martes, 8 de julio de 2014

INFORME SOBRE MALLORCA


Vale la pena que conozcan todos lo que ha sucedido en Mallorca desde el viaje de la jueza Servini.
Como tantas veces nos ha pasado, ciframos esperanzas en que se practiquen determinadas diligencias, por ejemplo, que viaje la Jueza o que haya videoconferencias, o que se hagan nuevas imputaciones (me refiero a esperanzas frente a posibles acciones de la justicia argentina, claro), y las esperanzas quedan frustradas, o bien, para que se realicen, debemos esperar mucho tiempo. Algo similar nos parecía que sucedía en Mallorca. Digo “nos parecía” porque en realidad las cosas tuvieron un desenlace imprevisto.
Uno de los lugares que la jueza había dicho que visitaría era Mallorca. Pero cuando llegó nos dijo que no tendría tiempo. Para nosotros fue una verdadera angustia. A pesar de los esfuerzos de nuestra compañera María Antònia Oliver, la noticia de que prestarían declaración había llegado a las interesadas, y frustrar así su entusiasmo era incluso cruel.

Por suerte María Antònia tuvo una idea que resultó muy buena: que fuéramos a Mallorca Máximo Castex y yo, que habíamos acompañado a la jueza en su viaje por el País Vasco y, al menos, mostráramos la cara de dos de los abogados que las representaban. No dudamos y partimos por la mañana para regresar a la noche. Por supuesto, no pensamos en ningún momento decirles que su declaración ante nosotros tendría el mismo valor que si lo hicieran frente a la jueza, pero escuchamos a cada una, sin límite de tiempo, con calma pero a la vez con ciertas formalidades que le dieran ese toque jurídico que era necesario darle. Por ejemplo, les preguntamos qué querían agregar a sus querellas como petición concreta. Redactamos un escrito para cada una, incluyendo esa petición, que firmaron y firmamos. (Tomamos de ese modo cinco declaraciones, a pesar de que la jueza había previsto tomar sólo tres). María Antònia había dado bastante difusión a nuestra visita en la prensa: vinieron varios medios a entrevistar a los declarantes. Esto suponemos que ha tenido alguna influencia en lo que sucedió después…
Y que no nos podíamos imaginar que sucedería.
Cuando habían transcurrido ya varios días desde la partida de la Jueza para Buenos Aires, María Antònia me dice que han citado a dos de las personas con las que nos entrevistamos, Catalina Moyá Bauzá y Francisca Mas Mesquida, al Juzgado de Instrucción número 1 de Manacor (Mallorca) para que prestaran declaración el 19 de junio, en “auxilio judicial internacional” (es decir, en cumplimiento del exhorto (la comisión rogatoria) enviado por el Juzgado argentino). Y pocos días después me hace saber María Antònia que Isabel Antich había sido citada al Juzgado de Instrucción número 4 de Palma de Mallorca a los mismos efectos.
Sinceramente nos sorprendió. Aunque sabíamos que la jueza tenía los nombres y los había incluido en el escrito en el que solicitaba a la Corte Suprema la autorización para el viaje, no teníamos idea de que había enviado efectivamente exhortos a Mallorca. Y mucho menos imaginábamos que se les daría cumplimiento aunque ella ya no se encontrara en territorio español.
Las declarantes estaban muy emocionadas y muy felices al mismo tiempo. (Los compañeros que han prestado declaración conocen muy bien ese sentimiento). Tuvieron la posibilidad de exponer extensamente sus casos y tenían ese sentimiento único que se experimenta cuando se sabe que se está haciendo algo “por primera vez”. No sólo era la primera vez para ellas, era la primera vez que se hacía: denunciar ante un juez español, sin la presencia de la jueza argentina, los crímenes del franquismo… Allí se comprobó lo acertado que había sido su “declaración” ante nosotros, dado que pudieron incorporar a su expediente las peticiones que habíamos firmado cuando nos entrevistamos con ellas en Palma.
No podemos dejar de agradecer a los abogados de Mallorca que colaboran con la Asociación de la Memoria y que las han acompañado.
Si bien las personas citadas son querellantes en la causa abierta en la Argentina, y al declarar estaban complementando su querella, lo que significa que esta diligencia judicial se realizó en el marco de la causa abierta en la Argentina, no se puede pasar por alto que los  jueces de Mallorca demostraron su voluntad de cooperar con la justicia argentina, que ejerce en este caso la jurisdicción universal. Tenían una buena excusa para no hacerlo, la ausencia de la jueza argentina. Hay, por lo tanto, una señal muy positiva en esta actitud.
Los casos de cada una de las dos primeras declarantes ya han sido descritos en un  Comunicado que ha enviado María Antònia. El caso de Isabel Antich, que ha declarado ayer, tiene un grado más de crueldad: su padre, herido con arma de fuego, fue quemado vivo junto a otros, públicamente… Hasta la jueza que le tomó declaración no pudo evitar las lágrimas.
Esperamos que la actitud de estos jueces sea una señal de que los ladrillos del imponente muro de impunidad que han construido otros jueces españoles empiezan a resquebrajarse.
Un abrazo a todos
Ana

Plataforma Comisión de la Verdad








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