Artículos de
Opinión | Arkaitz González* | 21-02-2014 |
En la
actualidad, vivimos tiempos que sacuden los mismísimos cimientos de la tierra.
La historia es una rueda que no se puede detener, y tiene momentos en los que
rueda con más virulencia que nunca. Los más diversos acontecimientos generan
una situación que no solo no se hace esperar, sino que cada vez nos llama con
más fuerza, y aunque, queramos permanecer ajenos a ella, la situación no
perdonará. Ante esta situación, solo hay dos caminos: o actuar, o dejarnos que
los acontecimientos sigan su curso gracias a los mismos actores de siempre, y
que los sucesos nos arrollen todo a su paso cual tren blindado, entre ellos a
nosotras mismas y mismos, mientras nos pasa por encima. Los acontecimientos
internacionales, nos traen noticias tensas y noticias menos tensas.
En
Venezuela, se intentaba reeditar el escenario de golpe de estado de abril del
2002, con el fin de generar un choque y pedir una intervención extranjera. Se
han sucedido bloqueos de carreteras, ataques a instituciones públicas, quema de
coches, muertos y heridos, e incluso, se han quemado neumáticos frente a la
televisora estatal con el fin de impedir la salida de sus empleados y
amedrentarlos. Estos grupos fascistas poseen un soporte de 120 mil millones de
bolívares. Todo mientras los líderes opositores, Leopoldo López –autor intelectual
comprobado-, María Corina Machado y H. Capriles instigaban la “democracia” y su
derecho a la protesta “pacífica. Se han expulsado 3 funcionarios de la embajada
de los EE.UU. que estaban colaborado en la organización de los hechos. Leopoldo
López se entregó al a justicia porque había un plan para asesinarlo para luego
culpar a los chavistas, y así generar desestabilización. Ayer, una marea roja
tomaba las calles en rechazo a todo esto, pero a pesar de todo, los actos
vandálicos persisten en algunos lugares.
Al otro lado
del océano tenemos los sucesos de Ucrania y Bosnia. Del último no se sabe
demasiado, pero buena parte de Ucrania, está en manos de grupos que portan
simbología nazi, y toda clase de armas y material policial de defensa. El
linchamiento de opositores a estos grupos y hasta de policías, está a la orden
del día, así como la toma de sedes o empresas del gobierno y de partidos
opositores. El descontento por las políticas del gobierno de los últimos 20
años, ha generado el caldo de cultivo perfecto para que tales movimientos
tengan calado. Las filas del presidente del país, Viktor Yanukovich, están
divididas ya que estás están acostumbradas a funcionar a golpe de dinero, con
los nuevos sobornos no han dudado en pasarse a las filas enemigas. El objeto de
desacuerdo está en que el gobierno Ucraniano renunció a los acuerdos económicos
con la UE y los hizo con Rusia.
Mientras,
todo esto pasa/pasaba, medios occidentales hacen eco de las llamadas a la
“libertad” en ambos países, siguiendo las declaraciones de los EE.UU. y la UE y
de sus funcionarios que se han podido ver participando activa y descaradamente
en Ucrania, llamando a negociar, mientras decían que debían de atenderse las
demandas de la oposición.
Quién no
cierre deliberadamente los ojos, podrá ver claramente que bajo estos
acontecimientos no hay más que una lucha por el reparto económico del mundo. El
planeta se debate entre la vida y la muerte. Mientras todo esto sucede, los
EE.UU. y servicios secretos de otros países, inundan los mares del mundo con
sus buques de guerra. Esta es la actitud del mayor representante del capital,
al que si no se le obedece está dispuesto a montar una guerra internacional,
incluso a costa de millones de vidas e incluso de la extinción del planeta.
Esto nos llama a la reflexión y a la acción:
En Venezuela
los acontecimientos han ido acompañados de una guerra inflacionaria y de
acaparamiento. Mientras la corrupta 5ª columna inserta en las filas internas y
organismos del estado, ayuda a generar cansancio en el pueblo. Es preciso crear
la unidad junto con el resto de fuerzas revolucionarias y el pueblo más allá de
lo electoral, para que sea el mismo pueblo quién depure responsabilidades, y no
solo pillarlos, sino perseguirlos y vigilarlos sin piedad para que no tengan oportunidad
de moverse. Urge comenzar a expropiar y someter el poder económico de los
ricachones. Si no se comienza a hacer esto de inmediato, tarde o temprano
tendrán una oportunidad de triunfo.
Hoy me
invadía cierto sentimiento, de mezcla entre tristeza e impotencia, al mismo
tiempo que reflexionaba. Explico porque…
Las
reacciones en la izquierda no se han hecho esperar respecto al caso Venezolano.
De Ucrania, apenas se ha reproducido algunas declaraciones de las
organizaciones revolucionarias del este. Mientras, se mira con recelo a Rusia,
producto de la propaganda anti rusa de los principales medios del capital
internacional, porque supone un freno a los intereses de rapiña
norteamericanos. Por otro lado, no veo que haya fuertes campañas organizadas en
favor de la paz y la solidaridad en favor de los pueblos. Me duele el eco débil
de la paz y silencio, si es que se puede tratar de tal cosa, de los principales
bloques de izquierda del sur de Europa, mientras nos jugamos el destino del
planeta. Y por supuesto, que me duele ver las inservibles acusaciones de unos
hacia otros -cada uno de ellos auto otorgándose la mayor pureza- de unas
izquierdas hacia otras, así como las luchas intestinas o de egos, incluso los
aparatismos y todas esas cosas que impiden un avance fluido. Urge dejarnos de
estupideces y cegueras sin sentido. Urge la acción y la unidad en torno a
aquello que nos une. Es hora de crear un frente común de solidaridad con los
pueblos, que enfrente los designios de conquista de nuevos mercados por parte
de los capitales, que intentan garantizar su reproducción, y más en concreto,
los estadounidenses, principales promotores y garantes del sistema económico
vigente en el mundo, quienes en su pérdida de hegemonía, intentan recuperar la
posición perdida.
Urge hacer
política, y dejarnos de pequeñeces, pues nos jugamos la vida misma, y si no
actuamos ni lo hacemos como es debido, seremos los principales culpables de lo
que pueda suceder, y más, los que somos conscientes, puesto que tenemos mayor
responsabilidad ante la situación. En Venezuela y en los más diversos procesos
revolucionarios de América Latina, nos jugamos la esperanza de un mundo mejor,
donde el ciudadano tenga la posibilidad de su libre desarrollo, libre de trabas
económicas. En Europa nos jugamos una posible guerra internacional, que pudiera
acabar con el destino de la humanidad. Es una ingenuidad creer que la situación
no nos afecta.
La
impotencia procede de las situaciones explicadas, porque mientras veo como
sucede esto, pareciera que nada se mueve, ni incluso entre los conscientes.
Profundo dolor es el que se siente y otro sentimiento de prisión ante la
situación, que la mira casi como espectador, sin poder hacer grandes cosas
mientras todo sucede, cuando lo que gustaría es estar en primera línea de
combate, fuese donde fuese; y si fuese en el lugar de los hechos, incluso
dispuesto a sacrificarse hasta la muerte, con tal de ver un mundo mejor.
Algo para la
moraleja: "…y sobre todo, sean siempre capaces de sentir en lo más hondo
cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo.
Es la cualidad más linda de un revolucionario." Ernesto Che Guevara. Carta
de despedida a sus hijos.
Sin la
anterior cualidad sería imposible sentir la necesidad no solo de situarse al
frente, ni siquiera de movilizarse al ver tanta injustica, sentimiento que me
llevó a escribir estas líneas.
*Arkaitz
González: http://proyectodepensador.blogspot....
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