Las pegatinas han sido tradicionalmente un medio muy común para reivindicarse, especialmente durante climas políticos complicados como el de la Transición. Maximiano Martínez Candial, un hombre de 61 años residente en Alcorcón (Madrid), conserva una colección de pegatinas reivindicativas muy extensa que recogió en diversas acciones y manifestaciones entre 1976 y 1980, época en la que estuvo muy involucrado en política, militando algunos años en una formación de extrema izquierda y luego por su cuenta. La colección paró a principios de los 80 cuando llegó el PSOE de Felipe González al poder y con él el desencanto con la política. Como él cuenta, desde el 15M ha vuelto a recoger algunas pegatinas. Maxi ha tenido la generosidad de enseñarnos su colección y para nuestra sorpresa, muchas de sus pegatinas tienen un mensaje totalmente actual.
Maximiliano, con su colección de pegatas.
Libertad de expresión
En 1976, fecha de la primera pegatina, pese a la muerte de Franco, todavía seguían vigentes las leyes del Régimen que limitaban la libertad de prensa mediante censura previa, la libertad de reunión o la libertad de asociación política, entre otras. La gente del teatro, del cine y de la cultura fueron de los que más exigieron en las calles libertad de expresión para la ciudadanía y probablemente por ello, y por su simbolismo, la máscara de teatro está presente en las dos imágenes. Bien es cierto que ambos contextos no son comparables pero la máscara actual tiene como propósito protestar contra una Ley de Seguridad Ciudadana hecha a medida para evitar las protestas de la población en la calle, restringir el derecho de reunión y proteger a los agentes de la Ley durante sus intervenciones, en muchas ocasiones desproporcionadas e ilegales.
Derechos laborales
En 1977 España atravesaba una situación política y económica convulsa. Por ese motivo el gobierno de la UCD de Alfonso Suárez aprobó unas medidas con el apoyo del resto de los grupos parlamentarios dentro de los llamados Pactos de la Moncloa. El consenso alcanzado sentaría las bases para la Constitución del año siguiente. En el terreno político se hicieron importantes progresos en materia de libertades (las mencionadas anteriormente), sin embargo, en el económico, si bien se aprobaron medidas para aplacar la inflación, los trabajadores cedieron en materias salariales y contractuales.
Los Pactos de la Moncloa aprovecharon la delicada coyuntura económica y política para aprobar una serie de medidas que para muchos suponen el inicio de la precarización del mercado laboral: la regulación de la contratación temporal y el ajuste de las plantillas en situación de crisis. Las asociaciones de parados reaccionaron y convocaron una marcha en protesta de los Pactos y de su situación particular. El número total de parados en España era de 1.100.000 trabajadores. Actualmente, el número de parados asciende a 5.427.700. Contextualizando un poco, la población ocupada en 1977 rondaba los 12 millones y ahora los 17.
Antaño las reformas laborales eran triunfos para la clase trabajadora con hitos como la jornada laboral de 8 horas o el salario mínimo pero desde hace décadas la relación entre trabajadores y empresarios más que regularse se ha desregulado, un proceso involutivo que ha culminado en la reforma laboral de 2012 del gobierno de Mariano Rajoy.
Antes se llamaban Expedientes de Crisis, ahora Expedientes de Regulación de Empleo (ERE).
Nosotras parimos, nosotras decidimos
Estas pegatinas de 1976 y 1977 son obra del Frente de Liberación de la Mujer, una organización formada solo por mujeres que exigía entre otras cosas la despenalización del aborto, los anticonceptivos libres y gratuitos, la desaparición en los medios de comunicación de los papeles sexistas y la supresión del tratamiento discriminatorio que recibe la mujer en función de su estado civil. Lamentablemente algunas de estas cuestiones siguen hoy en día vigentes. Sin ir más lejos, el intento del gobierno Popular, encabezado por Alberto Ruiz Gallardón, de modificar la legislación que despenaliza la interrupción voluntaria del embarazo durante las primeras 14 semanas, una ley que fue abortada a tiempo.
El hijo del obrero a la Universidad
Éstas también datan de 1976 y 1977 y reivindican cultura popular y una nueva escuela pública. ¿Sería ya por entonces el verde el color característico de las mareas en contra de los recortes en Educación? Igual es pura coincidencia pero lo que sí que está claro es que son totalmente vigentes. En la última legislatura del Partido Popular se ha aumentado el ratio de alumnos por clase, cerrado bibliotecas, eliminado becas y ayudas, cambiado algunas de las condiciones de las mismas, recortado plantilla de profesores, reducido las becas Erasmus, subido las tasas universitarias, el precio de las guarderías, realizado un ERE a docentes interinos en la Comunidad de Madrid, etc. Todo ello dentro del plan de recortes dirigido a la educación pública que afecta inevitablemente a las personas con menos recursos. Por su parte, los recortes sistemáticos de los últimos años en Cultura han abocado al cine, al teatro y a los museos a una situación extremadamente delicada al tiempo que han perjudicado al país y a los creadores.
Sáhara libre
En 1975 Juan Carlos I visitó el Sahara Occidental prometiendo a los militares allí destinados todo el apoyo del gobierno en su defensa del territorio y del pueblo saharaui. Unos días más tarde más de medio millón de marroquíes traspasaron al frontera en la llamada Marcha Verde y España firmó con Marruecos y Mauritania los acuerdos de Madrid en los que se comprometía a abandonar el territorio. Según el derecho internacional, esos acuerdos fueron ilegales.
Actualmente, el Sáhara Occidental se halla dividido de norte a sur por un muro de más de 2.000 km de largo. La parte oeste (la mayor parte) está ocupada por Marruecos, aunque la soberanía marroquí no es reconocida ni por Naciones Unidas ni por ningún país del mundo y es rechazada por el Frente Polisario, que proclamó su independencia en 1976 creando el estado de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), reconocido hasta el momento por más de cuarenta países.
Nuclear no, gracias
Dentro del 1977 convulso, otro de los temas que provocó la protesta en la calle fue la construcción de la Central Nuclear de Valdecaballeros en Badajoz, Extremadura. En agosto tuvo lugar la primera manifestación en España en contra de la energía nuclear al grito de “las nucleares en las fincas de Suárez”. Las fuerzas del orden tuvieron que intervenir. Pese a que el gobierno siguió adelante con el proyecto, jamás se terminaría ya que en 1983 el PSOE lo paralizó con la aprobación de la moratoria nuclear. Los ciudadanos siguen protestando hoy en día, no contra las centrales porque ya no se construyen, sino contra los Almacenes Temporales Centralizados (ATC) de residuos nucleares.
LGTB
La Ley de Peligrosidad Social junto a la de escándalo público fue usada de forma sistemática para la represión de la homosexualidad y la transexualidad en la última parte de la dictadura franquista. Tras la muerte de Franco el indulto de 1975 y la amnistía de 1976 no incluyeron a ninguno de los considerados peligrosos sociales. Los últimos presos por homosexualidad fueron liberados en 1979.
A lo largo de las últimas décadas la comunidad LGBT ha luchado para que se reconozcan y protejan sus derechos, como la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo en 2005. Sin embargo, todavía hoy la diversidad sexual es discriminada. Es por ello que muchas asociaciones y colectivos, herederos de Mercurio y de muchos otros, siguen defendiendo el derecho a la igualdad de las personas, independientemente de su identidad sexual y de género.
Otras pegatinas curiosas
Este recopilatorio ha sido amalgamado por el periodista y poeta callejero Alejandro Panés. Su proyecto poético Momento Verso… aquí.
Fuente: www.publico.es
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