Artículos de Opinión | Dani Ruiz | 30-11-2013 |
La
proliferación de entidades bancarias de carácter privado que niegan la apertura
del grifo de crédito y el expolio al que los bancos han sometido las cajas de
ahorro, nos ha llevado a soñar con construir una banca 100% pública, pese a que
para los sectores más afines al viejo capitalismo roce lo utópico.
¿Por
qué no idear, diseñar y construir una entidad bancaria sin ánimo de lucro? ¿Por
qué los Gobiernos no han optado por este instrumento financiero? La respuesta
es bien sencilla dado que un banco que no sirva a los intereses del capital y
la banca privada, sino a las necesidades de los ciudadanos prestando dinero al
mínimo interés es algo anti-natura.
El
sentir neoliberal ha hecho creer a una inmensa parte de la sociedad que la
inmersión del propio Estado en los poderes económicos supondría un intrusismo
que acabaría distorsionando el mercado e influyendo a sus propias rentas; y
mientras, el 79% del sistema financiero europeo pertenece a entidades con
financiación privada.
En
Andalucía este sueño abandonó momentáneamente toda forma utópica a través de la
propuesta que IULV-CA hizo firmar al PSOE-A en el Acuerdo de Gobierno, por la
que se pretende crear una Banca Pública Andaluza cuyos objetivos fuesen entre
otros:
<<
Crear un polo financiero propio de Andalucía, que la sitúe en igualdad de
condiciones con otras regiones dentro del Estado y del entorno europeo; atender
a las necesidades básicas de financiación de las PYMEs andaluzas; apoyar
proyectos a medio y largo plazo de los agentes económicos andaluces que
favorezcan el desarrollo de un nuevo modelo productivo cuyas principales
prioridades sean la creación de empleo, la atención a las necesidades sociales
y la protección y conservación del medio ambiente y los recursos naturales;
servir como instrumento para la planificación del desarrollo industrial,
económico y social de Andalucía; generar los mecanismos financieros de prevención
y solución de los cambios provocados por los ciclos económicos; captar el
ahorro de la ciudadanía andaluza y crear una banca de proximidad, constituyendo
un referente de entidad financiera trasparente, ética y adecuada a las
necesidades de los usuarios. >> Fuente: Mundo Obrero
Hemos
vivido unos años en los que ha sido más que evidente el fracaso de la banca
privada en su intento de alcanzar alta rentabilidad al mejor precio -engañando
a los más débiles-, siendo capaz no solo de arruinarse a sí misma sino también
a su propio país. Crear una Banca Pública sería producir el mejor, más justo y
seguro instrumento financiero para canalizar la recogida de depósitos de los
ahorradores y la distribución de créditos para los impulsores, pero para
provocar el nacimiento de esta es preceptivo que previamente se produzca un
cambio de voto a partidos que la incluyan en sus programas y que sepamos a
ciencia cierta que no inducirán a esta a la privatización característica del
PPSOE, pues como bien sabemos, los dos pilares que deben sujetar la acción de
todo Gobierno deben ser la lucha por el pleno empleo y una buena gestión
financiera, y ambos han sido incumplidos por Gobiernos tanto socialistas como
populares.
Necesitamos
una entidad bancaria pública que facilite el acceso al crédito a las pequeñas
empresas, autónomos y a las propias familias de forma justa, solidaria, ética y
transparente; y en definitiva una banca pública exclusivamente al servicio de
la ciudadanía.
En
definitiva y pese a que a muchos les pueda parecer un disparate es necesario
que el Estado abogue por una banca pública, y para ello el primer paso debe ser
la nacionalización de los grandes bancos, esos mismos que durante décadas se
han alimentado del Estado y sin el cual no hubiesen sobrevivido a la crisis
económica aún vigente.
La
banca pública es una necesidad y todo lo contrario no son más que zarandajas
para dejarnos en manos de los especuladores y sus devaneos.
Fuente: www.tercerainformacion.es
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