Víctor Arrogante
28/04/2014
El 1º de Mayo es una fecha emblemática para la clase
trabajadora, en la lucha por conseguir derechos, mejores salarios, seguridad y
dignidad. En 1890, se estableció como Día Internacional de los Trabajadores, en
homenaje a los Mártires de Chicago ejecutados y a las 5.000
huelgas simultaneas que se produjeron; se abandonaron las fábricas, para ganar
las calles al grito: “¡Ningún obrero debe trabajar más de 8 horas por día! ¡8
horas de trabajo! ¡8 horas de reposo! ¡8 horas de recreación!”.
A finales del siglo XIX, las condiciones de vida de los
trabajadores seguía siendo de miseria y esclavitud; no podían ser peores:
jornada laboral de 16 horas, salario escaso y sin derechos. Niños trabajando
desde los 6 años y mujeres de noche para completar el salario familiar. La
miseria y la explotación eran un lugar común entre la clase trabajadora y la
represión policial al servicio del patrón. Ante esta situación extrema por
sobrevivir, empezó la lucha obrera a partir de la década de 1880.
El 1° de Mayo de 1886 la huelga por la jornada de ocho
horas estalló de costa a costa de EEUU. Más de cinco mil fábricas fueron
paralizadas y 340.000 obreros salieron a calles a manifestar su exigencia. En
Chicago los sucesos tomaron un sesgo violento, que culminaron en la masacre de
la plaza Haymarket (4 de Mayo). En el posterior juicio amañado contra los
dirigentes anarquistas y socialistas, cuatro de los cuales fueron condenados a
morir en la horca y ejecutados un año y medio después. Una lucha que aún
continúa. La historia ha sido olvidada, ocultada o eliminado todo contenido de
lucha social. En algunos países, como ocurrió en España durante el franquismo,
el 1° de Mayo se transformó en un mero día “festivo”. Recuperamos la memoria
histórica para que el Día Internacional de los Trabajadores adquiera plena
significación.
También conmemoramos que, en la España de 1978, la
clase trabajadora participó masivamente en la manifestación del 1º de Mayo,
reivindicando el pleno ejercicio de las libertades y la consolidación de la
democracia, la libertad sindical, por la promulgación de un Estatuto de los
Trabajadores, devolución del patrimonio sindical, incautado durante la
dictadura, regulación de las Secciones Sindicales en las empresas, regulación
de la negociación colectiva y el derecho de huelga; así como exigir medidas
eficaces contra el paro y contra la subida escandalosa de los precios. ¡Qué
tiempos!
Hoy la lucha debe continuar contra las políticas
devastadoras del gobierno de Rajoy, con toda la fuerza y decisión —aunque
da la impresión de que las centrales sindicales mayoritarias pretendan un 1º de
Mayo rutinario y desmovilizado—, cuando nos estamos enfrentando al ataque más
brutal y antidemocrático que hayan sufrido los derechos de trabajadores y
trabajadoras en mucho tiempo. La reforma laboral, que se presenta como
actuaciones contra la crisis, es una rapiña sobre los salarios, las conquistas
de la clase obrera y los derechos sociales de la inmensa mayoría de la
población. No importan las personas y su derecho al trabajo digno y estable,
sino el beneficio de los bancos y de las multinacionales amigas. Dos años de
gobierno del PP han producido 648.300 parados más y un millón de trabajadores
menos. Más miseria.
El colectivo LA IZQUIERDA convoca a todos los
trabajadores y trabajadoras a movilizarse el 1º de Mayo, contra la agresión
generalizada a los derechos. Entienden que es necesaria la unidad de todas las
personas y las organizaciones sociales y sindicales, para ser más fuertes, para
luchar, no rendirse ni aceptar que el capitalismo salvaje sea el único modelo
posible. En su manifiesto afirman que el movimiento sindical reivindicativo y
de clase, el 1º de Mayo lo celebra recordando las luchas obreras, que hicieron
posible que la necesidad de trabajar no fuera sinónimo de sumisión, pobreza,
incultura, mala salud e indignidad. “No podemos seguir perdiendo
condiciones de trabajo a manos de la patronal”, ni consentir que los ejecutivos
de los partidos en el gobierno eliminen los derechos sociales, que se
conquistaron para asegurar unas condiciones de vida más dignas. “El 1º de Mayo
nos ha de servir para recordar que todos los derechos conseguidos, laborales,
sociales y democráticos, forman parte de un mismo camino de luchas, conquistas
y defensa continua de lo avanzado”.
Hay que seguir insistiendo en que la crisis es un
pretexto para atacar el estado social, eliminar el de bienestar y desvirtuar el
de Derecho. Todo con una sola intención, dice LA IZQUIERDA, “aumentar la tasa
de ganancia del gran capital y, por lo tanto, disminuir la parte de la riqueza
producida que disfrutan las clases populares”. Se han empeorado las condiciones
de jubilación y cuantía de las pensiones; las relaciones laborales y
condiciones esenciales de trabajo, se han dejado en manos de la patronal, bajo
la amenaza de despido barato; se han reducido o eliminado las prestaciones que
la Ley de Dependencia preveía; se disminuye la atención sanitaria pública,
mientras se aumenta el pago de medicamentos y servicios hospitalarios;
disminuye el número de profesores y se privatiza la oferta educativa publica;
aumentan los impuestos indirectos, precisamente los que pagamos todas las
personas por igual; disminuye de forma generalizada el empleo y los salarios
públicos, mientras se salva a la banca, causante de la crisis financiera,
nacionalizando las pérdidas y privatizando sus ganancias, modificando incluso
la Constitución al margen de los intereses generales.
Hoy más que nunca “las organizaciones sindicales,
reivindicativas y de clase no pueden aceptar retrocesos en derechos, ni dar por
buenos los falsos argumentos, en cuanto a que debemos asegurar los beneficios
del capital para salir de la crisis”. La salida de la crisis viene de la mano
de la lucha y la movilización. Pretenden encerrarnos en casa con “leyes
mordaza”, con miedo a represalias, al desempleo y la precariedad, pero debemos
impedirlo. La salida social de la crisis, favorable a la inmensa mayoría, está
en el esfuerzo de todos y de todas. Es necesaria una auténtica rebelión
ciudadana por nuestros derechos, por el empleo, la defensa de lo público, el
derecho a la vivienda, la igualdad social y la no discriminación. Sin globos de
colores ¡Con acritud!
“C’est la lutte finale / Groupons-nous, et demain, /
L’Internationale / Sera le genre humain”. Agrupémonos todos en la lucha final.
Y se alzan los pueblos ¡con valor!
Víctor Arrogante es exprofesor y columnista
En Twitter es @caval100
Fuente: http://www.elplural.com/
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