Por Sergio
Fernández Ruiz |
Los recortes presupuestarios están haciendo mella en todos los servicios
sanitarios públicos. Para poder conocer su impacto concreto en la Atención
Primaria de Madrid, la FADSP ha realizado una encuesta en 94 centros de salud
para conocer la situación.
nuevatribuna.es
| Sergio Fernández Ruiz | 24 Noviembre 2013 - 13:49 h.
Los recortes
presupuestarios están haciendo mella en todos los servicios sanitarios
públicos. Para poder conocer su impacto concreto en la Atención Primaria de
Madrid, desde la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública hemos
realizado una encuesta en 94 centros de salud para conocer la situación en
cuanto a personal, recursos, atención a la ciudadanía, derivaciones a
centros privados y demoras.
Los
resultados del estudio evidencian que los recortes están afectando de manera
importante a la Atención Primaria en Madrid. Los efectos negativos más importantes
son:
-En cuanto a
personal: las reducciones de jornadas y las bajas por enfermedad no son
cubiertas en la mayoría de los casos, en mas del 60%, las bajas por enfermedad
nunca antes de los 15 días (lo que hace que no se cubran las bajas de corta duración
que son las mas frecuentes) lo que produce un aumento de la presión
asistencial que atienden los profesionales, con los negativos efectos que
conlleva (menos tiempo por paciente, mas demoras, menor calidad de la atención,
mayor probabilidad de errores, etc). Por otro lado conlleva también el abandono
de las actividades no meramente asistenciales, abandonando las tareas de
prevención y promoción que son esenciales en la Atención primaria.
-Se ha
detectado una disminución de los recursos (vacunas, medicamentos,
material fungible, etc) en la mayoría de los centros (mas del 50% de los
mismos), solo en cuanto a los aparatos de electromedicina se señalo una
dotación suficiente, si bien en la mayoría de los casos (58,7%) no se
encontraban en buen estado y solo se reponían en un tercio de los casos.
-En cuanto a
la atención a la ciudadanía, se han evidenciado modificaciones en los
protocolos de crónicos en la mayoría de los centros, generalmente ampliando los
intervalos de los controles y modificaciones en las derivaciones a atención
especializada. El suministro de material y medicamentos ha sufrido un
recorte en la mayoría de los centros, así como la dotación de vacunas y de
suministros para enfermos diabéticos. La cartera de servicios solo se ha
reducido en un 6,18% de los casos y no se han detectado exclusiones salvo en el
caso de los inmigrantes no regularizados que se siguen atendiendo en muchos
casos.
-La mayoría
de los centros detectan derivaciones de los enfermos para pruebas
diagnosticas e intervenciones quirúrgicas a los centros privados (67,4% y 58,7%
respectivamente), derivaciones que les son comunicadas por los propios
enfermos, lo que vuelve a evidenciar que estas derivaciones se producen
directamente desde los “call center”, sin informar a los profesionales.
-La demora
para consultas de medicina general, enfermería y técnicas es elevada aunque
con unas diferencias muy marcadas entre unos centros y otros. Casi la mitad de
los centros (45,7%) tienen una demora superior a 2 días para medicina general
lo que es inaceptable y favorece claramente la utilización de otros circuitos
asistenciales (urgencias, etc). Lo mismo puede decirse en cuanto a la consulta
de enfermería y realización de técnicas (superior a 2 días en el 30% de los
casos). Se detectaron demoras máximas muy elevadas (7 días para medicina
general, 11 para consulta de enfermería, 4 para pediatría y 10 para realización
de técnicas).
-Por fin
merece la pena resaltar las grandes disparidades en cuanto a los
recortes que sufren los distintos centros de salud, incluso dentro de las
mismos distritos (que vienen a suplir organizativamente a las antiguas áreas)
lo que supone un perjuicio claro para la ciudadanía y un factor de inequidad
que merece la pena resaltar.
En resumen,
los recortes presupuestarios están afectando de manera importante a la Atención
Primaria, en cuanto al personal, a los recursos que utiliza, a la atención
a los enfermos y a los aumentos de las demoras, lo que resulta contradictorio
porque en un momento de crisis es la que puede dar a la mayoría de la población
una atención sanitaria de calidad a bajo coste.
Esta
situación responde claramente a una estrategia del PP en la Sanidad Pública
madrileña: se lleva a cabo un deterioro intencionado de su funcionamiento para
así justificar su privatización. Los resultados, con un empeoramiento de
la salud en la población, muy probablemente no se harán esperar si no se
produce una rectificación de esta política de desmantelamiento y deterioro de
los servicios públicos básicos.
Sergio Fernández
Ruiz,
Vicepresidente de la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de
Madrid.
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