Paco Arenas
24 de noviembre
de 2013
Aquel
miércoles 19 de noviembre al llegar a mi casa vi a mi madre más preocupada de
lo habitual, estaba casi demacrada, allí, inmóvil, parada junto a la radio,
raro en ella que siempre hacendosa andaba en un frenético ir y venir,
limpiando, cosiendo o cocinando, pero se había quedado de pie junto al
transistor, a pesar de no ser tarde, estaba escuchando Radio Francia
Internacional. Pensé que había ocurrido algo realmente grave, me asuste.
¿Qué pasa madre?
-Franco se ha muerto.
Mi madre no dejaba de sorprenderme, era tanto el
tiempo que lo esperaba, incluso yo en mi temprana adolescencia obrera llevaba
tiempo esperando esa muerte, dos meses antes habían sido asesinados cinco
jóvenes antifranquistas, en mi casa hubiésemos deseado mil veces que el muerto
fuese el general que firmo las sentencias, hubiésemos deseado estar en las calles
de Paris o Londres para grita: ¡Franco asesino! Aquel 27 de septiembre de aquel
año.
Con el comienzo de agonía del dictador, nos habíamos
pegado más a la radio, ya el día 18, escuchamos que había muerto no recuerdo si
en Radio España Independiente o en Radio Francia Internacional , en la calle se
decía que no daban la noticia para hacer coincidir su muerte con la del
fundador de Falange, y mi madre dijo "y con la de Duuruti que era más
importante", pero yo no sabía quién era Durruti.
A mi madre la veía esperanzada con lo que podría
llegar a significar la muerte del general genocida. – “Por fin seremos un país
normal, puede que todavía puedas estudiar, como estudian los chiquillos de tu
edad en el extranjero... - Me decía y yo la escuchaba con ilusión, me hablaba
de mi padre, de su padre que ya anciano paso algunos años en el penal de
Chinchilla por haber sido dirigente de UGT, me hablaba de la guerra y sobre
todo de las posguerra, de los abusos que habían tenido que soportar y de la
obsesión de mi padre por irse a Argentina para vivir como las personas.
Pero ahora después de haber escuchado la segura muerte
del dictador, mi madre estaba muy preocupada... El fantasma de la guerra se le
“representaba”, como decía ella, tenía miedo.
- Todavía queda mucho odio y sobre todo muchas heridas
sangrantes.- También rechazaba la idea de que el sucesor del dictador ocupase
el trono.
- Un rey es algo inútil y costoso, nunca, desde que el
mundo es mundo, los pobres nos hemos hartado de comer habiendo un rey.
Aquella noche nos la pasamos pegados a la radio, yo
cansado del duro trabajo en la obra, me dormí, cuando desperté para irme a
trabajar, mi madre ya nos había preparado el desayuno, a mi hermano y a mí, ya
no estaba preocupada, la radio le había inundado el semblante de ánimo y
esperanza.
Antes de ir a trabajar pasamos por el bar donde nos
reuníamos para ir a la obra, extrañamente, el jefe se retrasó más de la cuenta
y pudimos ver al compungido Arias Navarro en blanco y negro, dar la noticia de
la muerte del padrino del rey, el cual se encargaría de perpetuar la dictadura
descafeinada, después de la muerte del “Caudillo”. Con lágrimas en los ojos
llego nuestro jefe, inconsolable, por la pérdida de del “padre de todos los
españoles”, como dijo sin parar de llorar. Como las buenas noticias no llegan
solas, dijo que nos pagaba el jornal sin ir a trabajar, pues bastante dolor
teníamos los españoles en aquel triste día, mi dolor fue físico, del codazo que
me dio mi hermano para que disimulase mi satisfacción.
Aquel día soñamos al amanecer con la libertad, una
libertad que se dejaba ver, tocar y acariciar, sentíamos su presencia, desde el
mismo momento del fallecimiento, pensábamos que aquellas nubes que se acercaban
por el horizonte venían cargadas de libertad, pero el resplandor del sol tras
ellas nos engañó, llegarían las claudicaciones y las traiciones, las mentiras y
las desilusiones. Su sucesor le fue fiel, aflojo un poco los nudos para que nos
confiásemos, para que creyésemos que teníamos auténtica libertad. ¿Quién nos
iba a decir a nosotros que 37 años después los herederos políticos de Falange y
el Movimiento Nacional ganarían las elecciones otro 20-N y llevarían a cabo la
mayor agresión contra el pueblo desde la muerte del genocida del Ferrol? Hoy podemos
decir, que el actual Régimen político español, tiene muchas más semejanzas con
lo que es una dictadura, que con lo que se pueda considerar una democracia.
Está permitido robar, a bancos, políticos y miembros de la Casa Real, pero
protestar porque te hayan robado la casa, te hayan quitado el derecho a la
sanidad, a la educación o protestes contra los corruptos, los ladrones o pidas
que te devuelvan lo que te han robado, puede llevarte a la cárcel de por vida o
arruinarte la vida para siempre con multas de hasta 60000€. Pensaran los
ladrones que la gente, que el pueblo, tiene tan fácil robar como lo tienen
ellos. Nosotros no tenemos sobresueldos, en muchos casos, más de seis millones
de españoles, ni tan siquiera sueldos.
Pero eso
llegaría después, aquel día no brindamos con champan porque éramos pobres, pero
en mi casa el potaje que preparo mi madre nos supo al más exquisito de los
manjares.
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