Artículos de
Opinión | Red Roja | 29-11-2013 |
INFORME
POLÍTICO DE RED ROJA. Noviembre de 2013.
1. Situación
económica.
2. Situación
política.
3. Situación
del movimiento obrero y popular.
4. Qué
participación en las Marchas.
5.
Internacional.
1. Situación
económica.
· En una
guerra social de las dimensiones de ésta es prioritario conocer al enemigo e
identificar las líneas maestras de su propaganda ideológica. Ante la sucesión
de convocatorias electorales, comenzando por las europeas, el gobierno insiste
en decir que “lo peor de la crisis ha pasado” y que se está en los inicios de
una recuperación económica. Los ejemplos de que se sirven son la subida de la
bolsa y la bajada de la prima de riesgo. Mientras, continúan sin cesar las
medidas antisociales, la degradación de las condiciones laborales y el cierre
de empresas.
· Lo primero
que hay que señalar es que estamos ante una línea gubernamental de intoxicación
informativa que persigue, en última instancia, que la gente aguante y no preste
oídos a quienes afirman que se está en una crisis sistémica con pérdida
irreversible de “bienestar” para la población, y evitar sobre todo que aumenten
los sectores que apuesten definitivamente por una salida revolucionaria.
· En lo que
a esto se refiere, es claro que esta estrategia “informativa” va más allá del
mero interés del PP. Beneficia a todo el sistema capitalista, tanto en el plano
internacional como dentro de los diferentes grupos que conforman el sistema
político de dominación.
· Pero
también hay que considerar intereses contrapuestos internos –tanto a nivel de
la UE como dentro del propio Estado español- que juegan en contra de esa
estrategia principalmente impulsada por el gobierno del PP. En nuestra disputa
por la “opinión pública”, a nosotros nos interesa destacar y “sacar a la
palestra” esas tendencias particulares que chocan dentro del sistema de
dominación.
· En el
plano interior, el PP prioriza subir en las encuestas y alejar el asunto de Bárcenas.
Y mezcla en esa estrategia suya las presiones al PSOE, por ejemplo, con los
ERE.
· En el
plano internacional, tanto anuncio de que la economía española va bien va en
contra de los intereses particulares del núcleo de dominación imperialista
alemán que encuentra oxígeno precisamente en las rentas que le producen los
mecanismos para “curar” a economías como las del sur del Mediterráneo. No le
interesa tanto, pues, que se lancen campanas al vuelo anunciando que el enfermo
ya no lo está. La tenaza de la deuda permite a las fracciones dominantes del
capitalismo financiero europeo, fundamentalmente alemán, financiarse gratis y
seguir apretando las tuercas de nuevas “reformas estructurales para disminuir
el desempleo” (facilitar aún más los despidos, rebaja de salarios, etc), más
recortes del gasto público en servicios sociales, reducción de las pensiones y
más privatizaciones.
· De todas
maneras, en el análisis de la crisis, ciertamente nosotros tendremos que
separar el plano estrictamente de la economía capitalista (para los
capitalistas) del plano social. Nos interesa ver en detalle “cómo les va a
ellos” desde el punto de vista de sus propios negocios y de sus propias luchas
internas, por aquello de que la cosa no cambiará sólo por la indignación de los
de abajo sino por la capacidad de los capitalistas y sus Estados para continuar
dominando como antes.
· Sabemos
que esta crisis saltó por causas inmediatas financieras, si bien la causa de
fondo viene de mucho más lejos y afecta a la propia capacidad del capitalismo
de reproducirse. En lo estrictamente financiero, se habían creado inmensos
valores ficticios sin base real en la economía, con una presión de los
capitales (nominales) para irse al plano de la pura especulación a fin de
sortear la decreciente tasa de ganancias en la economía real. Pues bien, aún
hay muchas cosas que deben decidirse en el terreno internacional, por ejemplo,
acerca de la deuda colosal de EEUU (más de 17 billones de dólares) y, más
cercanamente, sobre la necesidad de la economía alemana de utilizar los
mecanismos de la deuda no solo para financiarse prácticamente “gratis” (EEUU lo
hace emitiendo billetes, los alemanes mediante el diferencial del bono), sino
para arrebatar sectores enteros de la economías periféricas.
· El BCE
actúa de forma diferente que la FED estadounidense ya que formalmente el
primero no responde únicamente a los intereses de la economía alemana. Las
declaraciones de Draghi acerca de la tarea que se encomienda al BCE son
transparentes: no se trata de “imprimir” con tanta facilidad ayudas (tal como
hace la FED) a los diferentes estados de la UE que las demandan, sino de
vigilar la inflación, que es lo que realmente interesa para asegurar los
beneficios de las empresas alemanas. En este sentido, los mecanismos de rebaja
del salario real en la UE se tienen que hacer a “cara de perro” y no mediante
el mecanismo indirecto y diferido de la perdida de poder adquisitivo por subida
de inflación, como EE.UU provoca (más allá de sus fronteras) con su política de
impresión de billetes.
· Hay un
elemento muy importante a tener en cuenta en el desarrollo de la crisis en el
plano interno de los capitalistas. Se trata de un aspecto del que apenas se
habla con respecto al capital financiero: la profunda reconversión del propio
sector bancario que se está produciendo, tanto a nivel internacional como
estatal, y que está lejos de terminar. El eufemismo y los mecanismos que se
utilizan en esta pelea interna son la unión bancaria (incluyendo supervisor
único), los controles bancarios y las exigencias de capital “sano”.
Consecuencias en curso: la gran banca española que se traga a las cajas de
ahorro y a la banca menor; la gran banca alemana que persigue expulsar, de un
mercado que se estrecha, incluso a los propios grandes de “países menores e
intervenidos”.
·
Afirmaciones de analistas del propio sistema van en el sentido de que la deuda
española (y no sólo) es impagable más allá de los vaivenes relativos al
diferencial con Alemania. Oficialmente toda la riqueza del país equivale a la
deuda, 93,3% del PIB en septiembre, con un incremento del 16,7% en el último
año; deuda construida a partir de la financiación de la banca con dinero público
y mediante un gigantesco agujero negro fiscal acumulado mediante una fuga de
capitales de 230.000 millones de euros desde comienzos de 2012 y de los
ingentes mecanismos de defraudación, sumergida y “legal” (SICAV, etc).
· La Reforma
Constitucional realizada a propuesta del PSOE y apoyada por el PP, para
declarar la prioridad absoluta del pago de la deuda y de los intereses por
encima de cualquier otra partida de gasto supuso un golpe de estado de
consecuencias permanentes. Aunque la “izquierda” institucional no lo apoyó, ni
tampoco votó, ni la ratificación parlamentaria de Tratado de Estabilidad (TSCG)
de la Unión Económica y Monetaria, ni la Ley Orgánica 2/2012, su incomprensible
silencio posterior acerca de este brutal engranaje legislativo les hace
cómplices – por omisión – de su aplicación sin promover movilización popular
alguna.
· Los
férreos límites a alcanzar en 2020 por Ayuntamientos, CC.AA., Estado y
Seguridad Social en cuanto a la deuda pública (deberá pasar del 94% del PIB
actual al 60% ) y el déficit estructura(debe pasar del 7% actual al 5,8 %)
supone, como decimos en nuestro Informe sobre la Ley Orgánica/2012, el TSCG y
el nuevo artº 135 de la Constitución, la destrucción masiva del empleo y de los
servicios públicos y el final de cualquier soberanía1.
· Red Roja,
que promovió la única convocatoria de manifestación que se realizó contra la
Reforma Constitucional de 2011, plantea que la negativa al pago de la deuda –
con su inevitable correlato de la salida de la UE – constituye la línea de
demarcación básica para el movimiento popular de ruptura. Representa la
concreción práctica de la lucha contra los recortes, perfectamente
comprensible, por un lado, para el pueblo trabajador y, por otro lado,
inasumible para el sistema y para quienes pretenden utilizar la movilización
con perversos objetivos electorales.
2. Situación
política.
La evidencia de las repercusiones electorales,
sobre todo para PP y PSOE de los ingentes casos de corrupción, así como la
caída en picado de la valoración ciudadana de todas las instituciones del
Estado, empezando por la monarquía, está llevando a los intentos de
“intercambio de cromos” para intentar detener una crisis de legitimación de los
poderes del Estado sin precedentes. Se cuestiona la monarquía como nunca desde
la Transición hasta por quienes la defendieron, es decir, dentro del propio
sistema de concertación que se gestó entonces. Frente a ello, aparece la
dificultad de renovación dentro de la Casa Real ante la inseguridad de no
controlar el propio cuestionamiento de la institución, por los efectos
colaterales que podría darse al salir toda la corrupción capitaneada por el
actual monarca y por la misma agudización de la crisis de todo el tinglado
político que se montaron hace 35 años.
Tensiones de la “cuestión nacional”. Nueva
puesta en cuestión del “café para todos” (enjuague del estado de las autonomías
dela Transición) por parte de las diferentes burguesías de las “nacionalidades
históricas”. Debilitamiento del Estado para mantener las diferentes naciones
dentro del estado español y tendencias centrífugas de burguesías periféricas
que buscan padrinos extranjeros. Pero al proyecto imperialista euroalemán le
sirve más, de momento, la estabilización pro-europea de Rajoy (que aún asegura
por ahora) que la desestabilización que podrían provocar las “derivas
nacionalistas”. A este respecto son ilustrativas las declaraciones de Jeroen
Dijsselbloem, presidente del Eurogrupo, al ser preguntado sobre Cataluña: “la
complejidad de la situación europea recomienda generar estabilidad en el plano
político, especialmente en países cuyos gobiernos tienen que tomar medidas
impopulares”. Las tensiones con las nacionalidades suponen objetivamente un
debilitamiento del Estado.
En cualquier caso, la cuestión nacional viene
siendo utilizada como tapadera de la crisis, sobre todo, por la burguesía
catalana. La burda manipulación de que “la crisis es España” utilizada para
ocultar la devastación de los servicios públicos y del empleo, producidos tanto
por el “tripartito de la izquierda” como por el actual Pacto de Gobernabilidad
CiU-ERC, está teniendo como resultado la intensificación del perfil de clase
dentro de las CUP, que representan las opciones, con proyección de masas, más
coherentes de la izquierda independentista catalana.
En el caso de cuestión vasca, el movimiento
popular es más fuerte y más cohesionado en torno a una opción política: la
izquierda abertzale. Tanto la burguesía vasca como la oligarquía centralista
coinciden (aunque no lo puedan explicitar públicamente en común) en una apuesta
por la derrota del movimiento abertzale o por su (auto)desnaturalización. En
este sentido, la represión y el boicot al “proceso de paz” persiguen que no
haya rédito político por parte del movimiento abertzale en términos electorales
de gobierno Y en todo caso, pretenden conducirlo a una autoderrota por
acumulación de concesiones sin contrapartida que cree una crisis interna en la
izquierda abertzale. Por otra parte, la intensificación de la lucha de clases,
a medida que avanza el desarrollo de la crisis, está introduciendo
contradicciones de incierta resolución en la militancia de la izquierda
abertzale, en la medida en que el programa político de Sortu, prioriza la
alianza con el PNV (genuino representante de la burguesía vasca) para avanzar
en la resolución del conflicto y para lograr avances en los derechos
nacionales.
Red Roja, antes de centrarse en las diferencias
con las líneas que rigen actualmente los movimientos de las izquierdas
independentistas, se plantea como objetivo presionar desde el resto del Estado
español para aprovechar las mejores condiciones de hoy en la defensa y
materialización del Derecho de Autodeterminación. Para Red Roja es prioritario
contribuir a la campaña de denuncia de la represión contra el movimiento
abertzale y por la libertad de las presas y los presos políticos: con especial
denuncia del secuestro político de Otegi. Hay que hacer de esto una cuestión de
principios.
A partir de ahí, pondremos el acento en la
independencia política de la línea proletaria en el propio movimiento
nacionalista. En el caso concreto del vasco, resaltamos que la legítima agenda
de negociación con el gobierno español, no encaja bien en los términos que se
está llevando, con la línea de demarcación que estamos defendiendo en las
actual situación de aguda crisis social: la responsabilidad de la política
imperialista europea en la actual guerra social declarada a los pueblos,
especialmente, de la periferia de la UE. La identidad nacional, que ha
permitido una politización media del pueblo trabajador de las nacionalidades
superior a la del resto del Estado, no debe ser un obstáculo para identificar
la contradicción principal que es la que enfrenta al conjunto de los pueblos
del Estado español, así como otros de la “periferia” (Portugal, Grecia, etc.),
con la política imperialista de la Unión Europea, directamente responsable de
la crisis social que vivimos.
Por un lado, esto nos exige en el resto del
Estado español poner a la orden del día la lucha por los derechos nacionales en
el contexto de las movilizaciones contra la crisis social. Y por otro, no
podemos hacer seguidismo de los movimientos nacionalistas (por mayoritarios en
la movilización que estos sean en sus territorios) en la medida en que señalen
que esta crisis se resuelve rompiendo con Madrid sin incluir a las instituciones
de la Unión Europea.
En el plano general se confirma, tal como
venimos señalando, que en el nuevo ciclo de movilización política de las masas
se agota la simple expresión de indignación. Y que, junto con una eventual
subida de la abstención, hay que esperar un apoyo a la vía electoral por parte
de sectores que se han movilizado anteriormente en vez de apostar por una
acumulación de fuerzas en torno a la línea de demarcación de proyección
revolucionaria. Nosotros tendremos que acompañar este proceso de forma paciente
planteando claramente la línea de demarcación y disputando al reformismo en los
marcos que convoque, siempre que merezca la pena, porque valoremos que “hay
pueblo” que acude a ellos.
3. Situación
del movimiento obrero y popular.
La situación específica del movimiento obrero es
de acumulación de derrotas en el plano estrictamente sindical, en el contexto
del retroceso socio-laboral que implica la actual crisis y de falta de
iniciativa política revolucionaria de la lucha obrera. La causa principal es la
línea sindical de traición forjada durante decenas de años y también un
sindicalismo alternativo débil y dividido.
Se ha impuesto de forma brutal y con una rapidez
pasmosa, entre los diferentes sectores de la clase obrera, la rebaja en las
condiciones pactadas en los convenios.
Las estructuras sindicales oficialistas están
más preocupadas por salvaguardar sus chiringuitos burocráticos. En el mejor de
los casos, solo cabe esperar aprovechar los inicios de conflictos que se ven
obligados a protagonizar pero para inmediatamente predisponerse a desbordarlos.
Se impone urgentemente (aunque, en realidad,
viene siendo una necesidad desde hace mucho tiempo) una línea sindical de nuevo
tipo que afecta a las formas de organizarse y a la cuestión de la combinación
de los diferentes métodos de lucha. Esto es algo que la experiencia dice que
sólo se puede plantear desde el plano de la organización política
revolucionaria, como es en el que se mueve Red Roja.
En paralelo, la línea sindical alternativa desde
la línea revolucionaria ha de aprovechar, cuando no hay otra posibilidad, las
convocatorias oficialistas para desbordarlas. Es preciso fortalecer la unidad
del sindicalismo alternativo desde la base, tras los vanos esfuerzos de empezar
por las respectivas direcciones, crear comités obreros de base (contra la
crisis) que se adapten a la nueva situación y sirvan para estructurar mejor la
necesidad de unidad de lo sindical y lo social (sacar la lucha al barrio) y
para garantizar la participación en otras luchas aparte de la propia.
El comité de base obrero da la posibilidad de
complementar la actividad sindical de organizaciones legales y formales; se
forma sin importar la afiliación, etc. Y se constituye poniendo por delante la
condición de pertenencia a la clase más que a una empresa concreta. Así,
decimos “comité obrero contra la crisis en Navantia”, no de. Nos pueden
amenazar de expulsión de una empresa, pero no de la clase. Ya hay ejemplos.
Es importante realizar de actividades comunes
entre comités contra la crisis en los barrios, en los centros educativos y los
obreros. Es el embrión de la estructuración del poder popular. Y donde los
lemas “simplificadores” que los anima es: “no estamos dispuestos a pagar su
crisis”, “no al pago de la deuda”; lemas, que se irán glosando en función del
nivel de cada lugar.
Las organizaciones de base del movimiento
popular que se creen deben responder a un triple reto:
Situar su análisis y sus propuestas al filo de
la línea de demarcación; es decir, reivindicaciones básicas, sentidas, que
apunten más allá del cambio de gobierno, al no pago de la deuda y contra la UE.
La voluntad permanente de confluencia entre los
diferentes sectores en lucha.
La indispensable raíz local o de centro de trabajo
de esas nuevas formas de organización popular.
Los avances en la estructuración y el
fortalecimiento del movimiento popular pueden verse catalizados por la creación
de movimientos políticos como la Unidad Popular de Clase (UPK) en Madrid, en la
medida que permiten abordar esa tarea con mayores fuerzas.
4. Qué
participación en las Marchas.
El proceso de preparación de las Marchas de la
Dignidad puede permitir avances importantes en la construcción y la
organización del movimiento popular, si se dan las condiciones necesarias para
que surja una movilización amplia, sostenida en el tiempo y con un mínimo de
clarificación política que vaya más allá de la simple sustitución del PP.
Hay que asegurar que haya un mínimo de
movilización de los diferentes rincones del estado español. Es preciso
concebirla como un espacio de disputa al reformismo y al oportunismo,
principalmente representado por I.U. y sus variantes. Bajo ningún caso hay que
avalar, con el pretexto de integrar a más convocantes, que sea una movilización
que persiga la dimisión del gobierno para que llegue el tandem PSOE-IU. Debe
quedar clara la línea de demarcación. Si no se consiguiera esto -y siempre que
merezca la pena en términos de participación popular- debemos participar con
total independencia política (como si fuera una huelga general). En cualquier
caso, Red Roja asegurará su propio espacio de propaganda, agitación y de
influencia política. En este marco, cada territorio tendrá autonomía para
adaptar la lucha contra el reformismo y el oportunismo a las condiciones
locales a fin de no comprometer el trabajo de clarificación que están haciendo.
Una vez
claras las premisas, Red Roja se volcará con lealtad y ejemplaridad en el
trabajo militante para organizar las Marchas aprovechando los marcos sindicales
y sociales en los que se intervenga.
5.
Internacional.
Con respecto
a este apartado, la Coordinadora Estatal de Red Roja avanza, de momento, unas
líneas en la idea de abordar más adelante este campo de vital importancia de
forma más profunda y precisa.
Como era de prever en base a la experiencia
histórica, la situación de constante belicismo en la escena internacional es
consecuencia, en última instancia, de la crisis del capitalismo a nivel global.
Hay un factor particular que agrava dicha
problemática general del capitalismo: que la moneda mundial sea la de un país
concreto, los EE.UU. Esto asegura la exportación de su crisis al resto del
mundo.
El largo período de desestabilización permanente
en que estamos inmersos estápromovido principalmente por los EEUU, celosos de
su hegemonía; una hegemoníaque viene siendo contestada por potencias como Rusia
y China, cuyas bases históricas de su actual fuerza se encuentran en haber
pertenecido al campo de la planificación socialista. Pero los intentos de
mantener la hegemonía a cualquier precio por parte de los EEUU entran en
contradicción incluso dentro del campo de aliados occidentales. En este
sentido, las agendas imperialistas de EEUU y Alemania chocan más de lo que la
diplomacia deja entrever.
Ajuste de cuentas occidental contra todo país
intermedio que construyó su sistema posicionándose del lado de la Unión
Soviética (Irak, Libia, Siria, etc.) y en la medida en que aún representan
baluartes contra el imperialismo y el sionismo.
Siria, como ejemplo de intervención occidental
desestabilizadora que no controla ni siquiera todos “sus” movimientos armados
sobre el terreno. Pero también ejemplo de los límites de los EEUU y sus aliados
más estrechos ante la alianza de grupos antiimperialistas en el campo de
batalla y, sobre todo ahora, de la oposición de Rusia.
Luces y sombras de los acuerdos sobre Siria
entre EEUU y Rusia.
Persistencia en la debilidad del movimiento
antiimperialista. Necesidad de defender y fortalecer nuestra línea (apoyando la
creación de comités antiimperialistas y contra la guerra) ante lo que se ha
venido llamando ninismo y que tanto nos ha puesto a la defensiva.
NOTA acerca
del Proyectos de Ley de Seguridad Ciudadana y de una hipotética Ley de Huelga
En el
momento de publicarse este Informe han llegado noticias del proyecto del
Gobierno de cercenar derechos fundamentales relativos a los derechos de
manifestación y de huelga, que serán objeto de análisis específicos por parte
de Red Roja.
No obstante
es preciso constatar que:
· Las clases
dominantes preparan su arsenal represivo –jurídico, laboral y policial- ante el
convencimiento del agotamiento de la fase de “indignación” y del más que
probable cambio de ciclo en la lucha social, tal y como viene planteando Red
Roja.
· Las nuevas
leyes no parten de cero sino que son la continuación de otras como la Ley
Corcuera, el proyecto de ley de huelga del gobierno PSOE en 1992, o el
conglomerado de leyes antiterroristas. Entre estas últimas, hay que resaltar
que las particularmente concebidas para aniquilar a la izquierda abertzale son,
evidentemente, de aplicación en todo el Estado, como muestra la aplicación del
artº 61 de la Ley de Régimen Local, previsto para disolver ayuntamientos que
hicieran “apología del terrorismo”, en la Ley Orgánica 2/2012[1] de Estabilidad
Presupuestaria, para eliminar gobiernos municipales que infrinjan los límites
de deuda o de déficit.
· La
solidaridad de clase es más necesaria que nunca para debilitar la ofensiva
mediática que pretende justificar ante la ciudadanía una reglamentación de la
huelga que anule sus consecuencias en aras de mantener el “orden y la
convivencia”, mientras ellos aniquilan los proyectos de vida de millones de
trabajadoras y trabajadores.
· En el
campo de la “Seguridad Ciudadana”, hace tiempo que vivimos una escalada
represiva con el tema de las multas y demás sanciones administrativas en
relación con ocupaciones, rodeos de instituciones, “escraches”, etc. Está
habiendo ya condenas de cárcel ante situaciones que no habían sido antes
"castigadas" con tanto ensañamiento. Es el ejemplo de los
“tartalaris” acusados por la acción de las tartas contra Yolanda Barcina
(acusada de corrupción en Caja Navarra) y en protesta por la construcción del
TAV, a quienes se les ha condenado a uno y dos años de prisión, tras peticiones
de 5 a 9 años. O el caso de las recientes condenas a 7 meses de cárcel, además
de multas, a Cañamero y Gordillo (entre otros militantes del SAT) por la
ocupación pacífica de la finca "Las Turquillas" mal utilizada por los
militares y a fin de denunciar la insostenible situación de los jornaleros en
Andalucía.
Noviembre de
2013
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