sábado, 17 de enero de 2015

GALICIA HA PERDIDO 450 CAMAS HOSPITALARIAS PÚBLICAS DESDE LA LLEGADA DE FEIJÓO



El Gobierno gallego insiste en restarle valor a lo que denomina "recurso cama" y trabaja en un plan para enviar a casa a pacientes que hasta ahora permanecían en los hospitales para recibir determinados tratamientos o ser "estabilizados" tras una intervención quirúrgica.
18/09/2014 - 17:07h
La conselleira de Sanidade, de visita en las obras del hospital de Vigo

"El recurso cama ya no es tan imprescindible como antes" ni "determina el grado de eficacia del sistema". En el inicio del verano que ahora concluye, el Servizo Galego de Saúde se enfrentaba al mayor cierre de camas de su historia y la Consellería de Sanidade lo justificaba de este modo mientras, además, copiaba una respuesta del Gobierno bipartito para explicar su propia política. El "incremento de actividad en áreas como los hospitales de día" o la "cirugía ambulatoria" son otros de los argumentos utilizados en un contexto en el que las cifras oficiales indican que la red hospitalaria pública gallega ha perdido unas 450 camas desde el retorno del PP a la Xunta.
Según el catálogo hospitalario que publica al inicio de cada año el Ministerio de Sanidad y que la OCDE acaba de recopilar para elaborar un estudio sanitario próprio, en Galicia hay en la actualidad 7.563 camas hospitalarias con dependencia funcional del Sistema Nacional de Salud, esto es, del Sergas. Son, concretamente, 447 menos que al comienzo del año 2010, primer ejercicio económico que dependió íntegramente del Ejecutivo de Alberto Núñez Feijóo y que supuso también un punto de inflexión tras años de incrementos de camas hospitalarias tanto con Fraga como con la coalición de PSdeG y BNG.
Esta reducción de camas hospitalarias coincide con unos años en los que el Sergas se ha convertido en el único actor de la sanidad pública en Galicia. Esto acontece tras completarse la transferencia a la autonomía de las camas dependientes de otras administraciones, caso por ejemplo de los antiguos centros hospitalarios de la Diputación de Lugo y también después de la integración total en la red pública de las extintas fundaciones sanitarias, impulsadas en la etapa en la que Feijóo dirigía el Sergas. No obstante, existió una diferencia fundamental entre ambos procesos: mientras que el fin de las fundaciones supuso sumar en 2009 sus 247 camas a la red del Sergas, la transferencia de las 200 camas de las diputaciones en 2011 no supuso que en 2012 hubiera 200 camas más en el Sergas, sino que en ese intervalo la sanidad pública perdió 45 plazas hospitalarias.
Más hospitalizaciones en casa
Estas cifras se producen en un contexto en el que los discursos públicos de la Xunta, empezando por los del propio presidente, insisten en que su mandato está siendo sinónimo de "más sanidad pública", mostrando como ejemplo la apertura en 2011 del nuevo Hospital de Lugo o la construcción del nuevo complejo hospitalario vigués. Además, paralelamente Sanidad trabaja en planes como el denominado Hospital en Casa, que según Feijóo busca "profundizar en las posibilidades de la hospitalización a domicilio" para procurarles un lugar "más confortable" a los enfermos, pero cuya documentación oficial alude, esencialmente, a motivos económicos: ahorrar en gastos de hospitalización.
Como informó Plaza este diario, dicho plan se apoya en datos del año 2009, justo antes del inicio de la reducción de camas hospitalarias, para sentenciar que factores como "el envejecimiento de la población" o la "mejora en el pronóstico de enfermedades agudas" hacen que "el modelo actual" sea "difícilmente sostenible". Según este guión gubernamental, existen múltiples "escenarios" en los que "la hospitalización aporta poco valor y alto gasto", caso por ejemplo de la "espera para realización de pruebas", la administración de "tratamientos" o la "búsqueda de la estabilización de procesos médicos o postoperatorios". A partir de este diagnóstico, la Xunta se alió con 41 empresas –entre las que figuran Telefónica, Philips o Indra– para instalar equipos informáticos en casa de los enfermos con "videocámara y micrófonos". Así, a distancia, se monitorizarán constantes vitales, pero también se administrará medicación o se controlarán medicamentos intravenosos. Quien pondrá el "recurso cama" será, por lo tanto, la persona enferma o su familia.

                                                    





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