La decisión de cerrar
RTVV con nocturnidad y precipitación acaba con el amotinamiento durante horas
de los trabajadores del ente y la retransmisión a través de Canal9 del modus
operandi del gobierno de Alberto Fabra.
JUAN
E. TUR Valencia 29/11/2013 12:44 Actualizado: 29/11/2013 13:22
Trabajadores de
Radiotelevisión Valenciana emiten en directo desde el estudio 3 del centro de
producción de Burjassot.EFE
Faltaba
media hora para las 12 de la noche del jueves 28 de noviembre cuando la
Generalitat publicaba una edición especial del Diario Oficial de la Comunitat
Valenciana en el que hacía pública la orden de la Generalitat que permitía el
cese de emisiones de RTVV. El gobierno valenciano se había reunido en pleno
extraordinario esa misma tarde, se suponía que exclusivamente para nombrar el grupo
de liquidadores que organizaría el cierre del ente de manera que se evitasen
posteriores consecuencias legales y económicas adicionales de la decisión. Sin
embargo, y aunque a la salida de la reunión se negara la mayor, la principal
decisión tomada era la del cierre inmediato de todos los medios del ente.
Que
la orden permitiera el cese de las emisiones se hiciera "efectivo a partir
del día de la publicación del presente acuerdo" evidenciaba la intencionalidad
del gobierno de que la ejecución fuera rápida y discreta, y la suspensión
de la emisión de Ràdio9 rozando la medianoche, apenas 15 minutos después de su
publicación lo confirmaba. El corte pillaba a los trabajadores haciendo el
programa nocturno de deportes, el de máxima audiencia de la radio, y además
tras un partido del Valencia, por lo que la noticia corría como la pólvora. El Consell no lograba así que el cierre pasara desapercibido.
Lo que estaba por ver es que tampoco sería rápido.
Canal 9 retransmite el
motín
La
noticia pilló en antena a Frederic Ferri conduciendo el noticiario de
continuidad del canal Nou24 y él fue el primero en comunicar el cese de las
emisiones de Ràdio9 que, no obstante, seguía a su vez emitiendo a través de
la señal de su segundo canal. Todo hacía prever que el rostro de Ferri, después
de haber sido uno de los rostros de los informativos más criticados de Canal 9
por su sesgo propagandístico -aunque en los últimos meses ha tratado con más
vehemencia de desmarcarse de ese estigma- sería el último que verían los
ciudadanos en antena antes de que el canal fundiera a negro.
Pero
la temida desconexión no se produjo y tras tratar de mantener durante media
hora cierta normalidad en la difusión de contenidos del informativo, la
noticia de la ejecución del cierre y su retransmisión en directo se
convirtieron en el eje de la emisión. "Esto, el cierre de una
radiotelevisión pública solo ha pasado en Grecia. Ahora, Alberto Fabra ha
convertido a a la Comunitat Valenciana en la Grecia de España", resumía en
antena el presidente del comité de empresa, Vicent Mifsud, la medida del
gobierno valenciano que apenas unos minutos antes se había empezado a ejecutar.
La
imagen de la noche fue la del técnico que no quiso asumir la ejecución del
apagón"Un gobierno que cree que tiene razón utiliza fórmulas democráticas,
dialoga con los afectados. El problema es que Alberto Fabra sabe que no la
tiene y por eso actúa de esta manera", decía la diputada de Compromís
Mónica Oltra en conexión telefónica, en una retransmisión en la que la
manida "nocturnidad y alevosía" se convertía en la frase más
recurrida para definir el modo de operar del gobierno valenciano. Un
gobierno que, casualmente, había anunciado unas horas atrás que la reunión
semanal de su pleno en Valencia se realizaría este mismo viernes en la localidad de Ibi,
a 130 kilómetros de la ciudad y de los periodistas que semanalmente interrogan
al Consell.
Lo
que sucedería a lo largo de la noche -con el protagonismo destacado de un técnico de televisión ajeno a la casa enviado
para realizar un apagón que nadie quiere ejecutar, y que él finalmente tampoco
quiso o supo asumir- refrendaría la sensación de improvisación y miedo del
Consell ante la posibilidad de la existencia de un medio que -una vez ratificado el cierre- sí operaba
definitivamente desligado de su control y exponiendo sus miserias, aunque
fueran casi exclusivamente al respecto de su cierre.
Las víctimas del metro
entran en Canal 9
Por primera vez entra en Canal la portavoz de la asociación
de las víctimas del metro de Valencia
Cuando
los valencianos despertaron, Canal 9 seguía allí. No obstante, ya no era la
misma. Si Alberto Fabra y su gobierno la cerraban, los trabajadores habían
decidido que la cerraran libre. Y como símbolo de esa libertad y de esa
apertura, la invitada del informativo matinal era la portavoz de la Asociación
de Víctimas del Metro 3 de julio, Beatriz Garrote, que por primera vez accedía
a las instalaciones del ente.
"Es dramático que un accidente con 43 muertos no hiciera reventar la burbuja de las mentiras que nos contaban. Esto ha de servirnos para recordar en qué hemos fallado, como sociedad, y como periodistas" subrayaba Garrote, por fin hablando con libertad ante un micro de Canal 9; y con la misma elegancia aprovechaba su participación para recordar a la PAH, los colectivos de dependientes afectados por los impagos de la Generalitat, los vecinos del Cabanyal u otras tantas entidades y organizaciones sociales cuya voz también se silenció o tergiversó durante lustros por la manipulación de RTVV.
"Es dramático que un accidente con 43 muertos no hiciera reventar la burbuja de las mentiras que nos contaban. Esto ha de servirnos para recordar en qué hemos fallado, como sociedad, y como periodistas" subrayaba Garrote, por fin hablando con libertad ante un micro de Canal 9; y con la misma elegancia aprovechaba su participación para recordar a la PAH, los colectivos de dependientes afectados por los impagos de la Generalitat, los vecinos del Cabanyal u otras tantas entidades y organizaciones sociales cuya voz también se silenció o tergiversó durante lustros por la manipulación de RTVV.
A negro por la fuerza
A
partir de entonces, la retransmisión se convirtió en una cuenta atrás hacia el
fin de las emisiones de la televisión. Un fin que, si no se producía de manera
técnica, llegaría a través del desalojo de los trabajadores del centro de
emisiones ubicado en Burjassot -ordenado
por el juzgado de Paterna tras una denuncia registrada en la
madrugada por los liquidadores del ente- y acordonado por la fuerzas de
seguridad del Estado y autonómicas desde la medianoche.
"Quien
hace lo malo recibirá el pago del mal que ha hecho, porque Dios juzga con
imparcialidad", dice el versículo de la Biblia -Colonenses3.25- al que
remitía el cartel que alzaba uno de los trabajadores que, junto a una nutrida
representación de políticos de la oposición, ocupó el plató de informativos de
Canal 9 desde bien entrada la madrugada. Los destinatarios de su mensaje
seguramente serían el presidente de la Generalitat y su equipo de gobierno que,
recibiendo un tremendo abucheo ciudadano a su llegada al edificio de Ibi
en el que han realizado el pleno semanal del Consell, protagonizaron la
penúltima noticia que daría Canal 9 en su historia. Su huida de Valencia en una
fecha tan señalada y con una televisión pública informando de ella, no había
pasado desaprercibida.
La
última fue, sin embargo, para los trabajadores, que atrincherados en el plató
de emisión y los pasillos colindantes a la sala en la que presumiblemente se
encuentran los mecanismos para apagar la emisión, recibieron a las fuerzas
policiales que les invitaron a abandonar el edificio a gritos de "esto
es un golpe de Estado" y "Fabra dimisión". Cuando a las
12:20 horas la pantalla se fue a negro, después de muchos años, todos seguían
cooperando para informar en libertad desde Canal 9.
Fuente: www.publico.es
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