Patricia
Burgo Muñoz
29 de
noviembre de 2013
El profesor y filósofo
Jexusmari Mujika analiza las posibilidades y condiciones para que la Iglesia
Católica se adapte a los avances ideológicos que ha conseguido la sociedad a
pesar de que “respecto a la igualdad, la realidad es todavía sangrante”.
Jexusmari Mujika se define
como hijo de viuda, perdió a su padre cuando tenía cinco años, y confiesa que
siempre le ha “dolido mucho la posición que tradicionalmente ha ocupado la
Iglesia católica” por la que se subordina sistemáticamente a la mujer. Por eso
aceptó participar en las jornadas organizadas por Medicus Mundi Gipuzkoa en las
que destacados especialistas mundiales abordan los retos de los derechos sexuales
y reproductivos frente a los fundamentalismos.
El profesor y filósofo
guipuzcoano ha afrontado su ponencia consciente de las dificultades que supone
que el catolicismo avance al ritmo de la sociedad, pero propone una charla
“posibilista” que ahonde en las condiciones y posibilidades de que la iglesia
oficial cambie de actitud. Porque para Mujika, la Iglesia es una “fuerza
retrógrada que en vez de apoyar la lucha por la igualdad la entorpece” y se
olvida de que a través de su mensaje “Jesús de Nazareth fue un revolucionario
que trataba por igual a hombres y mujeres”.
Según defiende el
intelectual, este cambio de actitud pasa por una serie de premisas: la primera
es “considerar a la mujer como una persona mayor de edad que tiene capacidad y
derecho a decidir su propio proyecto de vida”. Cambiar el concepto de
tradición, hacer una relectura de la biblia de una forma no masculinizada, y
hacer una revisión crítica de la historia de la Iglesia, son otros de los pasos
que debe dar la institución eclesiástica según explica Mujika.
“La Iglesia tiene que estar
más dispuesta a buscar la verdad que a proclamarla”, afirma Mujika, y para ello
considera necesario “una apertura valiente, coherente y comprometida con la
dignidad y el sufrimiento” porque “una religión moral y dogmática es exclusiva
del pasado”, ha afirmado. En este sentido alaba la labor del nuevo pontífice,
“yo creo que el Papa está dando pasos hacia los derechos de la mujer, a ver si
le dejan continuar” apunta, e incluso va más allá, “no les va a quedar más
remedio que aceptar el sacerdocio femenino, y si no la Iglesia se va a
convertir en una secta insignificante” ha apostillado.
Pero a su juicio, la labor
de la sociedad en este camino es también fundamental. “Hay que fomentar el
espíritu crítico” pide Mujika, porque “el problema de la mujer atañe también al
hombre, sé que va a costar mucho, pero nos tenemos que acostumbrar a tratar a
la mujer de tú a tú en todos los campos”, y a este respecto reivindica “tener
personalidad es mucho más difícil que no tenerla”.
Sexualidad, derecho
reproductivo y aborto
“El sexo es un método de
control impresionante” del que se ha servido la Iglesia para fomentar un modelo
de sociedad único, según afirma el profesor, “no puede haber un solo tipo de
matrimonio o de familia válido, en el que curiosamente la mujer ocupa un lugar
muy determinado, el del cuidado y el cariño”. En este sentido considera que “el
feminismo tiene que ser un paso hacia la racionalidad, porque el machismo nunca
puede ser racional”. Respecto al aborto, Mujika reivindica la “autonomía y la
responsabilidad de la mujer”.
Reconoce que no es “un
método deseable”, pero hay que “trabajar para prevenir, no para castigar”, y en
ningún caso “es la Iglesia la encargada de establecer una normativa, sino la
sociedad”. En este sentido ha añadido “la ética no se puede expresar de
espaldas a los avances ideológicos”.
Fuente: www.eldiario.es
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