DE PUTAS, GALLARDÓN, ADELSON Y EUROVEGAS
Aníbal Malvar
12 de diciembre de 2013
Nuestro afamado ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, nos está preparando un nuevo Código Penal que nos va a facilitar mucho lo de ir de putas. Para que luego diga el rojerío que sufrimos un Gobierno de meapilas bajo el azul católico de España. De aprobarse la nueva redacción del artículo 187 de este esforzado borrador jurídico, el proxenetismo será totalmente legal en España. Sólo será castigado con penas de dos a cuatro años de cárcel caso de que lo prostituido, varón o hembra, “se encuentre en una situación de dependencia personal y económica que no le deje otra alternativa, real o aceptable, que el ejercicio de la prostitución”, o que “se le impongan para su ejercicio condiciones gravosas, desproporcionadas o abusivas”.
El proxeneta se convierte así en un empresario más,
expuesto a ser sancionado si sus trabajadores demuestran estar de una forma u
otra esclavizados, pero puede regentar su burdel delante de la pasma como quien
regenta una mercería si cumple ciertas normas. Como la de no dejar marcas en el
rostro cuando pega a sus chicas o la de tener una pequeña red de sicarios que,
en caso de denuncia, dé su merecido a la denunciante o a la familia de la
denunciante, que habrá sido previamente vigilada. Es muy fácil conseguir la omertà
del puto y de la puta, que no se chivará de su secuestro ni al juez ni a la pasma
ni menos a un inspector de lo laboral. Así ha funcionado toda la vida la mafia
de la prostitución, a la que ahora Gallardón otorga galones de legalidad y
hasta honorabilidad.
La maniobra de nuestro Gobierno tiene una razón de
ser, un objetivo docto, un alto designio. El siguiente paso será reducir el IVA
en los prostíbulos. Cristóbal Montoro nos va a poner el IVA cultural
mucho más alto que el IVA-puta. Al tiempo. Porque esta reforma del Código Penal
se la está dictando a nuestro ministro Sheldon Adelson, ese señor bajito
que ya nos mandó derogar la ley anti tabaco y que quiere poner en España el
Eurovegas. Y Rajoy y sus mariachis arrodillan la rojigualda ante Adelson para
que Eurovegas no se escape de España, que Eurovegas es el futuro, es la marca
España, es la Pinta, La Niña y la Santamaría de la salida
de la crisis, es más que la olimpiada, el Museo del Prado y la Virgen del
Rocío. Eurovegas es como DisneyWorld, pero con tragaperras y con putas. Ya se
ve a nuestro De Guindos sacando en el futuro premios de las tragaperras
de Adelson para pagar a los pensionistas y a los jubilatas de Lehman Brothers.
A
mí, como español, no me apetece ir de putas con Gallardón y con Adelson por
Eurovegas, así que prefiero que el proxenetismo sea un negocio ilegal. O sea,
que el Código Penal me valía como estaba, y se hubieran ahorrado el gasto.
Tampoco creo que a nuestros ministros del Opus les apetezca irse de putas por
Eurovegas con Adelson y Gallardón, aunque todavía no les he oído pronunciarse.
Se conoce que la reforma les pilló rezando.
Además, como Victor Hugo, creo que la
prostitución es una forma de esclavitud. Nadie quiere ser puto o puta. Ninguna
niña, cuando se le pregunta qué quiere ser de mayor, te contesta que puta.
Ningún padre o madre anhela que su hijo o hija opten por la húmeda
licenciatura. Lo de ser puta tiene una connotación mala por lo general, quiero
decir, así que pienso que esta ley es un paso atrás para la dignidad y la
libertad del hombre y de la mujer, un golpe bajo a la moral de los que la redactan
y a mi ética, una invitación a los mercaderes a que vuelvan a adueñarse de los
templos. Los mercaderes de la carne, en este caso. Los designios de los
presidentes y ministros católicos son clamorosamente inescrutables. Mira que
mandarnos a los fieles a ir de putas.
Fuente: www.publico.es
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