No se producirán
cambios importantes mientras los mismos partidos políticos acaparen la mayor
parte de votos.
Artículos de Opinión | José López* | 30-11-2013 |
Si
algo nos están demostrando los hechos estos últimos años es que de poco sirven
las manifestaciones, las acampadas, las huelgas,..., si no se produce un gran
vuelco electoral. Mientras sigan gobernando los mismos partidos políticos
seguiremos esencialmente igual o peor. Indudablemente, la movilización popular
en las calles es importante y necesaria. Contribuye a ir creando conciencia, a
ir despertando a la gente. Presiona de alguna manera a las élites que nos
gobiernan. Consigue algunas victorias parciales. Muchas veces sólo simbólicas.
Otras veces no. Pero es insuficiente. Necesitamos, cuanto antes, por lo menos,
romper el bipartidismo.
Se
necesita un frente político amplio que canalice el descontento popular en las
urnas. Tal vez ese frente ya se esté constituyendo: Suma, la gente primero.
Además de protestar en las calles, la gente debe percibir que hay salidas,
alternativas, debe tener algún referente político al que apoyar. Todavía queda
cierto tiempo para las próximas elecciones generales en España, no tanto para
las europeas. Pero quienes apostamos por cambios sistémicos, profundos y reales,
no tenemos mucho tiempo. Cambiar la mentalidad de la mayoría de las personas no
puede lograrse de la noche a la mañana. Lógicamente, cunde cierto desánimo
entre quienes nos movilizamos al ver la pasividad de muchos de nuestros
conciudadanos. La mayoría aún no ha despertado. Ésta es la cruda realidad. El
15-M supuso un antes y un después. Pero, por ahora, el neoliberalismo, el
capitalismo desbocado, sigue a rajatabla su programa de ataque continuo a las
clases populares. Y lo que es peor, dramático, apoyado en las urnas todavía por
demasiados ciudadanos. El gran drama es que mucha gente vota a sus verdugos.
Nuestro principal objetivo a corto plazo debe ser convencer a nuestros
conciudadanos para que dejen de hacerlo.
Las
ovejas negras debemos contagiar nuestra rebelión al resto del rebaño. No será
fácil. Pero debemos intentarlo, no tenemos nada que perder. No debemos
rendirnos. En todo caso tendremos que cambiar nuestras estrategias. Los
fracasos nos marcan el camino, y no sólo los aciertos. Cada uno de nosotros
tiene que esforzarse en el día a día. Debemos ir convenciendo a nuestro
alrededor de la tremenda importancia de votar de manera diferente para obtener
resultados diferentes. A nuestros familiares, amigos, compañeros de trabajo,…
Con el boca a boca tradicional, pero también usando las posibilidades que nos
brindan las tecnologías de la información (Internet, telefonía móvil,…).
Debemos correr la voz de que, por lo menos, hay que dejar de votar a los mismos
de siempre. Si es posible, reorientando el voto hacia dicho frente amplio de
izquierdas donde converjan los intereses de la gran mayoría social. Pues no se
trata sólo de castigar a los actuales partidos que nos toman el pelo
sistemáticamente, sino de que alcance el poder político algún partido o coalición
de partidos que pueda liderar cambios verdaderos, que gobierne a favor de las
clases populares. Si nos cuesta convencer a ciertas personas de votar a la
izquierda real, lo mínimo es convencerlas de que dejen de votar a los partidos
que ya nos han demostrado sobradamente en la práctica que traicionan al pueblo,
que incumplen sus programas o promesas, que dicen una cosa y hacen la
contraria. Convenzámosles para que voten a otros partidos, voten nulo o se
abstengan. Recordando que en la actual ley electoral española el voto en blanco
favorece a los grandes partidos. Lo primordial es dejar de votar masivamente a
los partidos que sustentan el actual régimen, es no dejarnos engañar más.
Obviamente,
aquel frente político que pretende recoger el sentir de la mayoría social en
las urnas deberá poner toda la carne en el asador para darse a conocer,
combatiendo de mil formas los muchos obstáculos que le pondrá el sistema (la
marginación, la desinformación, los prejuicios, la ley,…). Con mucha
imaginación y originalidad. Llamando la atención de la opinión pública todo lo
posible, pero con mucha precaución, pues cualquier error, por pequeño que sea,
será explotado por los guardianes ideológicos del sistema disfrazados de
“periodistas” o “expertos”. Habrá que aprovechar al máximo las pocas ocasiones
en que dicho frente pueda hablar ante la opinión pública en los grandes medios
de “comunicación”. Ese frente luchará con sus contrincantes en desigualdad de
condiciones. Pero tiene de su lado la razón, la ética, el sentido común.
Representa los intereses de la inmensa mayoría. “Sólo” hace falta que dicha
mayoría lo sepa y lo apoye. Deberá diferenciarse de sus enemigos políticos
tanto por el fondo como por las formas, tanto por lo que defiende por cómo lo
hace, tanto por sus objetivos como por sus estrategias. Deberá practicar sobre
todo la coherencia, dar ejemplo. Deberá concretar un programa mínimo, ambicioso
pero al mismo tiempo realista. Un programa en el que el desarrollo de la
democracia sea su eje central, además de una salida digna a la crisis, de un
rescate ciudadano general. El ciudadano corriente debe percibir que dicho
frente es diferente al resto de partidos políticos, que merece la pena confiar
en él, por lo menos darle una oportunidad.
No
cabe duda de que es esencial un adecuado liderazgo para que pueda hacerse la
Revolución. ¡Pero ningún ciudadano está libre de responsabilidad! Cada uno de
nosotros, ciudadanos corrientes, trabajadores, además, podemos y debemos
aportar nuestro grano de arena. Grano a grano lograremos montañas. No se trata
de que unos pocos se esfuercen mucho, menos de que haya mártires, sino de que
muchos se esfuercen un poco. Sólo así lograremos verdaderos cambios (a mejor).
Con la participación activa de la mayoría. Con liderazgos, pero diferentes,
mínimos. Con partidos políticos, pero diferentes, escrupulosamente
democráticos, en los cuales las bases tengan el máximo protagonismo posible.
Con movilización popular, unitaria y masiva en las calles. ¡Pero también, sobre
todo, en las urnas! Debemos, ya mismo, insistentemente, ir pasando la voz: Vota
diferente.
*
José López es autor de los libros Rumbo a la democracia, Las falacias del
capitalismo, La causa republicana, Manual de resistencia anticapitalista, Los
errores de la izquierda, ¿Reforma o Revolución? Democracia y El marxismo del
siglo XXI así como de diversos artículos, publicados todos ellos en múltiples
medios de la prensa alternativa y disponibles en su blog para su libre descarga
y distribución.
Fuente: www.tercerainformacion.es
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