer Ministro tory desde 2010, se apoya para dirigir su política de
ricos, pese a la hipócrita promesa de que “todos estamos en el mismo barco”.
Pero Jones no pretende dejar títere con cabeza y es consciente de la deriva
hacia la derecha del Partido Laborista. No en vano fue un laborista, y no un
tory, quien pronunció el famoso mantra de nuestra generación: “todos somos
clase media ahora”.
No nos debe
sorprender que el último capítulo de Chavs esté dedicado al auge del fascismo.
Es la consecuencia lógica a la demonización que los dos principales partidos
han dirigido hacia los y las trabajadoras, así como al vacío de lo que Jones
llama una “política de clase”. Y es que al final, Thatcher aplastando a la
clase obrera en los 80 y Blair dándole la espalda veinte años más tarde son dos
caras de la misma moneda. La gran tesis de Chavs es que la clase dominante ha
sido muy hábil al plantear a las y los obreros un falso dilema: o se
identifican con los denostados chavs o se resignan a ser clase media. ¡A cual
peor!
El objetivo
último de esta estrategia está claro para Jones: borrar la clase obrera de la
ecuación, de la lucha de clases, negándole cualquier tipo de conciencia de
clase. Por eso hoy en la izquierda sufrimos un problema de identidad sin
precedentes. De ahí también el brillante debate entre Pablo Iglesias y el Nega
sobre qué es la clase obrera hoy. Y es que ya no lo sabemos (o se nos ha
olvidado), tras 30 años de neoliberalismo escuchando sin parar que “todos somos
clase media” y que quienes no, son chavs o canis. Nos hemos desprovisto de
nuestro orgullo de clase, tenemos que recuperarlo.
Por eso, sea
cual fuere la repuesta a qué es la clase obrera hoy, una cosa está clara: esta
debe pasar inexorablemente por dialogar con Chavs de Owen Jones.
* Adrià
Porta Caballé es militante de En lluita / En lucha
Artículo
publicado en la revista anticapitalista La hiedra (@RevistaLaHiedra)
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