El presidente destacó las relaciones con la
Argentina, las que espera potenciar. Reiteró la importancia del reconocimiento
argentino al genocidio y analizó el vínculo con Turquía.
“La Argentina es la puerta de entrada de Armenia a América latina.” Así
calificó las relaciones entre ambos países el presidente armenio, Serzh
Sargsyan, de visita en Buenos Aires. “La Argentina es uno de los países que
reconoció el hecho del genocidio armenio, y eso es muy importante para
nosotros. Además, está entre las 25 economías más grandes del mundo y tiene
mucha reputación en las organizaciones internacionales”, destacó el mandatario,
quien fue recibido ayer en la Cancillería argentina por el vicepresidente Amado
Boudou y por el ministro de Relaciones Exteriores, Héctor Timerman (ver
Página/12). En diálogo con medios argentinos, entre ellos Página/12, Sargsyan
habló sobre su visita, las relaciones con Turquía y los acuerdos de su país con
la Unión Europea (UE) y con Rusia.
El presidente
armenio señaló que el vínculo con la Argentina es importante por diversas
circunstancias. “A primera vista, parecería que hay obstáculos, como por
ejemplo la distancia geográfica. Pero ese obstáculo está compensado con la
presencia de la comunidad armenia, que es un puente entre los dos países. Los
índices de nuestras relaciones económicas y comerciales todavía no son
suficientes y no se corresponden con la capacidad que tenemos, pero poco a poco
vamos a desarrollarlas. La Argentina es un gran inversor en Armenia. Gracias a
nuestro compatriota Eduardo Eurnekian, la Argentina tiene una inversión de unos
400 millones de dólares y estamos seguros de que veremos los resultados de esa
inversión”, aseguró.
Sargsyan
también subrayó la neutralidad diplomática que mantiene la Argentina en el
conflicto de Nagorno Karabaj, un territorio que disputan Armenia y su vecino
Azerbaiyán. Asimismo, afirmó que su país tiene que “aprovechar” la contribución
de los miles de armenios exiliados durante el genocidio en el desarrollo de la
Argentina. Consultado sobre el tema de los fondos buitre, el jefe de Estado
armenio dijo que no conversó del tema con Timerman, pero confió en que la
Argentina cuenta con “otros instrumentos” para hacer frente a esta amenaza. Por
otro lado, contó que ambos países están trabajando “para exportar máquinas
agrícolas de la Argentina a Armenia”.
En cuanto a las
relaciones con Turquía, el mandatario apuntó que “no somos nosotros quienes
tenemos que elegir con quién hablar para normalizarlas”, en referencia a la
candidatura a la presidencia de Recep Tayyip Erdogan, el primer ministro turco
que se niega a reconocer el genocidio armenio. En 2009, los dos países firmaron
protocolos para establecer relaciones y crear una comisión de expertos que
estudiara lo ocurrido en aquellos años. “Negociamos durante mucho tiempo para
firmar esos protocolos y no tuvieron ningún efecto. Y si el Parlamento de
Turquía no los ratifica, ¿de qué vamos a hablar?”, se preguntó Sargsyan.
Sin embargo, se
mostró confiado en que otros países reconozcan el genocidio armenio pese a las
presiones de Turquía. “Hay gente dentro y fuera de Armenia que piensa que los
protocolos que habíamos firmado iban a obstaculizar ese proceso. Pero, gracias
a Dios, después de firmarlos, hubo países que reconocieron el genocidio. Estoy
seguro de que ese proceso continuará. Es muy importante que otros países lo
reconozcan, pero lo más importante es que Turquía lo reconozca. Si todos lo
hacen y Turquía no, ese reconocimiento no va a ser completo”, sostuvo. Cerca de
30 países –incluido la Argentina– reconocen el exterminio de un millón y medio
de personas entre 1915 y 1923 a manos del gobierno turco en tiempos del Imperio
Otomano. “Si mañana Turquía lo reconoce, será un reconocimiento completo. No
necesitamos más que eso. Tienen que sacarse ese peso de los hombros. Hay un
pequeño movimiento en Turquía en esa dirección. Hoy vemos que muchos jóvenes
turcos piden a sus autoridades que reconozcan el genocidio”, agregó Sargsyan.
En tanto, el
mandatario habló de la estrategia de su país de negociar tanto con la UE como
con Rusia. “Seguimos cooperando con la UE en el marco de la Asociación Oriental
(un programa del bloque comunitario que busca acercarse al este de Europa). El
año pasado hemos hecho una declaración conjunta con la UE y expresamos la
voluntad de mantener ese nivel de cooperación, que es un instrumento para
desarrollar nuestras relaciones. En cuanto a nuestra integración a la Unión
Aduanera (la contraparte rusa de la Asociación Oriental), nosotros no queremos
bajar el nivel de las relaciones con la UE. Estamos a favor de una cosa y de
otra”, aclaró.
Además, aseguró
que Armenia tiene relaciones estrechas con Rusia desde hace décadas y que
cortarlas por un tratado de asociación con la UE sería “difícil para nosotros”.
“Un tercio de nuestras exportaciones va a Rusia, otro tercio, a la UE, y el
resto, a otros países. Cuando miramos la estructura de esas exportaciones nos
damos cuenta de que a Rusia vendemos productos agrícolas y procesados. Esos productos
son competitivos en Rusia, pero no en los mercados de la UE. Hoy tenemos
relaciones tensas en la región. Estoy seguro de que la Unión Aduanera y la UE
van a acordar. La segunda parte del problema es que Armenia no tiene recursos
para el combustible y nosotros importamos gas de Rusia y de Irán. Para los
países miembros de la Unión Aduanera, Rusia propone un descuento del 30 por
ciento en la compra de gas”, concluyó.
Sargsyan tiene
previsto hoy visitar Palermo, que aloja a gran parte de las instituciones
comunitarias de la diáspora armenia, una de las más numerosas del mundo. Además
inaugurará la construcción del Museo del Genocidio armenio, el primero del
mundo fuera de Armenia. Más tarde partirá a Uruguay, la segunda escala de su
gira sudamericana.
Informe: Patricio Porta.
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