Una reflexión en
relación con los próximos comicios europeos
Lunes, 28 de abril de
2014
Por Máximo Relti
-Canarias Semanal.org
En la medida en que se acerca la fecha de las
elecciones europeas la batalla entre los contendientes se agudiza, como en
cualquier otro de los comicios precedentes. Ello sucede, particularmente,
con aquellas fuerzas en litigio que tratan de disputarse idéntico terreno, como
sucede con Izquierda Unida y la candidatura mediática de Pablo
Iglesias.
En contra de lo que había sido la tradición de la izquierda revolucionaria a lo de largo de buena parte del pasado siglo, lo que en la actualidad se disputan estas formaciones en la carrera electoral no es la popularización de los mensajes de un cambio radical del sistema social existente, sino el ambiguo y engañoso objetivo de poder "cambiarlo desde dentro ".
En contra de lo que había sido la tradición de la izquierda revolucionaria a lo de largo de buena parte del pasado siglo, lo que en la actualidad se disputan estas formaciones en la carrera electoral no es la popularización de los mensajes de un cambio radical del sistema social existente, sino el ambiguo y engañoso objetivo de poder "cambiarlo desde dentro ".
Aún siendo consciente de que mentar a Lenin
a estas alturas del siglo XXI provocará retortijones en los estómagos
de los socialdemócratas vergonzantes, resulta pertinente recordar que el líder
ruso decía que los revolucionarios debían utilizar las elecciones no para
reforzar el sistema sino, en cualquier caso, para destruirlo. El teórico
marxista añadía que, para los revolucionarios, las instituciones debían servir
como portavoces de las reivindicaciones de los trabajadores, así como
para que dejar bien claro ante ellos el carácter corrupto e inútil de las
mismas.
La euforia que muestra la socialdemocracia vergonzante - es decir, aquella que se avergüenza de serlo y trata de encubrir su verdadera identidad - al participar en los juegos florales de las elecciones solo puede explicarse si se tienen en cuenta los réditos que obtiene en el marco de las instituciones burguesas tal participación. Por una parte, los resultados electorales refuerzan su ubicación en una área del sistema que les permite el mantenimiento de una estructura funcionarial en la que se integran invariablemente sus cúpulas y aledaños. Por otra, a través de la vía institucional la "izquierda" del sistema obtiene suculentos privilegios y prebendas, tal y como últimamente han puesto de manifiesto los casos de los EREs andaluces o el escándalo de los consejeros de Bankia.
La euforia que muestra la socialdemocracia vergonzante - es decir, aquella que se avergüenza de serlo y trata de encubrir su verdadera identidad - al participar en los juegos florales de las elecciones solo puede explicarse si se tienen en cuenta los réditos que obtiene en el marco de las instituciones burguesas tal participación. Por una parte, los resultados electorales refuerzan su ubicación en una área del sistema que les permite el mantenimiento de una estructura funcionarial en la que se integran invariablemente sus cúpulas y aledaños. Por otra, a través de la vía institucional la "izquierda" del sistema obtiene suculentos privilegios y prebendas, tal y como últimamente han puesto de manifiesto los casos de los EREs andaluces o el escándalo de los consejeros de Bankia.
Por eso puede comprenderse que
organizaciones tales como Izquierda Unida, o la Plataforma electoralista
del inconsistente "líder mediático" Pablo
Iglesias, intenten crear la ilusión en las clases sociales
subalternas de que un vuelco en los resultados electorales, en el marco de una
sociedad dominada y controlada por el poder del capital, podrá abrir algún
tipo de esperanza para los trabajadores. Sin embargo,
elección tras elección a lo largo de las últimas décadas se ha demostrado
que el camino para las transformaciones sociales no es, ni mucho menos, el que
se se empeñan en hacernos recorrer.
¿HAY ALTERNATIVA A LAS ELECCIONES?
Pero, ¿cuál es entonces la alternativa? ¿La
"toma del Palacio de invierno", como de manera taimada nos
pregunta la socialdemocracia vergonzante cuando les espetamos al rostro
lo que esconde su despreciable política electoralista?
La realidad es que el trabajo político de aquéllos que realmente desean poner al Sistema "patas arriba" está donde siempre ha estado: en la organización de las capas sociales oprimidas. Solo con una base social organizada, consciente de que los que detentan el poder - no el gobierno - no lo abandonarán sin antes resistirse por todos los medios, será posible cambiar esta sociedad. Es únicamente en ese marco de combate social donde, en un momento dado, podría tener sentido la participacion de las organizaciones sociales y políticas en la contienda electoral. Y no, obviamente, como elemento clave y definitivo de la lucha contra el sistema, sino tan solo como parte no fundamental de ella.
La realidad es que el trabajo político de aquéllos que realmente desean poner al Sistema "patas arriba" está donde siempre ha estado: en la organización de las capas sociales oprimidas. Solo con una base social organizada, consciente de que los que detentan el poder - no el gobierno - no lo abandonarán sin antes resistirse por todos los medios, será posible cambiar esta sociedad. Es únicamente en ese marco de combate social donde, en un momento dado, podría tener sentido la participacion de las organizaciones sociales y políticas en la contienda electoral. Y no, obviamente, como elemento clave y definitivo de la lucha contra el sistema, sino tan solo como parte no fundamental de ella.
Quienes tratan de engañar
- o con ingenuidad se engañan a sí mismos - sugiriendo que las puertas del
llamado "Palacio de Invierno" un día se abrirán
complacientes ante nuestros amables reclamos electorales o
nuestras movilizaciones "a lo Ghandi",
no solo mienten a la gente sino que también crean las
condiciones para la frustración social colectiva a la que tantas veces se
han visto relegadas las aspiraciones populares en el Estado español.
LOS "ARQUETIPOS" LATINOAMERICANOS
En este aquelarre electoralista, tan en boga
últimamente, que enfatiza el papel de las urnas sobre la organización social de
las masas, no son pocos los que escogen los ejemplos de los procesos en
Venezuela y Bolivia para avalar sus propuestas políticas en España.
A estos tahures del engaño convendría recordarles, en primer lugar, que
la historia reciente tanto de un país como del otro, está jalonada por
numerosísimas experiencias de organización popular que han abierto el
camino al proceso político en el que hoy se encuentran embarcados. No es ese,
ni de lejos, el panorama político que ofrece el Estado español. Las últimas
tres décadas no han sido de una oquedad total en experiencias de
organización popular . Tanto los sindicatos como los partidos de la
izquierda iniciaron un camino regresivo de inserción en el sistema político
construido por los herederos de la dictadura y de renuncias a las conquistas
paradójicamente arrancadas al franquismo. Si algo explica la desconfianza
y la pasividad actual de amplios sectores sociales hacia la
movilización y a la autoorganización es precisamente ese pesado
fardo de tres décadas de vacío que pesa sobre la sociedad española y
especialmente sobre su clase trabajadora. En la historia esas
lagunas terminan pasando factura tarde o temprano. Y ese el precio que
estamos pagando hoy.
En segundo lugar, ni en Venezuela ni en Bolivia se ha dado aún una revolución económica. En ambas naciones se ha producido una "revolución política". Es decir, se ha procedido a la democratización de aspectos relacionados con el aparato del Estado, pero la estructura económica de ambos países continua incólume
El poder, - el "poder" real, el que viene determinado por la propiedad de los medios de producción, - permanece en las mismas manos en que estuvo en el pasado. En esos países, desde luego, se han operado también importantes reformas sociales, pero las variadas formas de explotación capitalista no han desaparecido.
En segundo lugar, ni en Venezuela ni en Bolivia se ha dado aún una revolución económica. En ambas naciones se ha producido una "revolución política". Es decir, se ha procedido a la democratización de aspectos relacionados con el aparato del Estado, pero la estructura económica de ambos países continua incólume
El poder, - el "poder" real, el que viene determinado por la propiedad de los medios de producción, - permanece en las mismas manos en que estuvo en el pasado. En esos países, desde luego, se han operado también importantes reformas sociales, pero las variadas formas de explotación capitalista no han desaparecido.
Ni que decir tiene que las reivindicaciones de
soberanía nacional frente al imperialismo norteamericano, aunque no son nuevas
en ese continente, son igualmente un importante avance en la lucha de
sus pueblos por liberarse del tutelaje del coloso del Norte.
Pero a la vez que hay que valorar todos esos aspectos, extraordinariamente positivos, resulta imprescindible recordar que la durabilidad de esas experiencias políticas dependerá tanto del apoyo de la red de organizaciones sociales que apoyen y protejan su consolidación como de la inaplazable decisión de afrontar cambios profundos en la propiedad de los medios de producción. Será ese el momento decisivo y de previsibles respuestas violentas de las burguesías criollas en el que se decidirá qué clases sociales se quedarán con el "Palacio de invierno".
A MODO DE CONCLUSIÓN
Pero a la vez que hay que valorar todos esos aspectos, extraordinariamente positivos, resulta imprescindible recordar que la durabilidad de esas experiencias políticas dependerá tanto del apoyo de la red de organizaciones sociales que apoyen y protejan su consolidación como de la inaplazable decisión de afrontar cambios profundos en la propiedad de los medios de producción. Será ese el momento decisivo y de previsibles respuestas violentas de las burguesías criollas en el que se decidirá qué clases sociales se quedarán con el "Palacio de invierno".
A MODO DE CONCLUSIÓN
Aunque no tengo por costumbre hacerlo, debo
acudir de nuevo a una cita del inspirador de la revolución rusa. Y no
porque que Lenin me parezca un personaje histórico infalible, sino
porque en lo esencial - y subrayo, en lo esencial - las contradicciones que él
estudió y señaló sobre la sociedad capitalista continúan teniendo plena
vigencia y, aunque para la socialdemocracia vergonzante sus tesis científicas
hayan "pasado de moda", lo cierto es que no han perdido un
ápice de su veracidad.
Apostrofaba Lenin a los situados a su derecha con este párrafo:
"Sólo los bribones o los tontos pueden creer que el proletariado debe primero conquistar la mayoría en las votaciones realizadas bajo el yugo de la burguesía, bajo el yugo de la esclavitud asalariada, y que sólo después debe conquistar el Poder. Esto es el colmo de la estulticia o de la hipocresía, esto es sustituir la lucha de clases y la revolución por votaciones bajo el viejo régimen, bajo el viejo Poder".
Apostrofaba Lenin a los situados a su derecha con este párrafo:
"Sólo los bribones o los tontos pueden creer que el proletariado debe primero conquistar la mayoría en las votaciones realizadas bajo el yugo de la burguesía, bajo el yugo de la esclavitud asalariada, y que sólo después debe conquistar el Poder. Esto es el colmo de la estulticia o de la hipocresía, esto es sustituir la lucha de clases y la revolución por votaciones bajo el viejo régimen, bajo el viejo Poder".
Qué
papel estamos dispuestos a desempeñar ante los próximos comicios europeos...
¿el de bribones o el de tontos?
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