Artículos de
Opinión | Carlos Martínez | 21-02-2014 |
La derecha
jamás permite un gobierno de izquierdas. En ningún lugar del mundo las
derechas, las fuerzas imperialistas consienten gobiernos que acceden
dramáticamente al poder para implementar políticas de reparto y solidaridad,
así como de propiedad pública de los medios, bienes y servicios de importancia
estratégica o recuperar recursos energéticos en manos extranjeras.
El
imperialismo, existió y existe hoy en día. El liberalismo que pretende ser la
quintaesencia de la democracia, es en realidad autoritario, injusto e inhumano
cuando un pueblo elige a gobernantes de izquierda consecuente. El liberalismo
consiente una socialdemocracia muy moderada que reforme simplemente algunas
cuestiones sangrantes, pero no tolera el socialismo. Decidme un solo ejemplo
donde liberales, conservadores y democristianos hayan tolerado un gobierno
socialista ¿En el Chile de Salvador Allende? ¿En la II República Española tras
el triunfo del Frente Popular? -Y eso que se trataba de un gobierno de
coalición de centro-izquierda- No hablo ya de fascismo, hablo de derechas
liberales, que si se ven cercadas o intuyen que sus privilegios se pueden ver
en peligro llaman a la puerta de las cuevas fascistas o a la puerta de los
cuarteles. Lo que ocurre ahora en Venezuela es más de lo mismo. Con una
salvedad, los falseamientos de la prensa acerca de lo que ocurre verdaderamente
y la actitud real de un pueblo que lleva años otorgándoles victorias
electorales a los socialistas venezolanos. Cosa que los medios neoliberales
ocultan. Como si este reino corrupto, bananero y violento con sus clases
humildes y trabajadoras fuera ejemplo de algo sano.
De hecho el
liberalismo occidental europeo basa su fuerza en nuestros lares en una
dictadura económica que controla los medios de comunicación de masas, la
cultura espectáculo, el crédito y el empleo generando la desinformación y el
miedo.
Por eso hay
que empoderar e los pueblos y llevar a la práctica la idea de Pablo Iglesias,
el introductor del socialismo en el estado español, acerca la necesidad de
educar a las multitudes, por parte de las organizaciones de clase. En el estado
español, gran parte de los males que sufrimos y nuestra incapacidad de
respuesta, por ahora, se debe a eso a la falta de pedagogía social, de clase y
democrática.
Fuente: www.tercerainformacion.es
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