El ingreso real de los griegos ha caído
alrededor de un 25% durante los últimos cinco años. A lo que hay que sumar
subidas de impuestos generalizadas: del IVA (al 23%), de las viviendas, tabaco,
alcohol… El empleo pasó del 10 al 27%, aunque la cifra se a reducido a 25
puntos porcentuales
Un hombre camina cerca de unos carteles de Tsipras en
Atenas. REUTERS/Marko Djurica
JAVIER PÉREZ DE LA CRUZ
Publicado: 23.01.2015 22:18 | Actualizado:
Hace 12 horas
ATENAS.- Los últimos de la cola no pueden ver todavía lo que
hay para comer. Espaguetis, una ensalada, una pieza de fruta y un trozo de pan
es el menú de hoy. Hasta 1.500 personas pasarán, como todos los días, por el
centro de distribución de comida que el ayuntamiento de Atenas pone en
marcha cada jornada. Jóvenes, adultos y ancianos llenan las pocas mesas del
patio exterior. “Viene gente muy diferente, inmigrantes, pero también muchos
griegos”, dice una de las empleadas.
Antonis es uno de ellos. Cuenta que la pensión no le llega para cubrir los gastos y que necesita de vez en cuando conseguir algo de comida gratis. “Llevo ya viniendo desde hace años”, dice el anciano de pelo blanco. El pasado mes de noviembre se anunciaron nuevos recortes de pensiones.
El de Antonis no es más que un ejemplo de cómo se ha derrumbado la calidad de vida de miles de griegos desde que en 2010 se comenzaron a implantar las rígidas medidas de austeridad como consecuencia del rescate financiero por parte de la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, la famosa Troika. El ingreso real de los griegos ha caído alrededor de un 25% durante los últimos cinco años. A lo que hay que sumar subidas de impuestos generalizadas: del IVA (al 23%), de las viviendas, tabaco, alcohol… El empleo pasó del 10 al 27%, aunque la cifra se a reducido a 25 puntos porcentuales.
Nikos Zahariadis, profesor de la Universidad de Alabama, que ha estudiado las políticas implementadas durante la “época de la austeridad”, lo resume así: “Para que te hagas una idea, el desempleo y la reducción del crecimiento económico se aproxima a los niveles de Estados Unidos y Alemania durante la Gran Depresión de la década de 1930. Da mucho miedo”.
La sanidad en estado crítico
La sanidad es uno de los campos que más está sufriendo. “Los hospitales están empezando a experimentar falta de materiales esenciales, algunas medicinas pero principalmente necesidades prácticas como vendas, papel higiénico… Son consideradas menos importantes y, debido a los presupuestos más reducidos, son las primeras que desaparecen”, añade el profesor.
Nikos Zahariadis, quien curiosamente comparte nombre con el que fue secretario general del Partido Comunista durante la Guerra Civil Griega, asegura que “las empresas privadas no han conseguido llenar ese vacío” y cree que la férrea resistencia que han planteado los empleados públicos contra los recortes también ha reducido “el acceso a unos servicios de calidad”.
Antonis es uno de ellos. Cuenta que la pensión no le llega para cubrir los gastos y que necesita de vez en cuando conseguir algo de comida gratis. “Llevo ya viniendo desde hace años”, dice el anciano de pelo blanco. El pasado mes de noviembre se anunciaron nuevos recortes de pensiones.
El de Antonis no es más que un ejemplo de cómo se ha derrumbado la calidad de vida de miles de griegos desde que en 2010 se comenzaron a implantar las rígidas medidas de austeridad como consecuencia del rescate financiero por parte de la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, la famosa Troika. El ingreso real de los griegos ha caído alrededor de un 25% durante los últimos cinco años. A lo que hay que sumar subidas de impuestos generalizadas: del IVA (al 23%), de las viviendas, tabaco, alcohol… El empleo pasó del 10 al 27%, aunque la cifra se a reducido a 25 puntos porcentuales.
Nikos Zahariadis, profesor de la Universidad de Alabama, que ha estudiado las políticas implementadas durante la “época de la austeridad”, lo resume así: “Para que te hagas una idea, el desempleo y la reducción del crecimiento económico se aproxima a los niveles de Estados Unidos y Alemania durante la Gran Depresión de la década de 1930. Da mucho miedo”.
La sanidad en estado crítico
La sanidad es uno de los campos que más está sufriendo. “Los hospitales están empezando a experimentar falta de materiales esenciales, algunas medicinas pero principalmente necesidades prácticas como vendas, papel higiénico… Son consideradas menos importantes y, debido a los presupuestos más reducidos, son las primeras que desaparecen”, añade el profesor.
Nikos Zahariadis, quien curiosamente comparte nombre con el que fue secretario general del Partido Comunista durante la Guerra Civil Griega, asegura que “las empresas privadas no han conseguido llenar ese vacío” y cree que la férrea resistencia que han planteado los empleados públicos contra los recortes también ha reducido “el acceso a unos servicios de calidad”.
El caso es que desde 2011 el Estado no contrata nuevo
personal sanitario y las jubilaciones no se están reemplazando. Las autoridades
lo justifican en que el número de pacientes está descendiendo, extremo negado
por médicos y enfermeros.
“Lo que está sucediendo es que desde 2010 cada vez más gente, al perder el empleo, se queda excluido del sistema de salud pública”, explica Tasos Yfantis, de la ONG Médicos del Mundo. Si se pasa un año desempleado o si se dejan de pagar las contribuciones, uno se queda fuera del sistema público. Según datos oficiales, a cerca de tres millones de griegos, es decir, aproximadamente uno de cada tres, les ha pasado. “Tradicionalmente nosotros solo teníamos que tratar a inmigrantes, sintecho…, que eran los que no tenían ningún recurso, pero en los últimos años muchos griegos han comenzado a venir. Sobre todo personas con enfermedades crónicas”.
Una de las clínicas de Médicos del Mundo se encuentra a escasos 100 metros del comedor social del Ayuntamiento de Atenas. No pocos de los pacientes entran en la clínica con las bolsas de plástico llena de espaguetis y ensaladas gratuitas. “Lo que nosotros vemos es que la gente no se puede costear la sanidad -prosigue Yfantis-. La gente tiene otros gastos, la casa, los impuestos, y decide ahorrarse la sanidad".
Esto ha provocado la proliferación de una sanidad alternativa proporcionada por ONG u otros colectivos sociales. Solo el año pasado Médicos del Mundo atendió a 49.000 personas. En 2012 y 2013 Médicos Sin Fronteras respondió a la “situación de emergencia” de los sintecho en Atenas. También MSF tuvo que intervenir para erradicar el brote de malaria de Laconia, al sur del país, que reapareció tras 40 años. A esto hay que sumarle otras clínicas sociales independientes, como los centros autogestionados en el barrio de Exarchia, que atienden a inmigrantes y cualquier persona que lo necesite.
Reacción gubernamental
El gobierno griego de Antonis Samarás presume de una incipiente recuperación económica. El país cerró 2013 con un superávit primario (sin añadir los intereses de la deuda) del 0,8% del PIB. Y en los últimos presupuestos que se aprobaron antes de convocar elecciones se volvió a planificar otro superávit primario. Asimismo, el paro ha comenzado a bajar, del 27 al 25%. Y en cuanto a la sanidad, se ha aprobado un plan para dar cobertura a quienes han quedado excluidos del sistema público.
Estos son los datos, pero también hay matices. “La abrumadora mayoría de nuevos empleos se han creado en el sector privado, donde los despidos son mucho más sencillos”, asegura el profesor Zahariadis. Y “el nuevo plan sanitario es un buen paso, pero se trata de una iniciativa muy compleja y muy difícil de implementar”, sostiene el trabajador social de Médicos del Mundo. Yfantis añade que se necesitan 47 órdenes ministeriales para poder llevarlo a cabo y que en la práctica nada ha cambiado. “En las montañas, a cinco horas de distancia de Atenas, hay ancianos que no han visto un médico en dos años”.
“Lo que está sucediendo es que desde 2010 cada vez más gente, al perder el empleo, se queda excluido del sistema de salud pública”, explica Tasos Yfantis, de la ONG Médicos del Mundo. Si se pasa un año desempleado o si se dejan de pagar las contribuciones, uno se queda fuera del sistema público. Según datos oficiales, a cerca de tres millones de griegos, es decir, aproximadamente uno de cada tres, les ha pasado. “Tradicionalmente nosotros solo teníamos que tratar a inmigrantes, sintecho…, que eran los que no tenían ningún recurso, pero en los últimos años muchos griegos han comenzado a venir. Sobre todo personas con enfermedades crónicas”.
Una de las clínicas de Médicos del Mundo se encuentra a escasos 100 metros del comedor social del Ayuntamiento de Atenas. No pocos de los pacientes entran en la clínica con las bolsas de plástico llena de espaguetis y ensaladas gratuitas. “Lo que nosotros vemos es que la gente no se puede costear la sanidad -prosigue Yfantis-. La gente tiene otros gastos, la casa, los impuestos, y decide ahorrarse la sanidad".
Esto ha provocado la proliferación de una sanidad alternativa proporcionada por ONG u otros colectivos sociales. Solo el año pasado Médicos del Mundo atendió a 49.000 personas. En 2012 y 2013 Médicos Sin Fronteras respondió a la “situación de emergencia” de los sintecho en Atenas. También MSF tuvo que intervenir para erradicar el brote de malaria de Laconia, al sur del país, que reapareció tras 40 años. A esto hay que sumarle otras clínicas sociales independientes, como los centros autogestionados en el barrio de Exarchia, que atienden a inmigrantes y cualquier persona que lo necesite.
Reacción gubernamental
El gobierno griego de Antonis Samarás presume de una incipiente recuperación económica. El país cerró 2013 con un superávit primario (sin añadir los intereses de la deuda) del 0,8% del PIB. Y en los últimos presupuestos que se aprobaron antes de convocar elecciones se volvió a planificar otro superávit primario. Asimismo, el paro ha comenzado a bajar, del 27 al 25%. Y en cuanto a la sanidad, se ha aprobado un plan para dar cobertura a quienes han quedado excluidos del sistema público.
Estos son los datos, pero también hay matices. “La abrumadora mayoría de nuevos empleos se han creado en el sector privado, donde los despidos son mucho más sencillos”, asegura el profesor Zahariadis. Y “el nuevo plan sanitario es un buen paso, pero se trata de una iniciativa muy compleja y muy difícil de implementar”, sostiene el trabajador social de Médicos del Mundo. Yfantis añade que se necesitan 47 órdenes ministeriales para poder llevarlo a cabo y que en la práctica nada ha cambiado. “En las montañas, a cinco horas de distancia de Atenas, hay ancianos que no han visto un médico en dos años”.
Fuente: www.publico.es
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